Agradezco por la invitación [...] Tres temas nos convocan. Primero, la naturaleza de la crisis mundial. En segundo lugar [...] un debate que involucró a compañeros que estamos en esta mesa [...] Y en tercer lugar, alguna reflexión sobre el proceso político que queda planteado en este contexto.

Sobre la naturaleza de la crisis actual [...] hay que ir mucho mas allá de las cifras [...] es totalmente insuficiente decir que es una crisis capitalista [...] Hay crisis capitalistas hace 150 años. ¿Cuál es la peculiaridad de esta? Naturalmente no es que sea una crisis de sobreacumulación y tampoco que sea de sobreproducción [...] Aludir al carácter histórico de la crisis es situarla en el contexto de un proceso de desarrollo de la humanidad.

[En el ‘29] una parte de este planeta había sido sustraída al metabolismo de la acumulación capitalista. Era la vieja Rusia de los zares [...] Pero esta crisis [...] sucede a un inédito suceso de restauración capitalista en casi la mitad de la geografía mundial en donde el capital había sido expropiado [...] Fue un recurso último que utilizó el capital para salir de un impasse profundo [...] que sufrió en la década del ’70 del cual salió violentamente a atacar en todos los frentes. Primero atacó a su propia clase obrera [...] con la decadencia en las condiciones de vida en los viejos imperios, [...] con la liquidación de viejas conquistas sociales. Luego sacudió a la llamada periferia capitalista [...] Eran los años del saqueó de la deuda externa, de la depredación ambiental y sanitaria de nuestro continente. [...] Cuando eso no bastó [...] fue por la URSS y por China [...] Y las bolsas saltaron eufóricas. Habían ganado.
Hubo dos pronósticos. China y Rusia le abren un porvenir y un horizonte que el capitalismo nunca tuvo. Y hubo otro pronóstico: [...] que la restauración capitalista en aquellos viejos estados obreros no iba a poder sortear el límite histórico insalvable del agotamiento del capital [...] El marxismo ha hecho grandes pronósticos en el Siglo XX: [...] pronosticó que con el imperialismo venía una era de guerras, revoluciones, decadencia y descomposición social [...] El marxismo pronosticó, antes que nadie, que si la Revolución Rusa permanecía aislada venía la restauración.

Octubre fracasó. Pero eso no le dio al capitalismo un horizonte estratégico nuevo. [...] El capitalismo había llegado a un límite histórico [...] Si no hay Ave Fénix [...] tiene que haber una trayectoria, una tendencia. Y esto me lleva al segundo punto [...] ¿qué debatimos nosotros? [...] Una sola cosa y después hay veinte mil accesorias. [...] Se dice que discutíamos si después de la crisis hay recuperación ¡No! [...] La teoría del derrumbe, el catastrofismo, no es “el capitalismo está siempre en la lona y nunca se recupera y nunca se va a recuperar”.

Llegado un punto las tendencias del capital a valorizarse sobre la explotación del trabajo quedan anuladas [...] porque tiende a expulsar el trabajo en la competencia entre muchos capitales [...] Y el que planteó esto [...] y le agregó “en el marxismo hay una teoría del derrumbe”, y que sólo los revisionistas criticaron, fue Roman Rosdolsky. Yo dije: “sí, tiene razón Roman Rosdolsky” [...] El capitalismo tiende a autodisolverse [...] Se cae por sus propias contradicciones porque no puede funcionar sobre la ley que el propio capital desarrolla [...] Está envejecido.
Rosdolsky dice que una parte de los Grundrisse sólo puede leerse conteniendo la respiración por la profecía histórica que contiene [...] Marx dice: “yo no lucho sólo por emancipar a los trabajadores, lucho por la emancipación de la humanidad del trabajo [...] Porque esa posibilidad la crea el capitalismo que sólo puede vivir explotando al trabajador y en la competencia desplaza al trabajo del lugar de producción” [...] ese era el único debate: [...] un capitalismo que [...] nos puede llevar a un retroceso civilizatorio. Esto es crear también conciencia entre la vanguardia sobre el compromiso que tiene que asumir [...] Ahora los que me entienden de una manera que puede ser desaforada serénense. El capitalismo se cae solo, pero no se sustituye solo [...] Eso nos cabe a nosotros.

Y ahora, [...] podemos entrar en este proceso político en términos adecuados [...] Claudio Katz dijo: “hay que decir crisis capitalista”. Yo le pondría “crisis del capitalismo en descomposición”. [...] El problema es otra vez la terrenalidad de la política. [Los Economistas de Izquierda] se reunieron en Venezuela [y firmaron] una declaración [...] frente a la crisis mundial. ¿Qué proponía como medida práctica? [...] que se reúnan los gobiernos capitalistas del continente para dar una solución. ¡Todos! No Chávez y Morales que más o menos [...] No sólo ellos, sino todos: Calderón, Uribe, Lula, Bachelet [...] Algo falla en la caracterización [...] La respuesta continental tiene que ser la de estimular, lo que Christian Castillo acá llamó un desarrollo político independiente [de] las masas obreras, campesinas para crear un polo y una alternativa a esto que se deshace [...] El problema que enfrentamos es que peor que el derrumbe del capitalismo [...] es el derrumbe de la izquierda. Porque una izquierda que propone que se reúna Uribe, Calderón y Lula [...] no puede dar una respuesta al problema [...] Porque la crisis [...] va a remover almas y mentes a nivel mundial. ¿La gente va a salir con la cabeza revolucionaria? ¡No! Va a salir porque no aguanta más y porque la hambruna, la miseria y el desastre va ser brutal. Pero cuando la miseria, la hambruna y el desastre es total las cabezas piensan, las clases se posicionan [...] Hay que tener esa visión [...] para hacer de esta crisis mundial la posibilidad de resolver lo que cien años de historia no nos permitieron resolver.