Desde enero nuestra asamblea se reunía en la esquina de Medrano y Corrientes al calor de debates tales como la re-estatización de las empresas privatizadas, el no pago de la deuda externa y por supuesto, con el norte del “que se vayan todos”.
Diez meses después estamos funcionando en un “predio recuperado” por nosotros mismos. Así es como denominamos a las tomas de distintos edificios vacíos; acciones que de hecho se transformaron en verdaderos desafíos a la propiedad privada burguesa y su legalidad.
Como dice MC, una compañera de la asamblea: “es un salto cualitativo, la asamblea cambió, es un lugar muy interesante, un lugar de inserción en el barrio, se rompe con la legalidad siguiendo el camino de Zanon”. Pero esta no ha sido nuestra única actividad.
A sólo una cuadra de nuestro predio, está la clínica El buen Samaritano. Sus trabajadores tomaron el establecimientos luego de no cobrar los salarios durante 6 meses. Desde ese momento nuestra asamblea estuvo a su lado y expresó su solidaridad en la difusión del conflicto, el fondo de huelga y juntos cortamos 2 veces la avenida Medrano.
Asambleístas y trabajadores tomamos un mismo camino, tomamos las cosas en nuestras manos. “Las cosas no son de quien las compra.-dice L, miembro de nuestra asamblea-, El problema es la utilidad, ya que plantea una inflexión, si seguir dando los mismos servicios y conseguir alguien para que ponga la plata, o que los trabajadores le impriman su sello y sirva para brindar servicios de salud a los más necesitados”
Pero la lucha no se remite a estas cuestiones. En las últimas semanas debatimos arduamente el carácter de las próximas elecciones tramposas para ‘que se queden todos’ y, hace dos reuniones atrás votamos abrumadoramente por el boicot a esta convocatoria trucha de Duhalde. Fue un debate que se dio en el marco de una discusión muy dura con el MST, que intentaba defender lo indefendible planteando que había que participar de estas elecciones, mientras los miembros del PO no emitían palabra.
La votación no sólo demostró el rechazo completo a estas elecciones truchas sino que dio un impulso militante a muchos asambleaístas que como Chango comentaba: “tendríamos que ir a cada acto electoral de los que se presentan y hacerles un escrache, sea quien sea.” y agregaba: “ La política de boicot combina el dar una respuesta al fenómeno de las elecciones pero sin convalidarlas”.
La intensión es que el boicot se exprese en todas las actividades que hace la asamblea, en los cortes junto a los trabajadores de la clínica, en los cacerolazos contra los tarifazos, y también en las actividades culturales que se realizan en el predio, junto con todo el apoyo a los trabajadores de la Cínica el Buen Samaritano y por la coordinación de los trabajadores de empresas tomadas y asambleas.