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PRIMERAS SEMANAS: Crónicas desde el corazón de la planta

Todo transcurre con la implacable monotonía que impone la línea de producción hasta que un mazazo, en el momento inesperado, te deja sin habla.
La rutina vuela por los aires y a la parálisis del impacto le sobreviene la acción. Lo inalterable se ve alterado. Ya nada es igual, ni siquiera las conciencias que parecían inamovibles.

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17 de septiembre 2009

Todo transcurre con la implacable monotonía que impone la línea de producción hasta que un mazazo, en el momento inesperado, te deja sin habla.

La rutina vuela por los aires y a la parálisis del impacto le sobreviene la acción. Lo inalterable se ve alterado. Ya nada es igual, ni siquiera las conciencias que parecían inamovibles.

1 - Primero la angustia. Y el sonido que provoca el llanto entremezclándose con las cadenas de oraciones. Luego sobreviene un compañerismo masivo y espontáneo. Se donan los vales alimenticios para los despedidos, ya que no le sirven la comida.

En la puerta un niño pregunta “¿Cuando volvés a casa, mamá?”.

Kraft lanza un comercial para “resaltar los valores de la infancia que hoy están un poco olvidados”. Los hijos detrás del portón no la olvidarán.

2 - El encierro. “Dictada la conciliación obligatoria, esperamos que vuelvan nuestros compañeros. Pero las horas pasan y ellos no llegan.

Al rato por mensajes de texto nos avisan que los tienen encerrados en un quincho sin dejarlos ni siquiera salir a almorzar.

Cuando se corrió la bola muchos dejamos de limpiar y sin decirle nada al Líder nos retiramos al baño”, cuenta un trabajador.

3 - El nacimiento. X acaba de ser papá pero no puede ir a recibir a su hijo por que está encerrado en el quincho. El hecho conmovió inmensamente.
Su mujer acaba de dar a luz, mientras aquí la bronca comienza a parir la solidaridad obrera.

4 - El control. La empresa quiere disolver los grupos que se crean en el almuerzo. Hasta intentan controlar cuando se va al baño.
El apriete se hace sentir y se vuelve más pesado por la agachada del sindicato.

5 La asamblea. Esa mañana los despedidos deciden no asistir a los “cursos”. En ese momento se produce una asamblea de hecho. “Fue una asamblea mayoritaria, como nunca antes había visto”.

6 - La filmación. La seguridad viene a filmar la asamblea. No hay dudas que la empresa busca provocar. Luego, en todos los sectores, los jefes repiten la operación.

“Nos pusimos a trabajar para las cámaras. Cuando se fueron largamos todo y no nos movimos”.

Alguien ha filmado a quienes filman, para que todos puedan ver la provocación con sus propios ojos. Mala jugada de la patronal. Solo consigue que el odio contra ella aumente.

7 - La nota. En algunos sectores pequeños grupos de trabajadores tratan de hacer firmar notas contra los despedidos, pidiendo que las líneas funcionen. La inmensa mayoría se niega a firmar y les pregunta porqué hacen esto.

Están quienes piensan que de esa forma van a lograr que les paguen. Se les responde que lo que hacen no sirve ni siquiera para eso.
Algunas trabajadoras se han arrepentido de firmar. Ahora les explican a otras que insisten que el error que ellas cometieron no tienen porqué cometerlo otras.

8 - La militarización. Hoy la planta abrió sus puertas totalmente militarizada. Llovía intensamente. Era el lunes 7.

“Parecía una fábrica semi vacía. Ahora con los despedidos afuera no sabíamos lo que nos esperaba. Sólo se murmuraba tratando de que no nos oyeran los buches que caminaban con gloria por los pasillos y eran a los únicos a los que se escuchaba reír. Pasadas las cinco y media estábamos en el comedor mirándonos las caras, cuando alguien gritó: ¡entraron!, ¡ya están adentro!. Al ver a los compañeros las caras se volvieron de alegría y alivio.

Pero de repente ingresa la seguridad con la policía con escopetas y palos para llevárselos. Hacemos de escudo para impedirlo, logrando que los despedidos se confundan entre nosotros.

Los jefes gritan creyendo que estamos intimidados. Estamos firmes pero serenos y no entramos en ninguna provocación”.

La determinación vence y a la policía no le queda otra que retirarse.
9“Que no nos dividan”.

Llevamos semanas de provocaciones y persecuciones. A pesar de los aprietes, se paró masivamente.

En estos días todos hemos aprendido algo.

Donde antes había debilidad, ahora hay fortaleza. Eso se siente y se dice.

La gente saca conclusiones y éstas se generalizan.

“¡Que no nos dividan!”, ese es el sentimiento mayoritario de las obreras y obreros de Kraft.

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