A días de cumplirse 31 años del golpe genocida, este no será un aniversario más. Hace 6 meses que hay un nuevo desaparecido en la Argentina y es necesario ser claros: Jorge Julio López está desaparecido porque el 95% de los genocidas sigue impune.
En la edición 226 de La Verdad Obrera presentábamos los números concretos de las llamadas "mega causas" que se siguen contra los represores, demostrando que, a pesar de esa denominación rimbombante, están libres la amplia mayoría de los genocidas. Los datos son contundentes a la hora de hablar de impunidad.

Kirchner, después de intentar a través de diversos voceros minimizar o desvirtuar el regreso de los secuestros políticos en la Argentina, tuvo que reconocer públicamente que los que se llevaron a López son grupos paramilitares compuestos, como mínimo, por represores retirados de las FF.AA. y de seguridad. Pero el gobierno ya demostró que no quiere afectar el sistema de impunidad que persiste desde la dictadura y tiene su continuidad en las provocaciones a las movilizaciones, en la policía del gatillo fácil y en la represión a las luchas obreras y populares. Este 24 hay un compañero desaparecido, hay récord de casos de gatillo fácil y, aunque se oculte, siguen habiendo presos políticos.
Esta realidad, se contrapone con la visión que presenta el gobierno de sí mismo como defensor "de los derechos humanos". Por su parte, los organismos de DD.HH. hoy sometidos al partido oficial, se prestaron a la maniobra gubernamental de copamiento de los actos por el aniversario del golpe. A ellos, Kirchner les organiza un acto propio, con características más "festivas", y los rodeará con militantes del oficialismo. El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, por el contrario, denunciará esos hechos con total claridad.
El CeProDH, se movilizará desde las 16:30 hs., con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, único espacio independiente del gobierno en la ciudad de Buenos Aires y que lleva adelante la lucha por la aparición con vida de Julio López.

Desvirtuar el genocidio
Conjuntamente con esta política que describimos, desde el gobierno hay una nueva ofensiva hacia los juicios por los crímenes de la dictadura, aunque no precisamente positiva. Una de las políticas que más se practica por estos días es cuestionar la sentencia en la que se reconoció la existencia de un genocidio, que obtuvimos en el juicio oral contra el ex Director de Investigaciones de la Bonaerense, Miguel Osvaldo Etchecolatz.
El gobierno y sus organismos afines hablan de la necesidad de acelerar los juicios, cuestión que es elemental, aunque ya tenemos la experiencia del Juicio a las Juntas: no cualquier juicio implica que se avanza contra la impunidad. Ese juicio fue imbuído por la reaccionaria "teoría de los dos demonios"1 y orientado a juzgar sólo a las cúpulas y dejar impune al conjunto del aparato represivo. Desde estos mismos sectores se ataca la sentencia por genocidio.
Por nuestra parte, el grupo de organismos que intervenimos en el juicio contra Etchecolatz2, decidimos romper con esa lógica y en el marco de los estrechos límites que tiene este sistema, acusamos por genocidio y no por una simple sumatoria de crímenes individuales que se le imputaban al represor.
Evidentemente, sacamos a la luz una discusión que por años se quiso acallar. Dijimos en nuestro alegato: "…los hechos aquí tratados no son delitos aislados…son parte de un plan sistemático de exterminio…(que) tuvo un objetivo muy concreto, que era cambiar la estructura económica del país y todas las relaciones sociales, culturales, políticas y gremiales que sobre ella se asentaban…Algunos datos son muy significativos: al momento del golpe, la desocupación del 2.3% y al poco tiempo ya estaba al 8%. El 66% de los cargos económicos del nuevo gobierno fueron ocupados por representantes de las grandes empresas como Martínez de Hoz de Acindar. De una deuda externa de 7.000 millones se pasó en 7 años a una deuda de 56.000 millones. (…) fue uno de los gobiernos más antinacionales de la historia del país. En 1974 los trabajadores tenían mas del 50 % del PBI y pasan a tener el 30% al primer año de dictadura… En pos de ese objetivo es que las FF.AA. y de Seguridad, auspiciadas y alentadas por parte de otros sectores como el gran empresariado y la Iglesia, como se demostró en este juicio, se propusieron el objetivo de exterminar a otro grupo nacional… (que) estaba constituido por todos aquellos que fuesen un obstáculo para ese plan, para esa nueva estructura de país que querían instaurar".
Si tenemos en cuenta que los que siguen amasando fortunas en la Argentina son los mismos, que las cifras económicas que mencionamos están peor hoy que a la salida de la dictadura, que se ha profundizado la desigualdad en perjuicio de los trabajadores y de los más desprotegidos de la sociedad, entendemos por qué ese aparato represivo que implementó la represión más feroz que conoció el país, no fue atacado por los gobiernos constitucionales anteriores y tampoco puede serlo por el actual, cuyo objetivo máximo es juzgar a un puñado de casos emblemáticos, y así poder avanzar en la nunca conseguida reconciliación.
La figura de genocidio, a su vez, es un punto de partida para también juzgar a los cómplices civiles del terrorismo de estado, y hace que no se tenga que demostrar hecho por hecho sino que, si hubo un plan represivo conjunto destinado a exterminar a un grupo nacional, todos los que intervinieron en ese plan son sospechosos de tener un grado de responsabilidad en el genocidio.
Por estos motivos, sabemos que no será fácil que este fallo se repita, y que utilizándolo como punto de apoyo, tendremos que redoblar la movilización popular. Este 24 de marzo, que se juzgue a todos los milicos y sus cómplices por GENOCIDIO, será una de las banderas por las que marchará el CeProDH.


1 Teoría que volvió a orientar la sentencia recaída en la primer sentencia desde la nulidad de las leyes de impunidad, en que se condenó al "Turco Julián", Jorge Simón.
2 Liga Argentina por los Derechos del Hombre, HIJOS regional La Plata, CODESEDH, Fidela, y el CeProDH que integro.