logo PTS

MOVIMIENTO OBRERO

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

Sigue la lucha de los trabajadores textiles

El maltrato y los despidos en la industria textil siguen dando que hablar. A la lucha por la reincorporación de los despidos en Elemento se suman los 85 despidos en Mariel Bolo, donde la patronal incumple con lo acordado con los trabajadores y el ministerio de Trabajo.

PTS

23 de enero 2014

Sigue la lucha de los trabajadores textiles

El maltrato y los despidos en la industria textil siguen dando que hablar. A la lucha por la reincorporación de los despidos en Elemento se suman los 85 despidos en Mariel Bolo, donde la patronal incumple con lo acordado con los trabajadores y el ministerio de Trabajo.

El lunes 13 hubo una audiencia entre los trabajadores despedidos de Mariel Bolo, las marcas para las que trabaja el taller y los representantes de la empresa, en el Ministerio. Ante el desentendimiento de las marcas y la falta de propuestas de la patronal, los trabajadores decidieron cortar la calle y ocupar el hall del Ministerio. Luego de un día y medio de toma se llegó a un acuerdo: la patronal se comprometió a pagar lo adeudado en cuatro partes y a llevar las máquinas a la fábrica el jueves 16, reincorporando ese día a los trabajadores. Sin embargo no sólo no cumplieron con esto último, sino que sólo se realizó el primer pago prometido. En el gremio textil es moneda corriente que las patronales no acaten los acuerdos ni respeten los dictámenes de la justicia, cuestión que hemos denunciado en reiteradas ocasiones en la lucha de los trabajadores despedidos de Elemento.

Desde la agrupación textil Cosiendo Conciencia (PTS + independientes) junto a los despedidos de Elemento, trabajadores de Brukman, agrupaciones obreras como la Violeta de Telefónicos y los delegados de Coca Cola, junto a centros de estudiantes de las facultades de Filosofía, Sociales y Psicología de la UBA, nos hicimos presentes desde el primer momento llevando nuestra solidaridad y siendo parte activa del corte de calle y de la toma.

El conflicto comenzó cuando en diciembre la patronal impidió el ingreso de los 85 trabajadores, que empezaron un acampe en la puerta. Luego de diversas medidas de lucha, tomaron conciencia de la potencialidad que tienen si están unidos y sacan el conflicto a la luz. La lucha comenzó por las indemnizaciones, hoy quieren volver a sus puestos de trabajo.

Para hacer efectiva el acta se hace más necesario que nunca que todas las organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos rodeemos de solidaridad el conflicto, desarrollando una gran campaña de denuncia. Es la única manera de quebrar la impunidad de las patronales textiles. A su vez es necesario llevar adelante un gran fondo de lucha para todos los trabajadores y sus familias, ya que sólo los trabajadores organizados pueden llevar la lucha a un triunfo. También exigimos la apertura de los libros de contabilidad de Mariel Bolo para desnudar sus ganancias y que las grandes marcas para las que trabajaba, como Cheeky y Montagne, empresas denunciadas por trabajo esclavo, incorporen a los trabajadores a sus fábricas respetando la antigüedad y categorías.

Este tipo de ataques, como los de Elemento y Mariel Bolo, no son los primeros en la industria textil. La novedad es que un sector de trabajadores, en su mayoría inmigrantes, comienza a hacer una experiencia con las patronales y sindicatos y a organizarse para luchar frente a estos ataques. Así se lograron conquistas que sientan un precedente histórico: por primera vez grandes marcas denunciadas por trabajo esclavo, que basan sus enormes ganancias en la tercerización en miles de talleres, se vieron obligadas a sentarse a negociar y reconocer parte de su responsabilidad.

Hay que organizar una gran corriente de trabajadores textiles de izquierda, independiente de las patronales y los sindicatos dirigidos por burócratas, que luche no sólo por salarios y condiciones laborales, sino también por el conjunto de los trabajadores inmigrantes y sus condiciones de vida, uniéndonos los trabajadores en blanco con los que trabajan en talleres clandestinos, nativos e inmigrantes, para que los sindicatos textiles como el SOIVA y la AOT vuelvan a manos de los trabajadores. Los jóvenes textiles e inmigrantes de Cosiendo Conciencia, junto con la experiencia de los trabajadores de Brukman y María y Toro de Elemento, militamos día a día con esa perspectiva.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: