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Según Marx...

Salarios vs. Ganancias : Nota II – El salario relativo

15 de junio 2006

En la nota anterior mostramos que el salario real es menor al nivel previo a la crisis de 2001, y sólo el 20% de los trabajadores percibe un salario real más alto que antes. Pero incluso este sector ha empeorado su situación en relación con los capitalistas. Porque como decía Marx “…ni el salario nominal…ni el salario real…agotan las relaciones que encierra el salario. El salario se halla determinado, además y sobre todo, por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por el capitalista: es un salario relativo, proporcional.” 1. El origen de las ganancias capitalistas es la apropiación de la plusvalía generada por los trabajadores en su jornada de trabajo, que se puede aumentar por dos vías: incrementando la plusvalía absoluta o la relativa2. Como de esta forma aumenta el producto por jornada, el salario obrero será una porción menor de lo que los trabajadores producen. Por esta razón, el salario cae en comparación al crecimiento de las ganancias de los capitalistas. Como dice Marx, hay una tendencia a su empobrecimiento en relación con los capitalistas, y desde este punto de vista una miseria creciente en relación a la riqueza que se apropian los empresarios.
Hoy en la Argentina el salario está, a pesar de los aumentos, en uno de sus puntos históricos más bajos en relación con el producto y las ganancias. Las mejoras salariales son migajas comparadas con la mayor productividad lograda en la mayoría de las ramas industriales. Por tomar sólo una de ellas, entre 2001 y 2004 en la rama metalúrgica el producto por obrero aumentó un 27,4%. Aunque los trabajadores han logrado un salario real equivalente al de 2001, las ganancias del sector están en niveles altísimos: por ejemplo el grupo Techint facturó en 2005 U$S 6.736 y sus ganancias aumentaron 140% en relación a 2004. A pesar de haber recuperado su salario real, los obreros se han empobrecido en relación con los capitalistas. Ha caído el salario relativo, porque las ganancias aumentaron en una proporción mucho mayor en que se recuperaron los salarios.
En casi todas las ramas de la economía sucede lo mismo. Mientras ésta acumula un crecimiento del 35% desde su punto más bajo en 2002 (y la industria del 52 %), el costo salarial sigue un 35,9% por debajo del nivel de 20013. Este se mantuvo tan bajo porque -como vimos en el caso de Techint- el aumento del producto por obrero (que en el conjunto de la economía fue de 16,8%4), permite el abaratamiento del salario en relación a la producción total.
Hoy la clase obrera se lleva el 25% de la producción del país, mientras que en 1998 superaba el 30%, y en 1975 se llevaba el 50%. Los obreros sólo pueden limitar este empobrecimiento relativo y aumentar su participación en la “torta”, si recuperan parte del trabajo excedente del que se apropian los capitalistas.
A veces los trabajadores pueden lograr mejoras en ese sentido. Grandes lucha sindicales podrían permitir avanzar sobre las ganancias de los capitalistas, no sólo recuperando lo perdido en las crisis sino ubicándose hasta por encima de este nivel. Por eso, es una necesidad para enfrentar la voracidad de los capitalistas, como vimos el último tiempo, donde los trabajadores han logrado recuperar parte de su poder adquisitivo y condiciones de trabajo producto de la lucha.
Pero esto no puede ser un proceso acumulativo en el que avanzan paso a paso, porque esto significaría terminar con la ganancia de los capitalistas, que dejarían de producir e invertir, y recurrirían a todos los medios a su alcance para defender sus beneficios, empezando por los cierres y despidos. El sindicalismo choca con ese límite insalvable que impide un aumento progresivo y permanente del nivel de vida de las masas. Y en períodos de crisis debe enfrentar una feroz ofensiva que revierte muchas conquistas.
Los trabajadores sólo pueden aspirar a mejoras duraderas poniendo en cuestión las relaciones de producción capitalistas, enfrentándose no sólo a su patrón, sino a toda la clase capitalista. Un enfrentamiento que para triunfar, no puede ser sólo por una mayor porción de la “torta”, sino por terminar con el robo que significa el sistema de trabajo asalariado.
 
1 Marx, Karl, Trabajo asalariado y capital, edición digital.
2 Ver notas anteriores.
3 Lozano, Claudio, Rameri, Ana y Raffo, Tomás, Ingresos salarios y convenios colectivos en Argentina 2006.
4 Según el informe elaborado por Santiago Juncal para el Cedem.

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