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Juventud

Extender este frente a todas las universidades del país

Oktubre en Sociales de la UBA

5 de noviembre 2003


El Jueves por la noche, un día antes del fin de las elecciones, los militantes del ARI-La Vertiente (conducción saliente del Centro de Estudiantes) y los de Sociales Unidos por la Democratización (SUD, auspiciado por el decano Federico Schuster), se retiraron silenciosos de la facultad. Los de Oktubre nos fuimos cantando: sentimos que habíamos ganado, porque ganamos el debate político, persona a persona. El Sábado al amanecer, los resultados lo confirmaron: Oktubre ganó la elección de Centro de Estudiantes con el 32% de los votos, la de representantes estudiantiles al Consejo Directivo con el 26,4% (obtuvimos la mayoría de 3 consejeros, uno de ellos Martín Ogando, de En Clave ROJA), y la del claustro estudiantil para la Junta de carrera de Sociología (en la que Octavio Crivaro es consejero electo) con el 38,61%, además de las minorías en el resto de las carreras, excepto Ciencia Política. Realmente: un triunfo impresionante.

Los que ganamos

Lo que permitió que por primera vez en la facultad más activa y politizada del país surgiera un frente de la izquierda, fue una práctica común de las agrupaciones e independientes de Oktubre en las principales luchas de la facultad. En tal sentido, Oktubre es lo opuesto a los frentes "de ocasión" como los que lamentablemente integran el PO y el MST en varias facultades con corrientes semi-kirchenristas del PCR y Patria Libre (ver en esta página).
En primer lugar, intervinimos en la elección directa del director de Sociología en 2002. Fuimos nosotros los que enfrentamos a la camarilla que reina (sic) en la UBA y procuramos "traducir" hacia adentro de la Universidad el espíritu del 19 y 20 de Diciembre. Lo hicimos cuestionando uno de los pilares de la reproducción de este régimen universitario estamental (el voto indirecto y calificado, la preponderancia de los profesores) y organizando la primera elección directa bajo el voto igualitario de todos (una persona, un voto).
En honor a esa gesta, en la Carrera de Sociología presentamos, junto a la lista de docentes y graduados que apoyaron "las directas", a Christian Castillo como candidato a director. Obtuvimos el apoyo de 1218 compañeros en los tres claustros, 180 votos menos que el candidato ganador, apoyado por el decano. Sumando a la lista divisionista que, levantando un programa similar al nuestro, se presentó sola (Luis Fanlo, que obtuvo 215 votos) los que peleamos por "las directas" ganamos en votos absolutos. De todos modos, el sistema de elección fue de voto "ponderado" donde los cerca de 2600 estudiantes que votaron valen lo mismo que los 415 graduados y 87 profesores. A las autoridades no les quedó maniobra por hacer (impusieron la lista sábana, procuraron que los estudiantes del CBC no voten y hasta intentaron torpemente fraguar las actas del escrutinio). La derecha, por su lado, que se opuso a la democratización fue apabullada por nuestro movimiento: sacó menos de 270 votos. Algo hemos aportado a comprender cuáles son los métodos para enfrentar a los conservadores: unidad en la acción, no ceder lo esencial.
En segundo lugar, a fines de 2002 enfrentamos nuevamente al Rector Jaim Etcheverry, exigiéndole un edificio único. Lo hicimos en una toma que, a pesar de haber sido lanzada irresponsablemente por el ex-MRS (hoy SUD), la bancamos 45 días los activistas y las corrientes de Oktubre. Entonces, los tristes funcionarios de El Mate- SUD apostaron a debilitar la lucha y afirmaban que no era conveniente incorporar el desprocesamiento de Martín Ogando y Sergio Salgado (perseguidos por enfrentar el fraude de la Franja Morada en 1999), porque "no hay consenso entre todos los compañeros". Martín y Sergio fueron electos consejeros directivos, es decir, representantes de los estudiantes en el gobierno de la facultad, por casi 5000 compañeros. Los procesados, los que enfrentamos a las camarillas y queremos democratizar, pero en serio, fuimos "refrendados" y con nosotros, nuestra política. La de los moderados, no.

Los que retrocedieron

En tercer lugar, rechazamos la intervención del Consejo Superior a Sociología, luego de "las directas". No fue la única vez que la derecha atacó Sociales. De hecho, la "intervención" se transformó en el mecanismo al que apela siempre la microburocracia que se sienta en el vértice de la pirámide universitaria. Cada vez que lo hizo, fuimos nosotros los que, manteniendo nuestra independencia programática, planteamos que la facultad enfrente unida a la derecha. La última vez que planteamos eso fue el Miércoles, en medio de los comicios: el CS resolvió restringir aún más a las Juntas de carrera, instalando un 50% de docentes (hoy, tienen 33%) y destacando que sólo pueden ser directores los profesores regulares, una estrecha minoría. De aplicarse este "diktat", se invalidarían las elecciones en curso.
Ante esto, el decano y SUD prefirieron "hacer la plancha" una vez más, antes que enfrentar decididamente el nuevo embate. Es que "cuando las papas queman", la centroizquierda se muestra impotente. Queda claro: la "democratización" que defiende SUD es irrisoria. Primero, se opuso a "las directas" y apoyaron la intervención a Sociología; luego apoyaron el voto calificado para los profesores; ahora, se aliaron con el duhaldismo de la facultad, unos "campeones de democratizar". Por último, una perlita: en Trabajo Social y Comunicación Social, bastiones de SUD, ganaron sus candidatos. Claro, es que como en la UOM del "Loro" Miguel, había candidato único. SUD perdió todo vestigio de corriente militante y se transformó en el brazo estudiantil del decano Schuster, que hasta pasó por los cursos y sacó una solicitada llamando a votar por SUD.
Quien golpeó a la Vertiente-ARI y a la derecha, fue Oktubre. A los reaccionarios de la UBA se les hará más difícil atacar Sociales, porque triunfamos los que levantamos el programa para la democratización genuina de la universidad: elección directa y revocabilidad de las autoridades, mayoría estudiantil y plenos derechos para los "auxiliares" y los no docentes. Ahora, impulsaremos ampliamente un frente único interclaustros para resistir a la derecha y derrotarla, mientras luchemos para que este programa sea mayoritario en la UBA. Nuestro triunfo, ayudará a fortalecer a quiénes defendemos efectivamente a la facultad.

Un nuevo Centro, para un nuevo movimiento estudiantil militante

Debemos reconocer que ninguna de las "recuperaciones" de centros y federaciones de la izquierda generó una nueva práctica militante entre los estudiantes. Allí coexisten una "superestructura" izquierdizante, pero se mantiene la pasividad en la base.
El ARI, que dirigió el Centro durante este año, profundizó la despolitización y generó más apatía. Pero en la elección anterior no ganó por mérito propio, sino por la lamentable imposibilidad de presentar una lista común, tal cual planteó En Clave ROJA. Hoy se imponía oponer un fuerte polo político al bloque conservador que quiere una Universidad elitista y tecnocrática, y un movimiento estudiantil corporativo. Esta vez, gracias al esfuerzo de En Clave ROJA, que convocó a plenarios y reuniones abiertas, afortunadamente primó la unidad por sobre la mezquindad, y existió una alternativa única para todos los que quieren enfrentar a esta burocracia y poner en pie un movimiento estudiantil militante.
Y no lo decimos en un sentido corporativo: al asumir los colores del pueblo boliviano y cuando propusimos el nombre Oktubre, el mes de la Revolución rusa, indicamos que queremos construir una universidad que rompa los maltrechos límites que la separan de los trabajadores, acabando con la "autonomía" que mastican aquellos que han hipotecado la Universidad y acompañado el hundimiento del país. Por ello, otro de los ejes de Oktubre fue la oposición "dura" al gobierno nacional de Kirchner, del que denunciamos su entrega al FMI, así como la persecución a los luchadores.
Hay que decirlo: aún queda muchísimo por hacer. Es una responsabilidad de los que formamos Oktubre generar entusiasmo en miles de estudiantes, para que vean en el Centro un espacio para la lucha. Para ello, el Centro de Estudiantes de la Facultad (y los representantes que hemos conquistado en estas elecciones) debe ser la primera experiencia basada definitivamente en la autoorganización estudiantil y en la decisión democrática.
A que surja un movimiento estudiantil autoorganizado, basado en asambleas y cuerpos de delegados; a construir una Universidad que rompa con el corporativismo; a fusionarse en las calles con la lucha de los trabajadores; a esta perspectiva queremos aportar desde En Clave ROJA, para poner en pie un nuevo movimiento estudiantil. El triunfo de Oktubre debe ser un peldaño en esta escalera.

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