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Neuquén: comenzó el tercer juicio por Pepe Alveal

El lunes 2 de agosto comenzó el juicio contra los policías que mantuvieron detenido, sometido a maltratos y torturas y sin atención médica al obrero ceramista Pedro “Pepe” Alveal, en ese entonces joven militante del MTD, después de la represión desatada por la policía provincial el 25/11/03 en inmediaciones del estadio Ruca Che.

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5 de agosto 2010

Neuquén: comenzó el tercer juicio por Pepe Alveal

por Ceprodh de Neuquén

El lunes 2 de agosto comenzó en el Juzgado Correccional N° 2 de Neuquén el juicio contra los policías que mantuvieron detenido, sometido a maltratos y torturas y sin atención médica al obrero ceramista Pedro “Pepe” Alveal, en ese entonces joven militante del MTD, después de la represión desatada por la policía provincial el 25 de noviembre del 2003 en inmediaciones del estadio Ruca Che.

Estuvieron presentes las Madres de la filial Neuquén y Alto Valle Inés Ragni y Lolín Rigoni, Sandra Rodríguez, Gladys Rodríguez de Zainuco, representantes del Sindicato Ceramista y María del Carmen Verdú de la CORREPI, que viajó especialmente para el inicio del juicio.

Desde temprano fue una lucha para que pudieran entrar los medios antes del comienzo de las audiencias: no quieren que estos policías impunes hasta el día de hoy sean conocidos por el pueblo. Después el abogado de la policía señor Lucero hizo una puesta en escena para impedir que los compañeros Ivana Dal Bianco y Mariano Pedrero utilizaran un video para fundamentar su acusación. Quieren borrar el hecho represivo por el cual Pepe perdió el ojo y recibió 64 balazos de postas de goma en todo el cuerpo. Fingen que hay que ser un médico especializado para darse cuenta de que alguien que recibió 64 balazos en el cuerpo tiene que ser atendido en un Hospital y se tiran entre ellos las responsabilidades.

La masiva movilización de los ceramistas que pararon las cuatro fábricas se hizo presente en la puerta del Juzgado, donde se hizo un acto, reivindicando la lucha y reclamando el castigo a los culpables.

“Somos una familia obrera”

En el segundo día del juicio, martes 3 de agosto, comenzaron los testimonios que cuentan cómo fueron los hechos y se vio desnuda la estrategia de la policías y sus defensores.

Pepe Alveal se sentó una vez más a dar testimonio de lo que tuvo que enfrentar: “Me tiraron 300 perdigonazos; hay un video que cuenta esa cantidad, ahí esta la plata de todos nosotros, en las balas esas que le tiran a la gente”. Pepe demostró que está firme, que a pesar de todo lo que le hicieron, sigue la lucha, como también su papá Juan Alveal, que denunció la represión y reivindicó a su familia de trabajadores: “El daño que le hicieron a mi hijo es muy grande, a un pibe tranquilo, que estaba terminando sus estudios, que había empezado a trabajar en la fabrica, le arruinaron la vida. Usted sabe Señora Juez, es muy difícil criar un hijo, sobre todo en esa época en el Barrio San Lorenzo, y yo crié a seis, para que todos estudien, nosotros somos una familia obrera”.

“Una actitud de subestimación a un ser humano que necesitaba urgente un médico”

En el tercer día del juicio, miércoles 4 de Agosto, con la sala colmada, declararon Baltasar “Chato” Alvarez de la Junta Interna del Hospital Castro Rendón y su hijo Jorge ˜álvarez, que estuvieron detenidos junto a Pepe en ambas Comisarías. El Chato contó que: “los policías se reían y decían ‘prepará el café que hay un colador’, por la cantidad de heridas que tenia Pedro, una actitud muy sobradora hacia una persona herida, una actitud de subestimación a un ser humano que necesitaba urgente un medico”

“Estábamos en el mismo calabozo, con una herida profunda, no lo atendieron, insistimos tres veces y como no lo atendieron, me gritan de un calabozo ‘¿que pasa?’ , ‘tenemos un herido’ les digo, y de forma instantánea en todos los calabozos empezaron a hacer ruido, como batucada contra los barrotes, como protesta para que lo atendieran, se escuchaba en toda la Comisaría”. Siguieron los testimonios de compañeros como Marisa Iacono que lo vio salir a Pepe de la Comisaría lleno de sangre, de Cristian Moya de Zanon, que filmó la persecución y el fusilamiento de Pepe

La lucha y la verdad se imponen

Testimonios desgarradores, por todo lo que le hicieron pasar a Pepe. Y estos testimonios retumban en la sala del Juzgado como la batucada de la Comisaría 18, cuando los presos pedía un médico para Pepe, con los métodos de los que están privados de libertad: haciendo ruido.

Hoy se escuchan bombos, cantos, los métodos de los que estamos en la calle luchando y resistiendo.

Ambos sonidos se unen, y parece que Pepe los escucha, porque se lo ve fuerte, ahí sentado, esperando que esos ruidos sirvan para condenar a estos policías por él, y por todos los pibes que fusila la policía, que tortura en cárceles y comisarías. Son los ruidos de todos los que luchamos por cambiar esta sociedad.

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