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DEBATES

EL FALSO ARGUMENTO DE LOS INTELECTUALES PROIMPERIALISTAS

¿Qué es para el marxismo el derecho a la autodeterminación nacional?

Desde sus orígenes, el marxismo tomó el problema de la opresión nacional y, en especial, la cuestión de la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas, un derecho democrático que en la época imperialista puede jugar un rol progresivo, convirtiéndose en instrumento de la movilización contra la burguesía.

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1ro de marzo 2012

Desde sus orígenes, el marxismo tomó el problema de la opresión nacional y, en especial, la cuestión de la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas, un derecho democrático que en la época imperialista puede jugar un rol progresivo, convirtiéndose en instrumento de la movilización contra la burguesía, una clase incapaz –como ha demostrado una y mil veces a lo largo del siglo XX– de llevar hasta el final las tareas democráticas y nacionales, siempre relegadas por su subordinación a las potencias imperialistas. Sobre este aspecto, Lenin señalaba “(…) no sólo el derecho de las naciones a la autodeterminación, sino todas las reivindicaciones fundamentales de la democracia política son ‘realizables’ bajo el imperialismo sólo en forma incompleta, deformada y como rara excepción. (…) El recrudecimiento de la opresión nacional bajo el imperialismo exige a la socialdemocracia, no que renuncie a la lucha ‘utópica’, al decir de la burguesía por la libertad de separación de las naciones, sino, por el contrario, que utilice más intensamente los conflictos que surgen también en este terreno, como motivo para la acción de las masas y para los actos revolucionarios contra la burguesía”.

Sin embargo, la defensa del derecho a la autodeterminación de los kelpers, uno de los argumentos esgrimidos en el documento “Malvinas: una visión alternativa”, no resiste el menor análisis. Desde un punto de vista histórico, los isleños no son una población autóctona –como incluso reconoce la ONU desde 1965, un organismo al servicio de las grandes potencias–, sino que fueron trasladados desde Reino Unido por los ingleses luego de que éstos ocuparan las Malvinas y las transformaran en uno de sus territorios de ultramar, expulsando por la fuerza a los pobladores originarios. Como si esto fuera poco, luego de la guerra de 1982, los isleños recibieron la nacionalidad británica, adquiriendo los derechos y obligaciones de cualquier ciudadano inglés. Sin embargo los firmantes del documento llegan al colmo de plantear que la ocupación de Malvinas es anterior a la unidad del país como tal, como si la historia argentina tuviera fecha de inicio con la sanción de la reaccionaria constitución de 1853. Por otra parte, los pobladores de las islas están vinculados por múltiples lazos a los negocios imperialistas en las islas, recibiendo una importante porción de la renta que los ingleses obtienen de la explotación de los recursos naturales en el Atlántico Sur. De este modo, los firmantes del documento no sólo le lavan la cara al imperialismo inglés, sino que se hacen eco de viejos argumentos y maniobras diplomáticas que éste utiliza como condición sine qua non para entablar negociaciones con Argentina.

Contrariamente a este planteo, los marxistas revolucionarios sostenemos que la recuperación de las islas y la expulsión del imperialismo es un reclamo legítimo que no puede quedar en manos del actual gobierno –que entrega los recursos naturales y defiende las empresas extranjeras– sino que es una tarea que sólo podemos llevar adelante los trabajadores y el pueblo.

J.C.

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