Margarita Stolbizer

A pesar de su autoproclamado progresismo, en su larga trayectoria como legisladora impulsó y votó numerosas leyes antiobreras y antipopulares.
En 1999 defendió ardientemente en el Parlamento la nefasta Ley de Reforma Laboral (Ley Banelco), durante el gobierno de la Alianza, que integraba.

Desde lo más agudo del enfrentamiento entre el kirchnerismo y las patronales del campo, se mostró decididamente a favor de éstas últimas, con un notorio acercamiento al dirigente de la Federación Agraria Alfredo De Angeli, y a Mario Llambías de la CRA, a quien quería llevar como candidato a diputado nacional en elecciones anteriores.

Mantiene una excelente relación con los empresarios agrupados en la Unión Industrial del Oeste, impulsores de la ampliación del Parque Industrial La Cantábrica (uno de los mayores del GBA) que es resistida por los vecinos de Haedo por su impacto ambiental.

En 2010 presentó junto a otros legisladores de la oposición un nuevo proyecto de ley antiterrorista, que en lo esencial coincide con la ley sancionada en 2007 por impulso del kirchnerismo. El fin de este tipo de leyes es alinearse con la llamada “lucha contra el terrorismo” promovida por Estados Unidos, dando lugar además a que cualquier luchador social o político pueda ser juzgado como terrorista por el simple hecho de manifestarse. Ya en 2002 había sido la única representante del Congreso en la Sesión Especial de Parlamentarios para la Acción Global, sobre “Medidas legales de prevención y combate al terrorismo internacional”, en Suecia.
En 2010 también firmó un dictamen de mayoría en Diputados para crear un nuevo régimen penal juvenil, que implica en los hechos una baja de la edad de imputabilidad: se propone la creación de cárceles “especiales” para chicos entre 14 y18 años.

Javier González Fraga

Durante la dictadura militar se enriqueció en la timba financiera con el banquero Raúl Moneta.

Menemista de pura cepa, integró el gobierno del riojano como presidente del Banco Central entre 1989 y 1991. En 2003, acompañó nuevamente a Menem como candidato a presidente redactando su programa económico.
Ni bien asumió como presidente del Banco Central, González Fraga disolvió el Centro de Estudio Penales que investigaba los fraudes financieros del Banco Central, dando vía libre a un sin fin de negociados.

Junto a Alvaro Alsogaray (fundador de la derechista UCD), Erman González, Alberto Rodríguez Saa y José Luis Manzano, integró la comisión encargada de diseñar los lineamientos políticos de negociación con los bancos acreedores de la deuda externa, programa desde el cual surgen las privatizaciones de las empresas del Estado mediante la entrega del patrimonio público a precios irrisorios.

En 2007, se pronunció a favor de Macri como candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Bs. As.

En 2008, apoyó a las patronales agrarias en la pugna por la resolución 125.

Alineado con CARBAP, la entidad de los grandes ganaderos de la Pampa húmeda, González Fraga tiene inversiones en tambos a la vez que exige la liberación de impuestos a la exportación. Asimismo impulsa la eliminación inmediata de las retenciones al trigo y al maíz y la eliminación gradual de las retenciones a la soja, sustituyéndolas por más endeudamiento con la banca internacional y un aumento de las tarifas de los servicios públicos.
Su nombre como candidato a vice de Ricardo Alfonsín fue sugerido por Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Duhalde y de Kirchner y ex candidato a presidente por la UCR en 2007.

A mediados de 2010 fue presentado como miembro del equipo económico de Duhalde, el cual saludó recientemente su designación y llamó a votar en una eventual segunda vuelta.

Está vinculado al derechista Francisco De Narváez y al liberal Alfonso Prat Gay.

Figura en la causa por lavado de dinero contra el banquero saudita Gaith Pharaon, dueño del BCCI, mediante el cual blanqueaba los fondos millonarios obtenidos por narcotráfico, tráfico de armas y otros delitos. A mediados de los ’80, mediante su consultora GF Macroeconomía, González Fraga prestó asesoramiento a Pharaon en proyectos de inversión a partir de la capitalización de los papeles depreciados de la deuda externa.