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Informaciones Obreras

Con los metalúrgicos arranca la discusión salarial

Qué paritarias necesitamos

8 de febrero 2007

Después del índice mentiroso del 9,8% de inflación del año 2006, vino el escándalo del Indec. Y es en base a estos índices que la patronal en el caso de los privados y el gobierno para los docentes y empleados públicos pretende ajustar los salarios en el 2007.
Las paritarias que han comenzado a discutirse en estos días en varios gremios (La Fraternidad, metalúrgicos, etc) serán las que marquen la pauta donde deberían moverse el resto de los gremios. El año pasado Moyano pactó con Kirchner un tope del 19% que respetó toda la burocracia, y aunque este año desde el presidente hasta la CGT digan que no hay tope, todos saben que no podrá pasar el 15% (la patronal dice no más del 13%).
Además, como hay un profundo hermetismo de lo que cada gremio está discutiendo en las paritarias, no sólo el índice de aumento sino los nuevos convenios donde la patronal quiere avanzar en la flexibilización, los trabajadores tienen pocas expectativas en estas paritarias.
La actuales paritarias sólo involucran a los trabajadores conveniados, que según las últimas cifras apenas alcanza al 38% de la fuerza laboral del país. La inmensa mayoría de los trabajadores, los precarizados, contratados y desocupados (e incluso jubilados) no recibirán nada de estas negociaciones.
Para colmo Moyano ha dicho que la CGT “no pone techo ni piso”. Que la CGT se niegue a poner piso, o sea un mínimo para el conjunto de los trabajadores y de ahí en mas cada gremio consiga mejoras es la confesión que para el camionero la CGT es sólo un sello para sentarse a negociar con el gobierno, y de ninguna manera una central sindical que lucha (¡ni siquiera negocia!) por el conjunto de sus afiliados. O sea no sirve para nada, ya que cada sindicato se las debe arreglar por su cuenta. 
Las últimas paritarias donde los trabajadores conseguimos mejoras fueron las del ‘75. En aquellos años las bases lograron imponerle a la burocracia no sólo romper los topes que quería poner el gobierno de Isabel. Durante un mes el país se conmovió de paro en paro y se desató la primer huelga general contra un gobierno peronista en la historia, que se negaba a homologar dichos convenios. Ganamos contra Rodrigo y el Brujo López Rega, que se tuvieron que ir, logrando que los trabajadores alcanzáramos a quedarnos con el 50% de lo que producía el país (hoy no llegamos al 30%). 
Por eso la patronal pretende discutir convenio por rama y barrer con el viejo convenio colectivo metalúrgico el 260/75 que conquistamos aquellos días obligando a la UOM y a Lorenzo Miguel a ir mucho mas allá de lo que hubieran querido. Con el verso de que el “el mundo cambió” quieren eliminar categorías, fraccionar las vacaciones, flexibilizar la jornada laboral, avanzar en la mutifuncionalidad, imponer el toyotismo (grupos de trabajo), y recortar ítems como calorías y peligrosidad.
La patronal nacional y extranjera, vienen ganando a lo loco en los últimos años. Es que la devaluación del peso, al pasar un dólar a $3, abarató la mano de obra local. La economía crece a ritmos chinos y en especial la industria. El secreto es muy simple: ha sido a costa de salarios que van por detrás de la inflación. Mientras la productividad y las ganancias han crecido, los salarios quedan rezagados.
Para frenar este atropello y conseguir nuevas conquistas hay que UNIR las filas obreras. En primer lugar incorporando a las discusiones paritarias el tema de los contratados y en negro. La burocracia sindical ni siquiera se plantea el problema. Pero esto no significa que sea imposible. Hace exactamente un año, los petroleros del sur, allá en Las Heras hicieron una lucha ejemplar entre los de convenio Uocra y los petroleros, contra el impuesto a la ganancia. En Foetra Bs As la persistente lucha de los contratistas obligó a la dirección del sindicato a lanzar un plan de lucha que tuvo una alta adhesión entre los efectivos de Telecom y Telefónica por el pase a convenio de los tercerizados, y el compromiso empresario de resolverlo este año. Y fue en subte donde la lucha de tercerizados y los de Metrovías tuvo un importante triunfo, cuando la mayoría pasó a convenio y a la planta permanente de Metrovías (salvo los de Metropolitana, “castigados” por haber hecho punta en la lucha).
Estos tres ejemplos muestran que superando las divisiones en las filas obreras podemos avanzar en nuestros reclamos.
Aunque la desocupación bajó, sigue siendo altísima. No se puede negociar convenios en alza sino se incorpora el reclamo de los desocupados de un aumento en los planes, y trabajo genuino y en blanco para todos.
Si discutimos gremio por gremio, los empresarios se hacen fuertes. Hay que llevar todo a una gran paritaria nacional única donde se discuta el salario y las condiciones laborales del conjunto de los trabajadores, efectivos, tercerizados, privados, estatales, ocupados y desocupados. Estas serían las medidas elementales de unidad obrera para encarar una paritaria con alguna posibilidad de conquistar mejores condiciones que las actuales. Pero nada de esto quiere la burocracia sindical.

Un caso testigo, la UOM
En recuadro aparte, describimos algunos de los conflictos que sacuden a esta industria.
No podemos recular de las viejas conquistas. No alcanza con quitar la categoría mas baja, la de peón, (como forma de mejorar el salario del sector más bajo) como pretenden los dirigentes de la UOM. De lo que se trata hoy es de recuperar los niveles históricos del salario y establecer un piso de convenio igual al costo de la canasta familiar, que hoy ronda los $2.400.
Los empresarios dicen que no pueden dar esos sueldos. Mentiras. La productividad y los precios crecieron mucho más que los salarios. (ver recuadro) Por eso la extraordinaria ganancia es a costa de bajos salarios. 
 Pero nada de lo que están negociando se sabe. Todo se discute a espalda de los trabajadores. Es que los dirigentes de la UOM saben que no será fácil convencer a los metalúrgicos de un aumento miserable. Es que el básico de la UOM ha quedado relegado frente al de los mecánicos de SMATA. Muchos compañeros dicen “queremos ganar en una jornada normal, lo que hoy ganamos con horas extras”.
Debemos reclamar asambleas de fábrica, y por seccional, para votar un pliego de reclamos o proyecto de convenio y elegir a los paritarios que deben ir a negociar. En este camino debemos imponer un plenario nacional de delegados con mandato, abierto a los activistas y a la base para votar un plan de lucha para torcerle el brazo a los empresarios. No será en la mesa de negociaciones donde lograremos sustanciales mejoras salariales y laborales. Lo que nos sacaron durante años, con represión, despidos, cierres, inflación, y traiciones no podemos pretender recuperarlo sin luchar. Pero es verdad que muy pocos están dispuestos a ir a pelear con estos dirigentes acomodados. Por lo tanto la tarea es agrupar al activismo, conquistar nuevos delegados honestos y combativos, recuperar comisiones internas, en el camino de recuperar la UOM para los trabajadores, superando a las distintas camarillas que hoy la dirigen.

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Explotación y ganancias

Mientras en el año 1980 un obrero necesitaba 22,7 horas para producir una tonelada de acero, en el año 2003 la hacía en sólo 3,9 horas. La productividad aumentó más del 500%.
En 2006, la empresa SIDERAR ganó 1.100 millones de pesos, un 14% más que el año anterior. Esto significa que cada trabajador de la empresa le generó una ganancia de 700 pesos por jornada, cuando el salario promedio por día no supera los 100 pesos.
Aluar ganó un 80% más que el año 2005, y Acindar un 21,5% más.
(Datos de Infobae).

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