Cerámica del Sur (ex Del Valle) es una fábrica de ladrillos huecos de más de 60 años ubicada en Neuquén. Después de cuatro meses desde que la totalidad de los compañeros fueran despedidos en agosto de 2008, por cierre definitivo de la fábrica, arrancó la producción.

La historia de lucha de los compañeros de esta cerámica se inicia en el año 2000 junto a los compañeros de Zanon por la recuperación del sindicato que en ese momento estaba en manos de la burocracia de “los Montes”.

En el año 2001 la patronal despide a todos los compañeros, y los compañeros responden con un acampe afuera de la fábrica y logran después de 6 meses ser reincorporados. Pero la patronal, luego de tres meses, temerosa del ejemplo de los ceramistas de Zanon, mediante una maniobra ejecuta el vaciamiento de la maquinaria de producción y despide nuevamente a todos los trabajadores. Es aquí donde comienza la etapa más dura del conflicto, con una larga ocupación de la planta de más de seis años. Durante este tiempo se realizaron marchas, escraches, se trabajo un fondo de huelga y se juntaron alimentos, e incluso se resistieron dos intentos de desalojo, Esto fue posible gracias al apoyo y solidaridad de organizaciones de desocupados como la juventud del MTD que en ese momento integraba la Coordinadora Regional del Alto Valle junto al sindicato ceramista.

En el año 2007, con un alza en la industria de la construcción, la patronal reabre la fábrica con el nuevo nombre de cerámica del sur pero tuvo que reincorporar a los trabajadores que se mantuvieron en la planta durante todos esos años y contratando más personal. A partir de este momento se sucedieron 2 años de permanentes conflictos por atrasos en los salarios, blanqueo de compañeros, reincorporación de dos despedidos, etc. donde se logró combinar la experiencia de los viejos con el entusiasmo de los más jóvenes. Esta fusión, el ejemplo de Zanon y la política del Sindicato Ceramista, de que fábrica que se cierra, fábrica que se pone en producción bajo control de sus trabajadores, es lo que los ubicó en mejores condiciones para afrontar el desafío de la puesta en marcha de la fábrica por sus propios medios.

Una larga negociación

Un párrafo aparte merece el rol cumplido todos estos años por el sindicato ceramista, aportando no sólo en la orientación en esta última negociación, sino por sobre todo en el aspecto económico, garantizando el cobro de las quincenas, la difusión del conflicto, la concreción de las principales actividades de aportes al fondo de huelga, etc.

En estos últimos meses los lasos de solidaridad por parte de la comunidad se hicieron concretos en el apoyo de los vecinos del barrio Confluencia (donde está la Cerámica), autoridades y docentes de la escuela 103 del barrio, que vieron la importancia de mantener la planta activa teniendo en cuenta la necesidad de viviendas de decenas de miles de familias en una provincia petrolera

En estos momentos donde se está desarrollando una crisis económica internacional, la más grande desde la gran crisis de los años 30s, las patronales que durante más de 5 años tuvieron ganancias extraordinarias están tratando de descargar las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Es por esto que en estos momentos donde los trabajadores vemos amenazados nuestros puestos de trabajos, por razones que nosotros no provocamos, es importante la experiencia de de gestionar una fábrica y de esta forma ayudar a demostrar que donde los patrones dicen que no se puede producir los trabajadores podemos dar respuesta y mantener una fuente de trabajo, como lo han venido haciendo los compañeros de Zanon en Neuquén, y hoy lo hacemos desde Cerámica del Sur.

Corresponsales de Cerámica del Sur