Marzo. Se empiezan a sentir los efectos de la crisis industrial: 20 mil despidos, 50 mil suspensiones. En muchos lugares de trabajo, sin embargo, la resistencia se pone a la altura del ataque. Como mostramos en estas páginas, el lock-out patronal de Tersuave desató un paro histórico en el Parque Industrial de Villa Mercedes. ¿Recuerda algún antecedente? En Córdoba, mientras las multinacionales del automotor echan a su antojo, los delegados de base de Iveco – junto a cientos de trabajadores – hicieron suyo el planteo de “reparto de las horas de trabajo”, y hacen ceder a la empresa. En Rosario, las grandes cerealeras quieren seguir con la precarización y los salarios miserables. Los trabajadores les dijeron que no. Paro y piquete. Ganaron. En la multinacional Pilkington la rebelión contra los despidos hizo trizas el plan patronal.

Son algunos ejemplos. Hay que extenderlos, contagiarlos, que puedan trascender la lucha por fábrica para poder derrotar a los capitalistas y la burocracia sindical. Para parar los despidos, las suspensiones: que se repartan las horas de trabajo al 100% del salario. Que la CGT abandone su apoyo a la política oficial y la CTA deje de chamuyar y llamen a un paro y una lucha nacional en defensa del empleo y el salario.