Hace unas semanas, cuando se conoció la noticia de que los diputados y senadores nacionales comenzarían a cobrar más de $50.000 de bolsillo por mes, anunciamos que desde nuestra banca cobraríamos $8.500 mensuales (tanto el diputado como sus asesores), el cálculo de lo que costaba una canasta familiar en diciembre, destinando el resto de los ingresos a la causa del pueblo trabajador. Desde la campaña electoral anunciamos que íbamos a promover un proyecto de ley para que todo legislador y todo funcionario político no pueda percibir más de lo que gana un/a docente, repitiendo la experiencia que ya hizo con la banca del FIT en Neuquén nuestro compañero Raúl Godoy el año pasado junto a los sindicatos docentes.

El anteproyecto que ya pusimos a consideración de los trabajadores y trabajadoras de la educación, sindicatos, confederaciones, seccionales y agrupaciones docentes el martes 18, tiene por objeto igualar el sueldo de todos los legisladores nacionales y funcionarios políticos con el salario que percibe un/a docente que trabaja 36 horas cátedra con 20 años de antigüedad en la provincia de Mendoza, hoy $9.300 de bolsillo. Asimismo que cualquier actualización salarial de los legisladores y funcionarios políticos esté atada a la de los/as trabajadores docentes. Nos proponemos presentarlo en el Congreso Nacional durante marzo junto a nuestros compañeros del FIT Néstor Pitrola y Pablo López, cuando se dé inicio a las sesiones parlamentarias. Hasta entonces queremos que este anteproyecto sea discutido por los compañeros docentes de todo el país y poder contar con sus valiosos aportes y sugerencias.

El sentido de este proyecto es político. Es una forma de denunciar que un grupo especial de decenas de miles de personas vive con altos privilegios para que legislen y gestionen a favor de los intereses de los grandes capitalistas. Son una suerte de gerentes de los intereses de los patrones y banqueros, y reciben su paga por los servicios prestados para que sigan votando leyes contra el pueblo, como la entrega de Chevron, las leyes antiterroristas, las de flexibilización laboral, la de ART o el pago de la deuda externa a los fondos buitres.

No se nos esconde que el nuevo y provocativo aumento que se otorgó a los diputados nacionales se agrava si consideramos que se realizó en medio de tarifazos y de una devaluación que aceleró la inflación y en vísperas del inicio de las paritarias nacionales, a las que tanto los empresarios como los gobiernos nacional y provinciales quieren poner un techo, para cristalizar esa pérdida del poder adquisitivo en favor de los grandes grupos económicos concentrados, como los sojeros y especuladores financieros, mientras que la dirigencia oficial del movimiento obrero y sus centrales sindicales miran para otro lado dejando pasar este ajustazo. Ya iniciada la pelea por la paritaria docente no sólo ponemos este anteproyecto a consideración de los compañeros sino también nuestra banca para apoyar las medidas que decidan tomar los trabajadores para enfrentar este saqueo al salario del conjunto de las y los trabajadores.