logo PTS

Mundo Obrero

OTRO FALLO CONTRA LA MULTINACIONAL PEPSICO-SNACKS

No todo tiene precio

Entrevistamos a Alejandro Morelli, trabajador de PepsiCo-Snacks despedido en 2006 por luchar y recientemente reincorporado a la fábrica, quien nos cuenta su historia de dignidad y coherencia.

PTS

2 de junio 2011

Entrevistamos a Alejandro Morelli, trabajador de PepsiCo-Snacks despedido en 2006 por luchar y recientemente reincorporado a la fábrica, quien nos cuenta su historia de dignidad y coherencia.

 LVO: Alejandro, contanos tu historia.

AM: Soy Alejandro Morelli, trabajador de PepsiCo Snacks reincorporado este último lunes 30 de mayo de 2011. Fui echado el 29 de noviembre de 2006 por la patronal, que contó con la complicidad del Sindicato de la Alimentación, dirigido por la Agrupación Verde de Rodolfo Daer. 

Me inventaron en aquel entonces una causa para despedirme. La Comisión Interna estaba en manos de la burocracia, producto de un fraude que había tenido lugar en 2005: presentándose entonces como única lista, porque proscribieron a la lista opositora de la cual yo era activista reconocido (también Catalina Balaguer, Leonardo Norniella y otros compañeros). Aprovecharon esa coyuntura para despedir activistas, entre ellos a Diego y a mí. Ni el sindicato ni los delegados vendidos quisieron hacer asamblea ni ninguna actividad como para frenar nuestros despidos.

Quedamos afuera. Desde entonces yo peleé cuatro años y medio por mi reincorporación, con todo lo que representan los problemas económicos que a uno le acarrea el hecho de quedar en la calle, con una familia a cargo, pero seguí peleando por mi reincorporación, nunca bajé los brazos. No fue fácil, pero en noviembre de 2010 salió un primer fallo a favor de la reincorporación, un fallo contundente que ratificaba lo que nosotros veníamos denunciando: que esta empresa realiza prácticas antisindicales, discriminatorias hacia los activistas, porque no quieren que haya referentes dentro de la fábrica que empiecen a concientizar a muchos compañeros acerca de cómo se maneja PepsiCo, qué tipo de patronal es, o por ejemplo sobre cómo se maneja el Sindicato dirigido por Daer, un tipo que fue Secretario General de la CGT en los 90, que vendió muchos de nuestros derechos durante el menemismo, que ahora está con causas judiciales por enriquecimiento ilícito y que sigue siendo Secretario General de nuestro sindicato. Una vergüenza.

 LVO: ¿cuál fue la actitud que adoptó la patronal ante tu lucha?

AM: En la primera conciliación me ofrecen $270.000 para que abandone y me vaya a mi casa, mi posición había sido discutida con compañeros del PTS y del CeProDH Yo me mantenía firme en mi reclamo, no solamente para ser consecuente con toda la lucha que venía dando desde que era activista, sino porque pensaba también que la plata esa era para comprar al que quisiera salir a luchar, que lo que ellos buscaban era un precedente: querían demostrar que se puede comprar a cualquiera, que todos tenemos precio. Era plata sucia que a mí me ofrecían para que yo desistiera del reclamo.

Habiendo rechazado esa plata, en la conciliación siguiente, obviamente no querían reincorporarme, así que la causa siguió su curso hasta el fallo, pasó por la Cámara y ésta - por presión de la situación en que se ratificaba tan plenamente lo que nosotros denunciábamos - hace lugar y ratifica el primer fallo del juzgado.
El lunes 30 de mayo de este año finalmente retomé mis tareas. Fui reincorporado a mi puesto de trabajo original, cosa que se dio no por buena voluntad de la empresa, sino por la lucha que dimos todos estos años y por la coyuntura que se está viviendo al interior de la empresa (NdeR: la Comisión Interna antiburocrática y combativa fue reelegida el 29 de abril de este año, ver LVO n°425).

LVO: ¿cuál fue la reacción de tus compañeros/as ante tu regreso?

AM: Fue inmejorable. Me sentí muy bien, muy acompañado, se acercaban los compañeros a felicitarme y preguntarme cosas. Hubo mucha discusión. Vi un ámbito bastante diferente del que dejé, con compañeros que debaten cómo organizarse en el cuarto gremial, o en la misma planta; se habló en el comedor, donde hubo aplausos y alegría. La gente me felicitaba. La verdad es que encontré un ambiente muy positivo por mi retorno. Recién llevo 2 días en la fábrica, pero con el apoyo de toda la gente siento como si nunca me hubiera ido. Y ahora a organizarse y a seguir luchando.

LVO: ¿por qué no aceptaste los 270 mil pesos?

AM: Por mantenerme firme en lo que yo pedía. Pensaba que esa plata era para comprarme, para que yo desista, y por esa vía aleccionar a los compañeros. PepsiCo buscaba dar un mensaje: no hay trabajador que no pueda ser comprado, no hay ideas que no se puedan comprar. Querían demostrar que todo es vendible. Que por más que tengas tu ideología y convicciones, igual tenés un precio. Obviamente los patrones buscan aprovecharse en esas circunstancias de la situación económica desesperante que sufre el trabajador.

Cuando además tenemos familia, hijos, estamos alquilando, conocen tu situación y se aprovechan de eso. Por eso también muchos compañeros se sorprendieron porque no agarré la guita. Porque, “el trabajo estable está bien” dicen los compañeros, pero en este caso era mucha guita junta que nosotros es imposible que la veamos trabajando en toda la vida. La patronal se llena los bolsillos y a nosotros nos dan de a puchitos. Entonces mostrarte toda esa plata junta funciona como tentación para los compañeros.
Pero yo tengo una ideología y una manera de pensar, gracias a haberme cruzado hace años con compañeros como Leo, Caty y tantos otros compañeros del PTS e independientes. Con ellos aprendí lo importante que es luchar por tus ideales y seguir adelante. 

 LVO: ¿querés agregar algo más?

AM: Sí. No se trató únicamente de un ataque individual, o por lo menos yo no lo tomé tan solo así. Para mí también sirve, y quiero usarlo hoy para eso, para motivar a otros compañeros a que hay que perder el miedo y que es posible salir adelante luchando manteniéndote firme.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: