El PTS sostuvo y sostiene, como parte de la tradición de la mayoría de la izquierda revolucionaria y socialista de Argentina, que los jóvenes de 16 años y los inmigrantes asentados en el país deben tener a partir de las próximas elecciones derecho al voto universal y obligatorio en pie de igualdad con el resto de la población en condiciones de sufragar e incluso a candidatearse para ocupar cualquiera de los cargos electivos. A diferencia de la manipulación y la hipocresía kirchnerista, nuestra postura es que las y los jóvenes deben tener a partir de los 16 años todos los derechos políticos, sociales, sindicales y económicos, sin excepción. Lo mismo planteamos para los inmigrantes.

No podemos estar más lejos de las posiciones de la derecha opositora, personajes de la farándula como Marcelo Tinelli y, para variar, de sectores de la Iglesia, que se niegan a ampliar derechos para los jóvenes e inmigrantes al tiempo que exigen que sean imputables penalmente y puedan estar presos desde niños, y avalan la superexplotación de la fuerza de trabajo de los inmigrantes. Pero tenemos claro también que el mezquino proyecto del oficialismo K parte de meros cálculos electorales y, por ello, se niegan a darle plenos derechos ciudadanos a las personas mayores de 16 años e inmigrantes.

Luchamos por los más amplios derechos para todos los trabajadores y jóvenes sin distinción de nacionalidad. Estos no sólo deben ser políticos, sino también sociales y económicos. La inmensa mayoría de los jóvenes se ha constituído en mano de obra barata del capital, con trabajos precarios y las peores condiciones laborales. Cerca de 500 mil jóvenes entre 16 y 18 años no trabajan ni estudian. La inmensa mayoría de la población carcelaria que sufre los más diversos vejámenes de parte de los agentes penitenciarios tiene menos de 22 años. Nuestros hermanos inmigrantes son utilizados para superexplotarlos en talleres clandestinos y en la construcción siendo, junto a la juventud, los peores pagos de la sociedad, sin vivienda y casi nula protección social. Esto se expresó en la respuesta que dieron de forma conjunta el gobierno nacional y el de la Ciudad a quienes ocuparon los terrenos abandonados del Indoamericano en diciembre de 2010 en reclamo de una vivienda: represión, balas y aprietes.
Todo esto en los años de mayor crecimiento económico de toda la historia Argentina. La hipocresía de quienes defienden el proyecto K y sus fundamentos no tiene límites.

La igualdad real sólo podrá concretarse con la abolición de este sistema de explotación y opresión, el capitalismo. Entretanto, y como parte de la preparación de las condiciones para esta salida de fondo, luchamos por amplificar todos los derechos para el conjunto del pueblo trabajador nativo e inmigrante y la juventud, entre ellos el de poder conocer sin restricciones las posiciones de todas las corrientes políticas, incluídas las de la izquierda revolucionaria y no sólo las del kirchnerismo o la derecha macrista.
Por eso rechazamos cualquier regimentación a la organización estudiantil y la injerencia de organizaciones estatales o paraestatales en las escuelas: por centros de estudiantes organizados libremente sin injerencia alguna del Estado ni de las autoridades educativas; por plena libertad de agitación y deliberación para todas las corrientes políticas en todos los establecimientos educativos y lugares de trabajo.