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CULTURA

LA PELÍCULA DE ADRIÁN CAETANO SOBRE NÉSTOR KIRCHNER

Sin épica histórica

La película de Israel Adrián Caetano sobre Néstor Kirchner ha cobrado notoriedad ha partir de los twiter de CFK reivindicandola.

Facundo Aguirre

23 de mayo 2013

Sin épica histórica

La película de Israel Adrián Caetano sobre Néstor Kirchner ha cobrado notoriedad ha partir de los twiter de CFK reivindicandola. La película va a ser estrenada en TV abierta antes de que este formalmente finalizada por orden presidencial. Originalmente esta versión del film, producida por Fernando “Chino” Navarro del Movimiento Evita, fue dejada de lado ya que Caetano, como según se dijo entonces, había rechazado que le pusieran un “comisario político” y la misma fue reemplazada por la versión de Paula de Luque, Néstor Kirchner, la película.

El director, que fue acompañado en el guión por Ricardo Foster y Carlos Polimeni, se centra en la figura de Kirchner, y busca hacerlo un personaje carismático y coherente que a lo largo de toda su trayectoria mantuvo sus ideas de juventud y se enfrentó a las corporaciones económicas y políticas. Caetano rescata imágenes de archivo a lo largo de la vida y la carrera política del ya fallecido ex Presidente, deja fuera la voz en off y lo combina con recursos simbólicos bien logrados (fantástica la imagen contrapuestas del sacerdote hablando y los dos jóvenes norteños besándose en el tramo del matrimonio igualitario; o la muestra del mapa de la concentración de los medios de comunicación), que hacen llevadero el relato.

El asunto es que ni siquiera el impecable trabajo cinematográfico de Caetano logra hacer del kirchnerismo una épica histórica y a su pesar deja al desnudo que es poco lo que tiene para ofrecer. El director, sin embargo, no cae que las ideas de la antigua “jotape” confundían la “patria socialista” con el liderazgo político de la burguesía nacional. Mientras en el film se plantean que los objetivos del kirhcnerismo -en palabras del propio NK- son los de un capitalismo incluyente y de un supuesto pluralismo social y democrático. Es decir como agentes directos del capital. El documental se esfuerza en demostrar que NK era un enemigo de las corporaciones (cosas que diez años de kirchnerismo desmienten) y es, en consecuencia, una repetición estricta del relato oficial: el retiro de los retratos de la ESMA y pedido de perdón por el terrorismo de Estado; la solución de los conflictos sociales; la 125 y el enfrentamiento con la Sociedad Rural (muy bien sintetizada simbólicamente); la lucha contra la Corpo (donde lo hace hablar a un Lanata de sus tiempos anticlarinistas); el matrimonio igualitario; la Cumbre de las Américas. El único hallazgo es que Caetano se anima a retratar a NK con personajes impresentables para el discurso “nac and pop” pero para rescatarlo como un outsider, un antimenemista testimonial dentro del peronismo en los ‘90 (una joyita un discurso de NK reivindicando la convertibilidad y criticando, a la vez, la falta de inclusión social, a confiando en que la sensibilidad de Menem iba a corregir el rumbo).

Obviamente no podemos criticar a un director que expresa sus simpatías por el fallecido NK, que denuncie la connivencia con el menemismo y la privatización de YPF. Que ponga a luz sobre la cooptación corruptora de los movimientos sociales y democráticos. Que exponga la persistente persecución a los luchadores obreros y populares. Que demuestre la sumisión al imperialismo en Haití o en el caso de Irán por el caso AMIA. Ni que hable del papel del kirhnerismo como gobierno al servicio de los capitalistas que dieron el golpe genocida o de su alianza con las mineras imperialistas y el capital extranjero. Pero si al menos le podemos reclamar honestidad histórica. Para Caetano, Jorge Julio López está tan desaparecido que no aparece ni una mención sobre su caso en la película (una gran muestra de la falsedad del discurso contra la impunidad que enarbola el kirchnerismo). El otro gran desaparecido del film es Mariano Ferreyra cuyo crimen, en palabras de CFK, había “rozado el corazón” de NK (hacerlo sería desnudar la complicidad del kirchnerismo con la burocracia sindical peronista, como lo demostraron las escuchas de las conversaciones de los Ministros Carlos Tomada y Nilda Garré con José Pedraza).

La película de Caetano es un relato a lo Carta Abierta que busca hacer un mito del padre del modelo “nacional y popular”. Esta es su gran debilidad. Justo cuando el “Nunca menos” hace agua y los personajes más parecidos al menemismo -lavadores de dineros y tránsfugas- son las figuras visibles de la nueva burguesía K. Caetano presta su talento para defender una política capitalista. Rompe con el principio de Jean Dubuffet de que la misión del arte es subversiva.

Una versión de este artículo fue publicada originalmente en el blog Los lunes al sol

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