Entre el 4 y el 5 de setiembre de 1975 ocho militantes del PST fueron asesinados por la Triple A. El “Laucha” Loscertales, Adrianita Zaldúa, Ana María Guzner Lorenzo, Hugo Frigerio y Lidia Agostini fueron secuestrados mientras llevaban la solidaridad a la huelga de Petroquímica Sudamericana, hoy Mafisssa de la tristemente célebre familia Curi. Horas más tarde sus cuerpos fueron encontrados acribillados a balazos en las afueras de La Plata. Oscar Lucatti, Patricia Claverie y Dicky Povedano fueron secuestrados en pleno centro de La Plata, a la vuelta del local, mientras se dirigían a realizar volanteadas y agitación por la desaparición de sus 5 camaradas y también fueron encontrados de la misma forma. En Capital ya estábamos militando en la semiclandestinidad y al enterarnos empezamos a reunirnos en los bares donde hacíamos las citas (ya habíamos levantado la mayoría de los locales) esperando entre la bronca y el dolor la decisión del partido de concurrir al velorio o no. Yo en ese momento militaba en la juventud del partido y recuerdo que con dos compañeros, que hoy ya no militan, recorríamos distintos bares y discutíamos con la dirección del partido bastante acaloradamente tratando de convencerlos de ir. Ya era de noche cuando se tomó la decisión de no ir, y todavía un grupo estábamos en un bar de la calle Corrientes cuando nos enteramos que unos compañeros de sur estaban en el Luna Park discutiendo con Nito Mestre y su representante tratando de que nos dejaran hacer una hablada. Esa noche se despedía Sui Generis y el Luna explotaba con más de 15.000 jóvenes, la idea de los compañeros era tratar de movilizar esos pibes cuando terminara el festival contra los ataques de la Triple A marchando de contramano por Corrientes. No pudo ser porque Charly se opuso tenazmente. Tan individualista como siempre.

Hoy a 33 años quería transmitir este recuerdo de aquel día y de aquella generación que dejaba todo de lado tratando de construir el partido aún a costa de ni siquiera poder velar sus muertos.
Sabiendo que aquellas banderas de ayer hoy se levantan más altas que nunca en las nuevas camadas de jóvenes que abrazan la misma lucha y las mismas ideas por las que murieron ellos: construir el partido revolucionario que permita terminar la tarea inconclusa de los ’70 y empezar a construir una Argentina y un mundo obrero y socialista. Vaya entonces mi homenaje en nombre de los centenares de militantes obreros, estudiantiles e intelectuales del PTS que no claudicaron ni claudicarán en la tarea por la que ellos dieron la vida hace más de tres décadas.

Jorge Sobrado, ex-detenido desaparecido