Terminado el mundial, se lanzó con fuerza la interna dentro del MPN. Con una “reunión de la militancia” en AMUC, el Secretario General del Sindicato Petrolero y senado nacional Guillermo Pereyra lanzó su candidatura para presidir el cincuentenario partido provincial, acompañado por la ignota Cecilia Sepúlveda, de Rincón de los Sauces, para la Convención partidaria. La lista Azul de Sapag “apuntaló” con un acto en el Club Independiente, donde participaron el propio gobernador y la vice Ana Pechen, a los ya lanzados candidatos Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa.

El 24 de agosto será el día en que los afiliados al partido provincial votarán sus autoridades, acontecimiento “partidario” que nunca es ajeno al desarrollo de la situación política provincial. Por una lado porque estarán habilitados a votar más de 100.000 afiliados, cerca del 25% del padrón electoral de la provincia. Pero sobre todo porque se empieza a poner en juego hacia el 2015 la fracción del MPN que comandará el partido “hegemónico” de los últimos 50 años en la provincia. Y la historia de las internas del MPN relata que todas las disputas han tenido un alto grado de virulencia, que han cruzado incluso grandes acontecimientos de la lucha de clase, como el Cutralcazo en el 97 con el trágico asesinato de Teresa Rodríguez por la policía provincial, o la brutal represión en el barrio san Lorenzo a los desocupados del MTD el 25 de noviembre del 2003, que terminó con 9 heridos de bala de plomo y con el fusilamiento con 64 perdigones de bala de goma del obrero de Zanon Pepe Alveal, que perdió un ojo en la represión.

El elemento que intenta “moderar” el enfrentamiento entre Pereyra y Sapag, enfrentados desde las PASO del 2013, es el acuerdo estratégico de ambas fracciones en “pelearle” al gobierno nacional que la nueva ley de hidrocarburos que se va a discutir en el Congreso contemple la posibilidad para la provincia de hacer negocios directos con las multinacionales petroleras, centralmente a través de la empresa con participación estatal G&P (Gas y Petróleo del Neuquén S.A.), hace poco más de un año convertida en “Sociedad Anónima” para, entre otras cosas, operar en la Bolsa y escapar a los “controles” que regían su viejo status de “Sociedad del Estado”.

Los azules acusaron a Pereyra de querer “dirigir el partido y la provincia como si fuera un sindicato”, tratando de utilizar en su favor el desprestigio del sindicalismo burocrático en general, y la tradición “gansteril” del Sindicato Petrolero en particular. Sin embargo el propio Pereyra se apoya justamente en su rol de contención que viene jugando para garantizar los negocios de las petroleras, utilizando el peso social de los trabajadores para obtener grandes conquistas para “su base” pero sobre todo para evitar que nadie saque “los pies del plato”.

Más allá de estas diferencias de “estilos”, el 24 de agosto la disputa real será entre dos fracciones distintas de un mismo “partido de las petroleras” que se prepara, gane quien gane, para seguir con la entrega de los recursos naturales y los negociados con las multinacionales imperialistas. La foto en la cumbre de los BRICS de la diputada nacional Alicia Comelli (sapagista) y la senadora nacional Lucila Crexell (electa el año pasado junto a Pereyra) apoyando a la presidenta, y la presencia en ambas listas de “ex” sobischistas muestra la “fluidez” entre ambas fracciones del MPN y el concepto de “lealtad” heredado del origen peronista del partido provincial.
Por eso, esta no es una interna de los trabajadores.

Por Alejo Lasa