Por Florencia Gasparini, Maestra de la Escuela 20 del Distrito Escolar 19

El pasado viernes 23, como se vio por televisión y en las tapas de varios diarios nacionales, 4 escuelas del distrito 19 que están ubicadas en los alrededores de la Villa 1-11-14, en Bajo Flores, suspendieron las clases. Docentes, junto con estudiantes y sus familias, realizaron un corte de avenidas y marcharon a la comisaría 34 para reclamar mayor seguridad, tras denunciar que cotidianamente hay robos en la entrada y salida de las escuelas. Esta marcha fue auspiciada por el sindicato UTE, que de la mano de José Bradford, docente de una de las escuelas, quien hizo el pedido de “protección policial sin mano dura” y “que haya una policía democrática”.
Cuando el mismo viernes algunos/as docentes de otras escuelas del distrito nos enteramos, nos pusimos en contacto para ver qué hacer y rápidamente organizamos una reunión para abordar este tema.

Entendemos que el problema en el barrio es complejo pero no es posible que se resuelva con más policías en las calles. No podemos confiar en la misma policía que “recluta” a nuestros pibes para robar. La misma que desaparece, reprime y asesina jóvenes como Luciano Arruga o “Kiki” Lezcano, de Lugano. Ni hablar que la policía está vinculada a las redes de trata y desaparición de niñas y mujeres que operan en el país y a la venta de droga en los barrios. Es la misma policía que nos reprime a las y los docentes cuando salimos a luchar por nuestros reclamos y por la defensa de la educación pública.

Así salió la reunión que realizamos el miércoles 28, en el marco del paro docente en Capital, donde participamos 30 docentes del distrito que enseñamos en 15 escuelas de la zona, y Jorge Adaro, docente de la zona y vocal de la Junta de Clasificación de Primaria Zona II. Queremos hacer una gran campaña de discusión y organización. Por eso resolvimos volver a juntarnos el próximo sábado 7, junto a las familias de nuestros alumnos y vecinos. Al mismo tiempo solicitarle al supervisor del distrito una jornada de reflexión institucional, para discutir entre todos y todas cómo resolver el problema: no con más policías, sí apostando a la organización de las y los docentes con estudiantes y familias del barrio.

Desde la Corriente 9 de Abril entendemos que sólo organizándonos con las familias de nuestros alumnos y alumnas es que vamos a poder dar una salida transitoria a este problema que es social, y que los que más lo sufren son los y las jóvenes en los barrios. Nuestra propuesta concreta parte de la exigencia de disolución de la Policía Federal, la Nueva Policía de Macri y la UCEP, que son los principales garantes de nuestra inseguridad. Asambleas en cada zona o barrio para organizarnos entre docentes, familias, trabajadores y jóvenes.

LA UTE ANTE LA “INSEGURIDAD”.

(O como estar a favor y en contra de la policía al mismo tiempo).
Era viernes a la tarde. En el caluroso centro de la Ciudad había una marcha de decenas de organizaciones sociales, políticas y sindicales marchaba a Legislatura contra la UCEP, la Policía metropolitana y exigiendo la renuncia de los funcionarios Montenegro y Narodowsky. Adentro de la Legislatura fue la interpelación a estos personajes por el escandaloso caso de Ciro James, las escuchas y el espionaje. Allí estuvieron repudiando a los ministros los sindicatos docentes Ademys y UTE.

Al sur de la Ciudad, docentes y padres encabezaban una marcha pidiendo a la comisaría del barrio más “seguridad”. Allí estuvieron miembros del sindicato docente UTE.

Parece contradictorio, pero para la Celeste de UTE no lo es. Para ellos la Metropolitana de Macri es una policía corrupta al servicio de la represión, y sus comisarios y miembros son denunciables, incluso se puede interpelar a los ministros porque la policía hace lo mismo que hizo siempre: espiar y perseguir a los que luchan. Pero a la federal le van a pedir “seguridad”.

Es cierto que la situación en los barrios no sólo es compleja si no complicada. Pero desde UTE parece más fácil pedirle a esa organización ilícita, al servicio de reprimir a los trabajadores y sectores populares, que deje de ser lo que es, que proponerle a los docentes, padres y vecinos discutir y organizarse para ver cuál es la manera “más segura” de resolver el problema.