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AEROLINEAS ARGENTINAS: OFICIALISMO Y OPOSICION

Otro rescate a los capitalistas carretea por el Congreso

El debate en el Congreso del proyecto de ley para la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral muestra que el gobierno nacional se juega mucho más que la sanción de una norma. Para el kirchnerismo, luego de la derrota sufrida frente a las patronales agrarias, es vital recuperar espacios en el poder legislativo

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14 de agosto 2008

El debate en el Congreso del proyecto de ley para la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral muestra que el gobierno nacional se juega mucho más que la sanción de una norma. Para el kirchnerismo, luego de la derrota sufrida frente a las patronales agrarias, es vital recuperar espacios en el poder legislativo. Si pensaron que la vuelta de la Línea Aérea de Bandera a la órbita del Estado era una buena ocasión para cumplir tal objetivo (que para el gobierno debe ser transitorio), no será un trámite sencillo.

La impunidad vuela a Madrid

Hace algunas semanas reflejábamos la hipocresía con la que estuvo impregnado el acto donde la presidenta Cristina Fernández de Kirchner realizaba el anuncio sobre Aerolíneas. Esto se reflejó en el proyecto que envió al Congreso, cuya intención es el “rescate” mediante “la compra de acciones”, y realizar un escandaloso salvataje al grupo vaciador Marsans. Según continúa la letra, la multinacional española no solo no haría cargo de la deuda sino que también deja la puerta abierta para que reclame una compensación por desprenderse de la empresa. Asimismo, en el ítem 6 del proyecto, se contempla una futura privatización, aunque después que el Estado se haga cargo de la deuda, de solucionar con recursos públicos las consecuencias de la desinversión y el vaciamiento. Mientras tanto, los directivos de Marsans regresan tranquilamente a Madrid, produciendo otro grosero fraude.

Dos caraduras

Si algo quedó claro en las comisiones de Diputados es que la hipocresía no es patrimonio exclusivo del oficialismo. Es llamativo que los radicales que hoy se lamentan por el desastre dejado por Marsans, olviden que esta patronal llegó a la Argentina de la mano de De la Rúa. Otro tanto de los mismo ocurrió con los directores de Marsans, Vicente Muñoz y Horacio Fargosi, que se pasearon por las comisiones de Transportes y Presupuesto de la Cámara de Diputados con toda impunidad. Muñoz, volvió a argumentar lo que viene repitiendo bajo diversas dosis de cinismo: Aerolíneas y Austral están arruinados por culpa de la conflictividad de los trabajadores; causa de “enormes deudas e inviabilidad”. Unos caraduras. No sólo no invirtieron un peso, sino que se apropiaron de 750 millones de dólares que la SEPI transfirió a Aerolíneas para saldar deudas, sino que además no pueden justificar qué hicieron con los casi 900 millones de dólares, que Ricardo Jaime reconoció que le transfirió el Estado.

Sobreventas y sobretodos

Los que conocen la realidad de Aerolíneas de lo últimos tiempos saben que lo único que les importaba a los españoles era facturar lo máximo posible a diario. En sintonía, y para extender el robo, vendieron más pasajes de los que podían cumplir. Muñoz dijo que es falsa la acusación de sobreventa de pasajes y que en todo caso “se han sobre-programado vuelos para cubrir la demanda y mejorar la rentabilidad”, en una empresa que de un total de 85 aviones solo tiene operables 26. Entre las opciones “aceptables” evalúan la quiebra para poder comenzar con una nueva línea aérea privada o estatal desde cero. Claro que no aclaran qué será de los trabajadores; de sus convenios colectivos y antigüedad.

¿Servicios públicos en manos privadas?

Tanto unos como otros quieren salvar a los Marsans, haciéndole pagar el desfalco de Aerolíneas a las familias de los trabajadores aeronáuticos. Ningún diputado levanta un plan que incluya la estatización definitiva de Aerolíneas, obligando a los dueños de la multinacional Marsans a hacerse cargo hasta el último peso del robo y estafa impuesta. Ninguno de ellos quieren terminar con un mercado aerocomercial regido por los criterios de rentabilidad empresaria que van a contramano de la posibilidad de que los sectores de menores recursos puedan viajar por este medio y que ciudades menos rentables para los bolsillos capitalistas vuelvan a tener vuelos asignados. Un servicio público no puede ser ni estar en manos privadas. Solo los trabajadores aeronáuticos estamos exentos de responsabilidad de lo que ocurre hoy con ARSA. Por eso, es mas imperioso que nunca levantar la reestatización definitiva sin pago, bajo control de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas.

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