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NOTA DE TAPA

ENTREVISTA A HERNÁN "BOCHA" PUDDU, PERSEGUIDO POR IVECCO (FIAT)

"Parece ser que para la presidenta el único derecho que tenemos es agachar la cabeza"

El Bocha, como lo llaman en Córdoba, es un delegado de base de la fábrica Iveco que encabezó una gran lucha que se dio a fines de 2008 y comienzos de 2009, cuando la multinacional (que auspicia el Fútbol para Todos) echó a la mayoría de los trabajadores contratados.

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3 de marzo 2011

"Por aquellos días -recuerda Bocha- junto con otro delegado respondimos contra esos despidos, mientras la conducción del SMATA los avaló. Y producto de ello el sindicato me inicia un proceso, completamente trucho, para expulsarme como delgado. Finalmemte terminaron aprobando mi expulsión en un congreso en ....San Luis. Tras cartón, la patronal me inicia un juicio de desafuero, que sigue en carpeta hasta el día de hoy."

¿Qué características tuvo el conflicto?

Desde hacía tiempo veníamos peleando por la unidad de la fábrica. Cuando la patronal anuncia los despidos la relación entre los trabajadores contratados y efectivos se estaba soldando. Y desde el principio realizamos muchas asambleas donde resolvimos la defensa de los compañeros contratados y, por otro lado, nos movilizaciones al Ministerio de Trabajo y al Sindicato, para exigirle el cumplimiento de las resoluciones de las asambleas.

¿Cómo se desarrolló en conflicto?

Cuando empezamos el conflicto, las asambleas la realizábamos dentro de la fábrica, luego decidimos movilizarnos al Ministerio y ahí organizamos lo que los compañeros denominaron caravanas, en autos y motos; marchas motorizadas hacia el centro de Córdoba. Está bueno. Nos frenábamos, decidíamos en asamblea nuevamente distintos reclamos y luego íbamos todos juntos al Ministerio de Trabajo. Ahí nos encontrábamos con los trabajadores de Volkswagen y Gestamp, que estaban con el mismo reclamo y uníamos las fuerzas. Esta lucha duró más de 6 meses, con cortes, movilizaciones y bloqueos a la fábrica.

¿De qué te acusan?

El sindicato, de violar el estatuto por haber realizado asambleas con mis compañeros (sic). Dicen que no tengo derecho a organizar asambleas. Aunque, en realidad, lo que esconden es que en el Ministerio de Trabajo me negué a firmar el acta de despidos. Por esa desobediencia al sindicato, me inician un sumario de expulsión, obvio que la "resolución" de expulsarme ya estaba cantada de ante mano. Nunca aceptaron mi propuesta y la de los trabajadores de que se decida mi situación en asamblea y que sean los obreros los que digan si querían o no que yo siga siendo su delegado. Al toque, la patronal me deja afuera de la planta y me suspende ilegalmente y me inicia este juicio de desafuero para despedirme. En estos momentos tengo un juicio con el sindicato y una resolución pendiente con el Ministerio de Trabajo de la Nación que me hace el SMATA; y, por otro lado, el juicio que me inicia la patronal, de desafuero, tendiente a despedirme.

¿Cuáles son las próximas acciones?

Las plantas automotrices volvieron a tener récord de producción y a tomar contratados. Los ritmos de producción crecieron y las condiciones de trabajo empeoraron muchísimo. Desde el boletín nacional “Desde las Bases”, estamos desarrollando un trabajo que empieza nuevamente a rendir sus frutos.

En ese marco vamos a desarrollar una gran campaña pidiendo contra el jucio de desafuero. Buscando el apoyo nuevamente de las personalidades de los derechos humanos, políticas, sociales. En su momento el mismo Osvaldo Bayer nos brindó su solidaridad. Vamos reclamar a la justicia, junto a toda esta gente, ya que no puede aceptar fácilmente un desafuero, que no tiene causas que se puedan probar, sin que eso demuestre que son cómplices de Fiat-Iveco. Pero además, los compañeros de las agrupaciones juveniles del PTS están discutiendo lanzar la campaña activa, con escraches, movilizaciones contra esta multinacional que volvió a las ganancias récord y mantiene la precarización laboral, mientras intenta despedir a quienes defendemos a los trabajadores. En esta campaña también vamos a denunciar a los dirigentes de SMATA, como Omar Dragún, que se están preparando para hacerle el aguante a De la Sota para vuelva a ser gobernador. Dejaron solos a los contratados y ahora buscan puestos políticos de la mano de De la Sota.

Tenemos que ver cómo se desarrolla el tema judicial, y esencialmente volver a poner en el centro de la escena la discusión de los ataques de las patronales y poderes judiciales a los distintos delegados de base, activistas y luchadores.

¿Escuchaste el discurso de la presidenta donde habla de los cortes y cómo se perjudica a los usuarios?

Sí, se quiere ir a un escenario donde los trabajadores paren los reclamos. Venimos de una situación de reclamos por lo que nos corresponde, esencialmente los tercerizados. Parte de eso es lo que vimos en el Parque Indoamericano el año pasado, sumado a una discusión más general que es la de la inflación y el salario. Es un mensaje claro para decir “muchachos, no jodan, que el que se salga del margen, el que corte rutas, el que esté por fuera de lo que conversemos con los empresarios y los sindicatos amigos, va a sufrir persecuciones causas judiciales, procesamientos, cárcel…”. Me pareció un discurso claramente amenazante hacia el sector obrero. Es una locura que se le esté dando prioridad al hecho de poder circular cuando hay personas que se están muriendo de hambre, que no tienen para alimentar a su familia, que quieren pensar cuando sus hijos puedan ir a estudiar, que tengan salud, tengan vivienda. El surgimiento de lo del Parque Indoamericano expresa cosas muy profundas, la gente no tiene dónde vivir, y se creó el Ministerio de Seguridad, no el Ministerio de Vivienda.

Los trabajadores tercerizados quieren pensar su vida por lo menos a diez o quince años, y no tienen ni siquiera el derecho a ilusionarse con eso, tienen que pensar en el día a día y en la sobrevida cotidiana. En ese marco, la burocracia sindical es completamente cómplice, como lo estamos viendo. Mientras los dirigentes sindicales tienen el derecho a perpetuarse, a enriquecerse, a asesinar con medicamentos truchos o con balas como a Mariano Ferreyra, los trabajadores el único derecho que tenemos parece ser a agachar la cabeza. Esa es la tensión en la que estamos.

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