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Informaciones Obreras

Parmalat: La lucha en la encrucijada

4 de febrero 2005

Ya son casi dos meses de lucha de los obreros de Parmalat. Los trabajadores se las tienen que ver con la mafia de Sergio Taselli que se hizo cargo de la empresa con el firme –y explícito– objetivo de cerrar el centro de distribución de Carapachay, despedir a cientos de trabajadores, suspender y rebajar los salarios. Los compañeros lecheros tienen a otro enemigo: la burocracia del sindicato ATILRA. Bajo el mando del Secretario General Vilches los burócratas se encargaron de amenazar y apalear a los trabajadores, cooptar delegados, y organizar un plan de entrega de la lucha a espaldas de los delegados de base y los trabajadores. Y el Ministerio de Trabajo quiere que se forme una “Comisión de seguimiento” del conflicto compuesta nada menos que por la patronal y la burocracia sindical. Como decimos en el bando repartido por miles en las principales fábricas de la zona norte, “en esa comisión no se va a discutir ninguna solución para los obreros, sino como se aplica el convenio de crisis: cuántos van a ser los despedidos, si los suspendidos serán más o menos, o cuál va a ser el porcentaje de rebaja salarial. O sea, si a los trabajadores les cortan el brazo, la mano o los dedos” (PTS, 26/01). 

Unidad para la lucha

El 27/01, en una asamblea conjunta realizada en Pilar, los compañeros resolvieron rechazar la comisión de seguimiento y el plan de Taselli y enfrentar todo intento de despidos o suspensiones con medidas directas en ambas plantas. Esto mismo se ratificó en la asamblea del 03/02.
Pero las valientes resoluciones tomadas no servirán de nada si no se derrota a la vez al cuarto enemigo que hoy enfrentan los compañeros: la división. El plan de la patronal y la burocracia busca la división de los trabajadores: cerrar Carapachay y mantener Pilar con despidos, suspensiones y rebaja del salario. Esto sólo puede evitarse con la unidad de los trabajadores y medidas que lo enfrenten. A pesar de ello, sólo se suceden las constantes marchas al Ministerio. Esto hace que la burocracia haya metido la cola en la planta de Pilar para minar la lucha desde adentro, borrando a dos delegados de base. En este marco, los delegados de Carapachay denuncian que, además, uno de los referentes de Pilar y dirigente opositor del sindicato, Roberto Gómez se halla (puesto a dedo por ATILRA) en la comisión de seguimiento, sin mandato alguno de la base.
A pesar de los esfuerzos de los obreros y varias decenas de activistas que toman la lucha en sus manos, el conflicto no tiene una dirección unificada y firme.
Encima, los intentos de poner en pie una fuerte y amplia Comisión de Solidaridad (como venimos proponiendo) para ayudar a la lucha contra tantos enemigos con delegados, internas, sindicatos, estudiantes y movimientos de desocupados viene siendo resistida, no por los trabajadores sino de los compañeros del PO. Es inconcebible.
Como contaron los compañeros de Zanon (que vinieron de Neuquén a apoyar la lucha) a los delegados en una reunión de solidaridad en el Bauen, ellos tuvieron que enfrentar un plan similar: se unieron a los desocupados y se ganaron el apoyo de la comunidad, pero a la vez tuvieron que barrer con la burocracia, tomar la planta y enfrentar a los carneros, la policía y el gobierno. Una cosa sin la otra no funciona.
Los delegados y dirigentes de Parmalat tienen en sus manos la responsabilidad de unificar la lucha en ambas plantas y preparar seriamente las medidas que permitan torcerle el brazo a Taselli y ATILRA. El festival solidario en Pilar el 11/02 tiene que ser un verdadero acto obrero de la zona norte con delegaciones de todo el país en solidaridad con la lucha de los compañeros de Parmalat. Este viernes 4/02 a las 18hs, en la planta de Carapachay, se intentará nuevamente reunir una Comisión de Solidaridad que tiene que preparar una gran acción para que la lucha triunfe.

Prensa

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