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La marcha de Blumberg a Tribunales

Quieren reforzar la justicia para ricos

30 de abril 2004


La población carcelaria vive hacinada, en condiciones inhumanas. Según un informe del Observatorio Internacional sobre las prisiones en nuestro país, "los reclamos de los internos son los siguientes: los largos procesos (hay personas con cuatro y hasta cinco años en situación de prisión preventiva), las fianzas exorbitantes imposibles de afrontar para personas de escasos o nulos recursos económicos, que no condicen por otra parte con la gravedad del delito del cual se los acusa. Por ejemplo, a un joven acusado de un robo de 2 garrafas y una bicicleta le pedían $ 5.000 de fianza. Se quejan de las presuntas reincidencias; alegan que algunas personas que recuperan la libertad son perseguidos; esposados, son golpeados en la planta de los pies hasta el punto de no poder mantenerse en pie, después les practican el "submarino seco" (sofocación con bolsas de polietileno colocadas en la cabeza) o les zambullen la cabeza en piletones de agua para obligarlos a hacerse cargo de causas sin resolver. Alegan que la comida es escasa y tan asquerosa como los colchones."1
Mientras, por otro lado, tenemos el caso Carrascosa del country El Carmel, responsable de un crimen increíble… pero millonario, amigo del poder y de los jueces, lo cual le permite gozar de todas las "chicanas" judiciales, sin tener que pasar sus días en prisión.
Nuevamente, en el Plan estratégico de seguridad lanzado por Kirchner aparece la cuestión de clase. Se disponen a acelerar las condenas en el caso de los delitos ‘in fraganti’ que serán juzgados en forma sumaria. Pero ¿quiénes cometen este tipo de delitos? En general, rateros, carteristas, es decir que se va a seguir condenando a los "ladrones de gallina", los únicos pasibles de ser agarrados con las manos en la masa ("in fraganti"). Los grandes ladrones, estafadores, ni que hablar de los criminales uniformados o del poder político, gozarán de todos los vericuetos del entramado judicial.
Los progresistas festejan que el Plan de Kirchner promueve los juicios por jurados para algunos casos pero lo aceptan ahora que la derecha arma escándalo, y sin embargo lo ignoraron cuando se trató de juzgar a los genocidas de la dictadura militar.
Desde el PTS luchamos por acabar con este régimen social y su Estado, y por la construcción de un nuevo orden, un Estado de los trabajadores basado en los organismos de democracia directa de las masas. Frente a los intentos reaccionarios uchamos por ampliar y defender las libertades democráticas que hoy intentan ser avasalladas, orientándolas a enfrentar los planes del Estado y el gobierno. Es imposible avanzar en este sentido sin cuestionar el aparato judicial, que no es más que una casta de magistrados intocables y vitalicios, al mejor estilo monárquico y luchar por la elección directa de los jueces y por la elección de jurados populares, elegidos democráticamente entre la población.
1 Derechos Humanos en las cárceles. La Argentina que no miramos. Por el Observatorio Internacional de Prisiones.


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Disolución de la policía
El caso Axel Blumberg preocupa, además, porque plantea un serio problema para la burguesía de este país: el de los secuestros extorsivos. No es un tema menor. La misma policía que tan eficaz les resulta para perseguir a los jóvenes y a los luchadores, en suma, para cumplir su función social de guardianes de la propiedad privada, es la principal criminal asociada a todo tipo de delitos, sobre todo los más lucrativos. Como vuelve a demostrar el caso Blumberg, los secuestros –aprendidos en la época de los grupos de tareas- son una de sus especialidades.
La crisis de la "seguridad" hizo saltar la olla podrida de esta institución estatal corrompida hasta los huesos. Esto se hace patente cuando este pilar del Estado, se asocia a la delincuencia amenazando a la misma clase dominante que la contrata para mantener el orden.
La pretensión de reformar la policía –como se ilusionan distintos medios y personalidades del progresismo- no hace más que fortalecer –lavándole la cara- a esta verdadera mafia del delito, que tiene sus raíces en la descomposición del mismo sistema capitalista y de su Estado. Una respuesta de fondo a la "inseguridad" necesita de otra perspectiva de clase. La primera medida seria para combatir este flagelo es la disolución de la policía y de todas las fuerzas represivas que son mafias organizadas cuya única función es defender el orden burgués y la propiedad privada, que son las causantes sociales de la marginación que empuja al delito a muchos hijos del pueblo. La seguridad de los trabajadores y el pueblo sólo se puede garantizar luchando en primer lugar contra el capitalismo. Pero además la seguridad del pueblo no puede quedar en manos de la banda de hombres armados del Estado burgués. El punto de partida debe ser absolutamente diferente: hay que disolverlas y reemplazarlas por la autodefensa de la población y el armamento generalizado del pueblo. Una milicia basada en las organizaciones de trabajadores, ocupados y desocupados, con participación en su dirección de integrantes de organismos de derechos humanos y víctimas de la represión policial e institucional.
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Cuestión de clase
¿Por qué el asesinato de Axel Blumberg ha tomado tanta notoriedad y nadie se acuerda ya del pibe Cicovicci? Este joven de 18 años fue virtualmente ejecutado a sangre fría, el 20 de abril de 1996, por el Oficial Inspector Enrique Cuello de la Bonaerense en la localidad de Pilar.
Simplemente nadie se acuerda porque también en estos casos como en todos los de esta sociedad capitalista la cuestión de clase divide aguas. Los cientos de asesinados por el "gatillo fácil", sobre todo de pibes humildes de las barriadas del Gran Buenos Aires o del interior del país, han merecido unos pocos renglones en algún diario, salvo cuando la movilización popular logró hacerse paso.
Axel Blumberg es el hijo de un empresario. No lo era Cristián Cicovicci quien se dedicaba a la caza de nutrias para poder sobrevivir. Y tampoco lo eran otros como el pibe Demonty que quedó muerto en medio del Riachuelo cuando los oficiales lo obligaron a cruzar el río a nado. Reafirmamos. Castigo a todos los policías y asesinos de "gatillo fácil".

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