Este 4 de octubre se cumplen seis meses del fusilamiento público de Carlos Fuentealba a manos de la policía neuquina, que ejecutó la orden dada por el gobernador Sobisch. Todavía continúa la impunidad.

Hoy, 6 meses después, Sobisch está a punto de terminar su mandato y hace campaña electoral compitiendo con Cristina por todo el país, diciendo que está preparado para... seguir asesinando a los que luchen, defendiendo “la mano dura” y el “gatillo fácil”. El gobierno no hizo nada ni por esclarecer los hechos, ni por juzgar a los culpables, ni por resolver ni uno sólo de los reclamos de los docentes. Muy por el contrario, ante las luchas de los docentes responde con amenazas, agresiones y también palos y gases.
La dirección de la CTERA convocó este 4 de octubre a un paro nacional porque el asesinato de Carlos sigue impune. Sin embargo, al igual que lo hizo en la lucha docente de Neuquén, hoy evita la unificación de las luchas de los maestros, porteros y cocineros de escuelas, que se están dando en las provincias de Buenos Aires y Santa Cruz, entre otras.

Los docentes de la Corriente Nacional 9 de abril de todo el país llamamos a parar y movilizarnos masivamente por el juicio y castigo a los asesinos de Carlos, pero tras una perspectiva distinta a la de la conducción de la CTERA. Paramos y marchamos para exigir que la CTERA rompa su pacto con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, e imponer un verdadero plan de lucha por el juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del asesinato de Carlos Fuentealba, así como también por la compañera docente Susana Guillermaz, atropellada por el ladero de Kirchner, Varizat, y un verdadero plan de lucha nacional que comience por unificar las luchas docentes.

Les proponemos a las agrupaciones opositoras y combativas unificarnos en un bloque para reclamar:

– Plan de lucha nacional hasta lograr el juicio y castigo a los asesinos de Carlos!

– Solidaridad con las luchas docentes en las provincias y en especial con los docentes de Santa Cruz.

– Que la CTERA rompa su pacto con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y pongamos en pie un plan de lucha salarial nacional por un salario inicial igual a la canasta familiar, indexado mes a mes según el costo de la inflación.