El jueves 5 la infantería de la policía bonaerense reprimió a los trabajadores de ATE Quilmes que ocupaban un sector del Municipio en reclamo de la reincorporación de 17 despedidos. La orden del Intendente Francisco Gutiérrez dejó un saldo de más de 10 heridos. Horas después ATE Provincia llamó a un paro para el día siguiente. Lo mismo hizo el SUTEBA Quilmes que, en medio del escrutinio de las elecciones de CTERA, resolvió en asamblea hacer un cese de actividades de los docentes, al que se sumaron posteriormente la FEB y UDOCBA.

El viernes 6 más de mil personas marcharon desde la sede de ATE Quilmes hasta la Municipalidad repudiando la represión. Además de delegaciones de estatales de toda la provincia marcharon el SUTEBA, los otros gremios docentes y un conjunto de organizaciones gremiales, estudiantiles y políticas. Desde el CeProDH, la agrupación Marrón de docentes y estatales y el PTS en el FIT tuvimos una activa participación, denunciando la brutal represión policial y solidarizándonos con los reclamos de los compañeros de ATE.

A sólo un día de la asunción de Granados su política de mano dura fue expuesta con toda crudeza reprimiendo trabajadores en conflicto. Pero esta militarización de las luchas obreras no es una prerrogativa del caudillo de Ezeiza. Ya el lunes, cuando todavía Casal era Ministro de Justicia y Seguridad, la infantería y la montada habían ocupado la planta de Cerámicas Roca de Avellaneda para intentar quebrar el conflicto por reencuadramiento sindical, lo que no lograron debido a la valiente actitud de los obreros. Del lado de Gutiérrez la orden de reprimir muestra su puesta a tono con la política de criminalización de la protesta de los gobiernos nacional y provincial. Como venimos denunciando, cuando los kirchneristas y Massa hablan de seguridad apuntan a criminalizar la pobreza y la protesta. Con la lucha unitaria y la movilización debemos impedirlo.