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Sobre la propuesta de un gran Partido de Trabajadores

4 de febrero 2005

La propuesta del PTS ya ha tenido las primeras repercusiones en los militantes de la izquierda y sectores de la vanguardia en la que, en general, ha sido bien recibida. Aunque todavía no hemos desplegado ampliamente la campaña por un gran Partido de Trabajadores, ya se abrió un diálogo y quiero responder a algunas inquietudes, dudas o críticas.

Para poder responder algunas dudas me permito agrupar, esquemáticamente, dos tipos de argumentos que hemos recibido hasta ahora.

Algunos compañeros nos dicen que la propuesta estaría dirigida sólo a los trabajadores concientes o a la militancia de izquierda, lo que se llama una política “vanguardista”. El argumento es que esto es así porque no hay una tendencia en las masas obreras a la independencia de clase. De lo que se trataría, por el contrario, dicen los mismos compañeros, es de tener una verdadera política de masas, como lo es impulsar y coordinar las luchas salariales, por ejemplo.

En otro extremo, hay compañeros que nos dicen: “primero hay que agrupar a los revolucionarios para después dirigirnos hacia las masas”. En esta misma línea, algunos compañeros nos plantean que deberíamos proclamar directamente la necesidad de un partido revolucionario llamando al resto de los partidos que se reivindican marxistas a unificarnos, a la vez que, hacia las masas, debemos desarrollar el frente único obrero para la lucha.

En primer lugar, nuestra propuesta apunta a que las propias organizaciones de masas que, ni bien logran superar la traba de la burocracia sindical, comienzan a mostrar su efectividad en la lucha económica, se expresen en el terreno político. Es decir que proponemos un partido basado en los sindicatos, cuerpos de delegados, comisiones internas que han mostrado la enorme fuerza social de la clase trabajadora en las huelgas de telefónicos, subterráneos, ferroviarios, las ocupaciones de fábricas y control obrero como en Zanon, todas acciones de masas. Está lejos de ser una política vanguardista. La propuesta de un gran Partido de Trabajadores basado en las propias organizaciones de la lucha de masas, es para intentar superar la tijera abierta entre lo que los trabajadores ven como sus propias organizaciones de lucha, y la necesidad de una dirección política de los propios trabajadores con independencia de los partidos patronales, en primer lugar al peronismo. Es una política para agitar y explicar entre los trabajadores medios, no sobre la vanguardia conciente sino para establecer un diálogo amplio con la base obrera que aún tiene ilusiones en Kirchner pero que, según nuestra perspectiva, será puesta nuevamente, como en el 2001, bajo una nueva crisis pero esta vez con el peronismo en el poder. Ahora mismo son millones los que descreen del aparato mafioso del PJ de Duhalde y Solá y odian a la burocracia sindical. Es una política de masas.

Otra cosa muy distinta es si esta propuesta es tomada ya, para la acción, por una franja significativa de las masas trabajadoras. Aunque todas las organizaciones sindicales antiburocráticas que existen actualmente adoptaran esta orientación estaríamos hablando todavía de una minoría de la clase obrera. ¡Pero qué importante sería! Y aquí empezamos a responder a los compañeros que nos dicen que primero hay que unificar a la vanguardia conciente. Bien, pero ¿alrededor de que política? Imaginemos si el cuerpo de delegados del subte, los cuerpos de delegados del Astillero, de telefónicos y ferroviarios, las internas de las fábricas de la alimentación, las seccionales docentes de oposición, los delegados mineros de Río Turbio, las organizaciones combativas de los desocupados, junto a la izquierda que se reivindica clasista como el PTS, el PO, el MST (si dejara de ir hacia la centroizquierda detrás del PC-IU) iniciáramos un fuerte movimiento para llevar la propuesta de un PT a la base de los sindicatos (empezando por donde se ha desplazado a la burocracia) y a las barriadas donde domina el aparato del PJ y la burocracia sindical, a la base de la UOM, del Smata, de los petroleros. Es decir que la vanguardia podría unificarse alrededor de una política hacia el conjunto de la clase trabajadora.

Por supuesto que nuestra propuesta no es un partido para las elecciones, sino que la tarea fundamental de ese partido sería impulsar el frente único obrero para la lucha mediante un programa de reivindicaciones que parta de la escala móvil de salarios y el reparto de las horas de trabajo y el control obrero de las empresas. Y en especial promocionaría la lucha por erradicar a la burocracia de los sindicatos y la formación de organismos de democracia directa que expresen el frente único obrero para la lucha, como comités de empresa y coordinadoras regionales de ocupados y desocupados que unifiquen las filas de los trabajadores y busquen la unidad con el pueblo pobre. Como dijimos en el anterior LVO estamos por un partido independiente de las masas trabajadoras que tome el poder del Estado, que instaure un gobierno obrero y popular.

Por ello nuestra propuesta de impulsar una campaña por un gran Partido de Trabajadores de este tipo no es un obstáculo sino un puente hacia la construcción de un partido revolucionario en la Argentina.

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