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Internacional

DURA REPRESION DE LA POLICIA DE BACHELET

Reprimen jornada de movilización en Chile

En Chile se desarrollan tres procesos simultáneamente: un clima de irritación en la política nacional de los partidos patronales de la Concertación (coalición de gobierno) y la derecha -aún con un ciclo de bonanza económica fenomenal.

30 de agosto 2007

En Chile se desarrollan tres procesos simultáneamente: un clima de irritación en la política nacional de los partidos patronales de la Concertación (coalición de gobierno) y la derecha -aún con un ciclo de bonanza económica fenomenal. En parte por esto último, un clima de creciente actividad huelguística, con una dinámica de lucha sindical más combativa y la instalación de un debate nacional sobre los problemas obreros, lo que está comenzando a afectar la relación de fuerzas más general entre las clases. En tercer lugar, un clima de descontento pasivo en amplios sectores del movimiento de masas ante la inflación, el sistema de transporte, etc.

Tras un aumento miserable del salario mínimo a principios de junio, la CUT llamó a una Jornada de movilización nacional. Poco después, estallaba una seguidilla de huelgas: subcontratistas de Codelco -empresa estatal de cobre-, forestales, choferes de colectivos, y trabajadores de distintas empresas agroindustriales. Un Paro Nacional estaba a la orden del día. Aun así, la CUT mantuvo sólo un llamado a movilización para... fines de agosto.

Todo esto, sumado al inicio de un ciclo electoral de dos años, produjo movimientos en los partidos patronales: tanto dirigentes de la Concertación como de la derecha, apoyaron y llamaron a movilizarse.

Al no convocar la CUT a Paro Nacional y llamar a movilizaciones en horarios de trabajo, librando al azar las distintas formas de protesta que cada uno encontrara después del trabajo, impidió que se expresara en forma clara y contundente este creciente clima huelguístico en curso.

Pero el descontento pasivo en amplios sectores del movimiento de masas, pudo finalmente expresarse. La Jornada del 29 de agosto tuvo carácter nacional, con movilizaciones, aunque relativamente reducidas, en las principales ciudades del país. Aproximadamente 30.000 manifestantes, con alrededor de 5.000 en Santiago. La brutalidad policial se hizo presente nuevamente, animada por la política de Bachelet, culminando con más de 400 detenidos, incluyendo una golpiza con manifiesta odiosidad contra el senador socialista (parte de la Concertación) Alejandro Navarro, al que debieron hospitalizar.

La clase trabajadora tiene planteado fortalecer este clima huelguístico y levantar una política propia ante los grandes problemas nacionales, uniendo detrás de sí a estudiantes y pobladores, poniéndose en el centro de la política nacional.

Prensa

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