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Editorial

¿Qué se puede esperar del 28-J ?

Aunque el grupo Clarín ya dio la consigna del día después, “Nuevo Congreso”, anticipándose a la pérdida de bancas del oficialismo en Diputados y Senadores, el último tramo de la campaña electoral, a juzgar por los cortocircuitos que se han dado en las dos variantes de la oposición sojera, parece favorecer a Kirchner y a Scioli en la provincia de Buenos Aires que el gobierno instaló como el principal terreno de disputa del 28J.

Manolo Romano y Ruth Werner

25 de junio 2009

Aunque el grupo Clarín ya dio la consigna del día después, “Nuevo Congreso”, anticipándose a la pérdida de bancas del oficialismo en Diputados y Senadores, el último tramo de la campaña electoral, a juzgar por los cortocircuitos que se han dado en las dos variantes de la oposición sojera, parece favorecer a Kirchner y a Scioli en la provincia de Buenos Aires que el gobierno instaló como el principal terreno de disputa del 28J.

En el Acuerdo Cívico, Carrió había rechazado la postura de Cobos de mostrarse públicamente con De Narváez y denunciado a los medios por el “operativo desmoronamiento” de la alianza neo-radical que La Nación y Clarín mostraban con encuestas, para facilitar el “voto útil” al candidato empresario de Unión Pro. Ahora, Margarita Stolbizer y Alfonsín se mostraron en conferencia de prensa hablando telefónicamente con el vicepresidente y agradeciendo “a los medios que nos han acompañado”. El intento de este cambio sobre el final, para servirse de la figura de Cobos y esperar una mano del Grupo Clarín, se debe a que el Acuerdo Cívico no logra superar el voto tradicionalmente antiperonista y al retroceso de la propia Carrió en lo que fue el bastión del viejo ARI, la Capital. Tanto que puede quedar relegada a un tercer lugar, ante la emergencia de Pino Solanas que está reflejando, centralmente, un pasaje a la oposición de sectores de centroizquierda que apoyaron al kirchnerismo en los primeros años.

Por el lado de Unión Pro, luego del deschave privatizador de Mauricio Macri, primero Claudia Rucci, desde ‘el peronismo de Perón’, y luego el mismo De Narváez admitieron que hay empresas que podrían estar bajo gestión estatal. Una muestra, en primer lugar, que sigue siendo impopular la política de los ‘90, y pese a lo que ha avanzado en sectores altos de las clases medias la propaganda neoliberal, desde el conflicto de las patronales agrarias, “la restauración conservadora”, como la llama el kirchnerismo, no cala en la mayoría obrera y popular. El crecimiento de esta nueva derecha bonaerense, con una pata en el macrismo y otra en sectores menemistas del peronismo, tiene un afluente de votos, indudablemente, en las clases agrarias como lo expresan sus listas donde militan la mayor parte de los candidatos de las corporaciones patronales de la Mesa de Enlace, y en los medios urbanos más proclives a la campaña “contra la inseguridad”. Los resultados del domingo dirán hasta qué punto también pudo atraer a sectores populares y de la misma clase trabajadora.

Ante esto, el gobierno ha dirigido una campaña esencialmente hacia los trabajadores, con visitas de Kirchner y Cristina a las grandes fábricas industriales y actos en el conurbano bonaerense, “contra la amenaza de volver a los ‘90”. Su apuesta es tan audaz como la de dejar todo como está, incluso aquellas privatizaciones vigentes, apelando a un voto conservador ante la incertidumbre e inestabilidad que genera sobre el empleo de millones la crisis capitalista internacional. Esta campaña por “el voto seguro” del que habla Scioli, en “defensa de lo conquistado”, está logrando apoyo en los trabajadores -especialmente, en los sindicalizados y en blanco que tienen más que conservar que los jóvenes y precarizados que ya empezaron a perder en la crisis pagando con despidos-.

Si este cuadro se refleja en que el gobierno logra retener la mayoría electoral de la provincia, que es el núcleo de la alianza con la CGT de Moyano y los intendentes, por una diferencia mayor al 5% que asegure su triunfo, es lo que está por verse. De no ser así, y tener una diferencia más estrecha, no está descartado que los operativos de “empate técnico” y las denuncias de fraude que viene alentando el diario La Nación vuelvan a cobrar peso. El clima de tensión entre los aparatos de los partidos capitalistas en la provincia de Buenos Aires alrededor del control de los fiscales y las peleas por el recuento de votos, las maniobras de los medios en la tarde del domingo que anticiparán resultados contrarios al gobierno y viceversa; serán un componente clave en esta “gran gesta cívica”. Que un escenario de crisis política sea uno de los posibles en la madrugada del 29 de junio, habla de la precariedad del resultado que pueden arrojar estas elecciones.

A esto se refería el dirigente patronal de la UIA, Héctor Méndez cuando declaró que "La crisis política es más importante que la económica". En los mismos días el jefe de los industriales alertó sobre los cortes de ruta de los trabajadores en San Luis contra los despidos. Aun en medio de una coyuntura política dominada por la campaña electoral mediática, en sectores de la clase trabajadora se protagonizan importantes acciones de resistencia como el conflicto que tiene, hace ya siete días, paralizado el Parque Industrial de Villa Mercedes en la provincia de los Rodríguez Saa, a causa de la lucha de los obreros de Tersuave en defensa de sus puestos de trabajo. Allí, tanto los industriales de la UIA como la Cámara de Comercio y la Sociedad Rural denunciaron en solicitada pública que esta lucha de los trabajadores para enfrentar la crisis genera “un clima de inseguridad que afecta a toda la comunidad productiva y a la ciudadanía en general”, y pidieron al gobierno puntano el desalojo de las rutas.
Esta es la “gobernabilidad” y la “unidad nacional” por la que reclaman los empresarios para afrontar los desafíos a la crisis capitalista. Aunque tendremos que analizar la situación política a la luz de los resultados del 28 de junio, ya podemos decir que, de todas formas, estas elecciones no pueden asegurar con certeza estas aspiraciones de la clase dominante.

Las ideas que el PTS difundió en esta campaña electoral del Frente de Izquierda para enfrentar lo que se viene, están claramente expresadas por los discursos de Christian Castillo y Myriam Bregman –que publicamos en este número de La Verdad Obrera- como parte del acto en el Hotel Bauen que realizamos junto a los compañeros del MAS e Izquierda Socialista.

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