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Informaciones Obreras

El Pami agoniza...

Sólo los trabajadores y los jubilados podemos salvarlo

28 de noviembre 2001

El Pami atraviesa por la peor crisis de su historia. Casi cuatro millones de afiliados, el sector más desprotegido de la población, sufren hace meses la interrupción de prestaciones médicas y sociales. Las clínicas y sanatorios suspendieron los turnos. Las cocherías cortaron el servicio fúnebre. Los médicos de cabecera que ya se olvidaron lo que es cobrar un sueldo, atienden parcialmente. Los geriátricos amenazan con desalojos y las farmacias con dejar de expender medicamentos. No se entregan pañales y los subsidios económicos penden de un hilo.
El colapso financiero, unos 670 millones adeudados a los prestadores, es explicado por los funcionarios, por el faltante de 50 millones mensuales (de los 200 pautados) que Economía dejó de girar a la Obra Social por la caída de recaudación fiscal. Pero en realidad el derrumbe viene desde 1994, cuando Cavallo (en ese momento Ministro de Menem) lanzó la rebaja de las contribuciones patronales e incluyó la recaudación del Pami dentro del presupuesto nacional.
El progresivo desfinanciamiento del sistema previsional debido al aumento del trabajo en negro, la desocupación y la derivación de aportes a las AFJP, provocó una caída estrepitosa1.
Todos los esfuerzos del gobierno por "producir ahorro", precarizando aún más los servicios (como la guardia propia) y atacando a los trabajadores, fallaron en producir un desguace "gradual y pacífico", devorados por la magnitud de la crisis.
La actual situación del PAMI2, es el ejemplo más dramático de la decadencia del país burgués, incapaz de garantizar a su población laboriosa un derecho elemental como la salud.

El verdadero significado del curro

La enorme cantidad de afiliados, de prestaciones que brinda y contrata, convirtieron al Pami, principal regulador de precios en el mercado de la salud, en un preciado botín. Las sucesivas intervenciones y directorios crearon, con la colaboración de las burocracias sindicales, una dependencia total con los prestadores privados que vieron crecer vertiginosamente sus empresas en detrimento de la calidad de atención de los afiliados. No existe en el país prestador privado que no haya trabajado con Pami, lo que se agudizó con el avance de la tercerización de servicios y las gerenciadoras.
Si el negocio de la salud mueve entre 8000 y 11000 millones anuales, la eliminación del Pami es fundamental para avanzar en el plan de reestructuración de las obras sociales que impulsa el FMI. Por ese motivo la "reforma" del Pami es número puesto en todos los ajustes y exigencia crónica de los bancos que dieron créditos usurarios.
Ante el agravamiento de la crisis, los mismos tiburones que la crearon aparecen con soluciones "mágicas": el congreso quiere zafar del incendio político votando un "aporte extraordinario" de 160 millones (que todavía tiene que autorizar el gobierno), pero a la vez van a dejar de aportar al Pami para dejar su "respetable" salud en manos de una lujosa prepaga. Los dueños de las clínicas (entre ellos los socios y/o testaferros de los inefables Luis Barrionuevo y Coti Nosiglia) presentaron un proyecto para monopolizar las prestaciones médicas vía "los convenios tercerizados con redes de prestadores", desentendiéndose de las prestaciones sociales y despidiendo a la mitad del personal3. Los gobernadores del PJ, sedientos de fondos frescos, exigieron la entrega del Pami a las provincias. Lo único que les interesa es seguir robando: Unos, privatizando lisa y llanamente la obra social; otros apropiándose de la recaudación que iría a parar a cualquier lado menos a los presupuestos de salud provinciales, como ocurrió en Buenos Aires en 1997 con el engendro del CORES.

La única salida

Los trabajadores del Pami sufrimos a diario la tragedia de nuestros afiliados y ataques directos que amenazan con borrar nuestras conquistas y dejarnos en la calle.
Durante meses venimos resistiendo los intentos de despidos masivos y la eliminación de los servicios propios. En noviembre paramos hasta que todos los compañeros cobraron el sueldo, en el edificio de Perú hay acciones masivas contra los despidos, nos movilizamos en todo el país los días 13 y 20.
Una y otra vez demostramos nuestra voluntad de lucha pero la división gremial existente atenta contra la unidad que necesitamos para dar una respuesta contundente. El rol más nefasto le corresponde a la UTI que descaradamente colabora con la intervención, carnereando activamente todas las medidas de fuerza que llevamos adelante. No resulta extraño que por los servicios prestados, el gobierno les haya otorgado recientemente la personería gremial. ATE y UPCN (en menor medida) se pusieron a la cabeza de las acciones pero sin continuidad.
Para lograrla, necesitamos en forma urgente la convocatoria a un gran plenario nacional de todos los trabajadores del Pami, con delegados mandatados por asamblea que democráticamente debata y resuelva las medidas de lucha y el programa que esté a la altura de las circunstancias.
Un programa que parta de la defensa de nuestra fuente de trabajo y conquistas como el salario y los servicios propios, luchando para que el gobierno no toque un mango de los fondos y unificando nuestros reclamos con las organizaciones de jubilados y trabajadores atacados como el ANSES. Que pueda coordinar acciones con los trabajadores de la salud (privados y estatales) que sufren el lock-out de los dueños de las clínicas y los ajustes provinciales, en el marco de un plan de lucha generalizado de todo el sector.
Un programa que pueda dar una salida de fondo que no está en manos de los políticos patronales al servicio de los pulpos de la medicina privada, ni de sus socios de la burocracia sindical amparados por la reaccionaria ley 190324
Las intervenciones y directorios "normalizados" (como Matilde y Alderete) son sólo cambios de collares del mismo perro.
Los trabajadores somos los únicos que podemos dar una salida porque somos los únicos interesados en que esto funcione. Conocemos los secretos, sabemos en qué se va la guita y las necesidades de nuestros afiliados. Somos los más capacitados para hacerla funcionar. La única solución es luchar por un Pami que sea realmente dirigido y administrado por sus únicos dueños: los trabajadores y jubilados democráticamente elegidos.

1 Así en 1994 el Pami recaudó 2980 millones, en el 95, 2785 millones y los ingresos pautados para este año llegan a 2387 pero se calcula que recibirá no más de 2226 millones. Clarín, 17/11.
2 Una obra social que "fue modelo en su género y puesta como ejemplo por la Organización Panamericana de la Salud en la década del 80". Clarín 17/11
3 Página 12, 28/10.
4 Ley fundacional del I.N.S.S.J y P (PAMI), donde se reglamenta además de la forma de financiamiento, la composición de su directorio presidido por el estado y representado por la CGT y organizaciones reconocidas de jubilados.

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