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Nacionales

Una respuesta obrera y socialista

No pago de la deuda. Ruptura con el FMI

1ro de octubre 2004

Duras críticas de Kirchner al Fondo, en la Asamblea de la ONU" titularon todos lo medios. Pero en los hechos hace otra cosa: reconoce y acepta pagar la fraudulenta deuda externa, con un superávit que aumentó en un 60% desde el 2003 al 2005, que para ese año significará una suma de $15.000 millones. Como se ve en el presupuesto nacional, esto es a costa de sueldos congelados para los estatales, menos presupuesto para salud, educación, vivienda y asistencia social, entre otras cosas: un histórico sueño liberal. Su política significa un 50% de la población bajo la línea de pobreza, un enorme desempleo, salarios que están muy lejos de la canasta familiar y precarización laboral.
Como si esto no fuese suficiente, bajo el paraguas de una "quita", a la deuda en default (que lejos del 75% rondará un 53% o 47%)1, realiza una "oferta definitiva" (hasta ahora) a los bonistas que implica una entrega sin precedente del ahorro nacional y una hipoteca de más de 40 años.
Bajo nuevas formas, el gobierno es continuidad del neoliberalismo de los ’90. Honra la deuda, mantiene las privatizaciones menemistas, garantiza la fuga de capitales, paga puntualmente al FMI, BID y Banco Mundial mucho más que los gobiernos anteriores. Desde el 2002 hasta fin de 2004 unos U$S10.000 millones de capital e intereses, mientras los gobiernos anteriores sólo pagaban intereses. (Suplemento Cash, Página 12. 26/9/04).
Pero el FMI y los fondos buitres no satisfechos exigen la privatización del Banco Nación y el Provincia, un mayor superávit fiscal, aumento de tarifas, más compensaciones a los bancos, una apreciación del peso y la ley de coparticipación federal.
Esta parte de los reclamos, hasta ahora, el gobierno no la ha concedido. Kirchner juega con esta avaricia rapaz del imperialismo para aparecer ante el pueblo como un presidente que lo enfrenta. Aunque como afirmamos, de a poco va concediendo las exigencias del FMI, en un permanente regateo.
Durante los ’90 el capital financiero, los bancos y las privatizadas de los servicios públicos, fueron el sector hegemónico en nuestro país. Esta hegemonía se quiebra con la devaluación y cobran peso pasando a predominar los grupos capitalistas locales y las empresas transnacionales que actúan en el país. Los exportadores, las empresas que venden en el mercado interno se vieron protegidas de la competencia externa; además la caída salarial les permitió incrementar aún más sus ganancias2.
Por su parte los bancos obtuvieron U$S 15.000 millones por la pesificación y las privatizadas subsidios estatales, como los trenes que entre mayo del 2003 y 2004, recibieron $153,3 millones sólo para pagar salarios3. Aún así no están conformes y exigen mayores compensaciones y aumentos de tarifas en consonancia con el FMI.
El sentido común llevaría a pensar que los capitalistas beneficiados por la devaluación, reinvertirían sus ganancias en el mercado argentino. Pero no, la mayor parte es enviada al exterior mediante la fuga de capitales, que desde la devaluación hasta ahora asciende a unos U$S 55.000 millones4, cifra cercana al incremento de la deuda en este mismo periodo. Respecto al aumento de producción, la realizan mediante la sobreexplotación de la mano de obra y la utilización de la capacidad instalada. Y ante la necesidad de aumentar la producción continúan exigiendo beneficios fiscales, reducción de impuestos, barreras arancelarias con Brasil e inversión del Estado en obras públicas; tal es el caso del gasoducto de Techint en el norte; los subsidios al tren de Amalita Fortabat o a las empresas de generación y distribución de electricidad.
Este es el "capitalismo serio" de Kirchner: los grandes grupos económicos, como los Rocca, Taselli, Pagani y las empresas imperialistas. Un capitalismo parasitario que acumula su capital en el exterior y vive exigiendo protección. Unos verdaderos vividores del Estado. Son estos parásitos los que apoyan el regateo de Kirchner con el FMI. Necesitan que el Estado nacional le siga pagando al Fondo, que arregle con los bonistas, pero a la vez que el gobierno tenga un resto de capital para financiarles y garantizarle sus negociados. La "causa nacional" de Kirchner no es más que la causa de estos sectores burgueses, que buscan una tajada en su rol de socios menores del saqueo imperialista del país.
De la mano del imperialismo, ya sea entregando todo como quieren los liberales, o bien regateando como Kirchner, como aplaude la centroizquierda, no hay salida posible. Hay que romper con el imperialismo dejando de pagar la deuda externa. Así se podrá impulsar un verdadero plan de obras públicas, con control de los trabajadores. Se podría además aumentar el presupuesto para la educación y la salud, que hoy subsisten paupérrimamente mientras millones de chicos reciben una enseñanza degradada, los sueldos de los trabajadores de la salud son miserables, no hay insumos para atender a los pacientes y los pobres no tienen acceso a los medicamentos.
Año tras año los "burgueses nacionales", se dedican a fugar las ganancias que obtienen en nuestro país. Hay que acabar con esta sangría, nacionalizando la banca y el comercio exterior, poniéndolas bajo control de los trabajadores.
No existe la famosa burguesía nacional, los capitalistas que dominan la Argentina, son pulpos oligopólicos fusionados estrechamente con el imperialismo. Para acabar con el desempleo, aumentar los salarios al nivel de la canasta familiar, y poner la producción al servicio de los trabadores y el pueblo, hay que expropiar a estos grandes grupos, comenzando por las empresas privatizadas, que son las palancas clave para impulsar la producción. Nuestro país produce riqueza suficiente para terminar con el hambre inmediatamente y si no se hace, es porque un ínfimo sector de la población se apropia de toda la riqueza. Hay que acabar con esta situación, expropiando a los expropiadores.

1 Acerca de la negociación del endeudamiento externo. CTA, Julio de 2004.
2 Mientras los empresarios solo incorporaron a los sueldos de convenios los $ 224.- que dio el gobierno sus ganancias aumentaron ostensiblemente. Algunos ejemplos: En la construcción, "la española Dycasa obtuvo 27 millones de ganancias en el primer semestre del año, luego de incrementar un 27% sus facturación, mientar que la empresa Juan Minetti, aumentó sus utilidades de 53 a 82, 2 millones de pesos entre los primeros semestres de esta año y el anterior." En las telefónicas, "entre los primeros semestres de 2003 y 2004 Telecom pasó de un quebranto de 7 millones de pesos a declarar un utilidad operativa de 132 millones, mientras que Telefónica, obtuvo (…) un 34% más que en el mismo periodo del año anterior." Suplemento Cash, Página 12, 05/09/04.
3 Suplemento Cash, Página 12, 05/09/04.
4 Diario de Río Negro, 27/06/04.

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