La decisión del Fondo Monetario de confirmar la postergación de la tercera revisión del acuerdo con la Argentina tiene una implicancia concreta e inmediata sobre el proceso para salir del default.
Porque –aunque trate de disimularse en público– apunta a una cuestión central para la economía doméstica: presionar para que Argentina modifique la oferta de pago a los tenedores de bonos en cesación de pagos.
La intención se expresa a través de diferentes conclusiones que reflejan la actitud del FMI. Primero, manifiesta que el organismo –en su rol de auditor del Grupo de los 7 países ricos– no avala la "Propuesta de Buenos Aires", que el ministro Roberto Lavagna hizo pública el 1° de junio. La oferta incluye modificaciones que duplican la propuesta de pago original establecida en Dubai. En base a esto, el equipo económico no esperaba otra cosa que un apoyo del FMI, con aprobación de las metas fiscales, monetarias y políticas previstas para el período marzo-junio.
La segunda implicancia es que al no respaldar la propuesta, no apoya por ahora las negociaciones internacionales para salir del default. En otras palabras: el FMI no acompañaría con su aval la gira internacional que el equipo económico planea hacer a fin de agosto para promocionar la propuesta para salir de la cesación de pagos.
Este sería un cambio importante, en relación a la experiencia de los últimos default. En los casos anteriores el FMI cumplió un papel fundamental para ayudar a que las naciones superen el default. Ocurrió con Ecuador y también con Rusia, donde los funcionarios del Fondo participaron de las giras y presentaciones de los países en los centros financieros internacionales para apuntalar la aceptación de las ofertas.
En el caso argentino, al estar suspendido el acuerdo y postergada la revisión, el FMI estaría imposibilitado de acompañar en público la presentación del Palacio de Hacienda.
Esa gira internacional estaba prevista para que se inicie a mediados de agosto. Pero las múltiples consultas de la Comisión de Valores de los Estados Unidos (la SEC, en inglés) al Palacio de Hacienda, obligaron a reprogramar los viajes para fines de este mes. Ahora, se estima que la falta de un aval del FMI puede aumentar los pedidos de aclaraciones de la SEC. Porque implicaría un riesgo mayor la aprobación de la propuesta para para hacer una oferta publica internacional.
La actitud del FMI busca además otro impacto. Según el organismo, una mejor oferta implica mayores pagos. Así el FMI quiere endurecer su posición ahora, para negociar con más dureza en septiembre un aumento del superávit fiscal de la Argentina. Un reclamo que en el Gobierno no quieren aceptar porque amenazaría el repunte de la economía.