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Comunicados de prensa

Homenaje en el aniversario de su fallecimiento

Natalia Sedova - 1962 - 23 de enero - 2006

Prensa PTS

22 de enero 2006

填stedes han enviado a L. D. al destierro por 祖ontrarrevolucionario・ ampar疣dose en el art兤ulo 56. Proceder僘n ustedes licamente si declarasen que no les interesaba en lo m疽 m匤imo su salud. Con esto, no har僘n m疽 que proceder de un modo consecuente. Con esa consecuencia anonadora que, si no se le pone remedio, acabar・por mandar a la sepultura, no so a los mejores revolucionarios, sino tambi駭 al partido y a la propia revoluci. Pero, por miedo seguramente a la clase obrera, les falta a ustedes valor para llegar a esa consecuencia. (...). El hecho de que se les obligue a dar cuenta a las masas de este asunto e intenten ustedes salir del paso de una manera tan indigna, demuestra que la clase obrera no cree las mentiras pol咜icas que le dicen acerca de Trotsky.・[1]

N. J. Sedova Trotskaia

Cuando la teor僘 y la pr當tica revolucionaria al servicio de la emancipaci de la clase obrera eran castigadas con c疵cel, represi, exilio y muerte, las mujeres que decid僘n tomar la historia en sus propias manos eran, literalmente, extraordinarias. No solamente enfrentaban al zarismo y al sistema capitalista, sino que sus propias acciones cuestionaban el mezquino papel asignado a las mujeres: esposas y madres. Natalia Sedova fue una de las tantas audaces, merced a la lucha de toda una vida.
Natalia naci・en 1882, en la tierra donde as despu駸 las trabajadoras jugar僘n un rol decisivo en la revoluci socialista. Era oriunda de Rommi, Ucrania, proveniente de una familia de nobles empobrecidos. En sus venas lat僘 sangre cosaca y polaca. Ya durante su ensenza b疽ica comienza a evidenciar una temprana conciencia del per卲do social relevante que le toca vivir, de su dinamismo, y a asumirse como sujeto activo del cambio.
Cuando ella ten僘 dieciocho as, sus padres murieron y qued・a cargo de su abuela y de sus t僘s. A una de ellas en particular la recordaba siempre: era una mujer osada que adhiri・a las ideas de la revoluci y fumaba sin ning佖 prurito. Varios familiares de Natalia fueron parte del movimiento de los narodnikis[2] que luchaban contra el zarismo y muchos fueron deportados a Siberia, como su t僘 杜oderna・
Marguerite Bonnet, quien compartiera su amistad afirma sobre su juventud: 殿lumna en Karkov, una instituci para muchachas nobles, organiza colectas para el apoyo de los prisioneros pol咜icos y agita a sus camaradas para manifestarse en contra de la presencia obligatoria en los oficios religiosos, despu駸 de haberlos persuadido de que la lectura de los panfletos revolucionarios clandestinos era preferible a la Biblia. Como es f當il imaginar esta acci implica su expulsi.・/EM>[3]Comenzando sus estudios universitarios en Mosc・ adhiere a un grupo de estudiantes socialdemratas, consolidando su compromiso pol咜ico revolucionario, y luego se traslada a Ginebra para estudiar bot疣ica. En Ginebra, forma parte de un c叝culo de estudiantes organizado por el teico marxista Plejanov[4], y se vincula 膨onjuntamente con otros emigrados- al periico Iskra fundado por Lenin. Este periico se transform・inmediatamente en un gano fundamental de unificaci de las fuerzas revolucionarias dispersas para la construcci del partido marxista de la clase trabajadora rusa, que desde su primera aparici en diciembre de 1890 fue publicado, sucesivamente, en diferentes ciudades de Europa (Munich, Londres, Ginebra), impreso en la clandestinidad. Natalia, con so diecinueve as, colaboraba transportando textos revolucionarios declarados ilegales a Rusia.
Luego de su estad僘 en Ginebra, se instala en una pensi de emigrados pol咜icos en Par﨎, donde conoce en 1902 a quien ser・su comparo hasta ser asesinado y con qui駭 tendr・dos hijos, Le Trotsky. 
El a 1905 los devolvi・a Rusia. Sale ella primero para establecer contactos y conseguir hospedaje. M疽 tarde se le une Trotsky, quien tuvo que esconderse en una cl匤ica oftalmolica, desde donde escrib僘 folletos y proclamas sobre la potencialidad revolucionaria de la clase obrera rusa para poder resolver los problemas estructurales del pa﨎: la ruptura con los capitales extranjeros, el derrocamiento del zarismo, la conquista de libertades democr疸icas y la reforma agraria. Luego llegan a Petrogrado. El 1コ de mayo Natalia es arrestada en una reuni clandestina en un bosque y permanece detenida seis meses y luego es deportada a Tver. Trotsky tuvo que ocultarse en Finlandia. En octubre de ese a, la revoluci recobra nuevos br卲s y Natalia y Le pueden retornar a Petrogrado, donde 駘 ser・elegido presidente del soviet de esa ciudad.
El 3 de diciembre de 1905 los miembros del Soviet de Petrogrado son detenidos. La revoluci fue derrotada. Pero las lecciones de los soviets o consejos obreros como forma de organizaci para la clase obrera en lucha ya estaban inscriptas en la historia del proletariado internacional con tinta indeleble. Trotsky fue condenado en 1906 a una deportaci perpetua y viaja en enero de 1907 para un peque poblado en la estepa siberiana. Logra evadirse antes de llegar a destino y se re佖e con Natalia en Petrogrado, desde donde escapan hacia Finlandia con su hijo Le, nacido en febrero de 1905 mientras su padre estaba en prisi. 

De la Revoluci de 1905 a los as de exilio

Adem疽 de Natalia, muchas otras mujeres irrumpieron en la vida p炻lica con la revoluci de 1905. Tras la derrota, el 伃timo intento de revitalizar el movimiento de mujeres fue el Primer Congreso de Mujeres de todas las Rusias, que tuvo lugar en diciembre de 1908. Miembros de la Sociedad Mutual Filantrica de Mujeres y de la Uni de Mujeres por la Igualdad de Derechos aunaron fuerzas para planificar el congreso. Anna Filosofova, una de las fundadoras del feminismo en Rusia, exhort・a la unidad: ソCo podemos ganar derechos sociales y pol咜icos e influencia, si no podemos unirnos entre nosotras y movilizar el poder de las mujeres?[5] El slogan del congreso era: 摘l movimiento de mujeres no debe ser ni burgu駸 ni proletario, solamente debe ser un movimiento para todas las mujeres・ Las feministas pretend僘n as・borrar las diferencias entre las clases, absolutizando la pertenencia al g駭ero. Intentaban obviar el hecho de que la vida de una mujer burguesa, a佖 cuando no ten僘 derechos pol咜icos, no ten僘 punto de comparaci con la vida de una trabajadora o una campesina rusa, que adem疽 de estar privadas de derechos pol咜icos, estaban sometidas al trato brutal por parte de los capataces, los capitalistas, la polic僘 e inclusive sus propios esposos, deb僘n administrar la miseria a la que el zarismo y los capitales extranjeros somet僘n a las clases populares, y satisfacer las necesidades b疽icas de su familia.
En el oto de 1908 las obreras textiles organizaron un comit・ contactaron a otros sindicatos y finalmente ganaron el reconocimiento de la central sindical de San Petersburgo. El comit・de organizaci del Primer Congreso de Mujeres de todas las Rusias tambi駭 estaba integrado por mujeres miembros de los sindicatos de dependientes, de tiprafos, de costureras, de tenedores de libros, de oficinistas y de confeccionistas, adem疽 de textiles. M疽 tarde se sumaron delegadas de clubes obreros.[6] Este inter駸 creciente del proletariado en el congreso influy・sobre los bolcheviques, quienes finalmente decidieron participar. M疽 de cincuenta reuniones de organizaci tuvieron lugar antes del congreso. De acuerdo al informe de Alexandra Kollontai, participaron alrededor de seiscientas trabajadoras de este evento. 
Hubo tres posiciones en el congreso. La posici de los bolcheviques, que deseaban cortar la cooperaci con las feministas y retirarse lo antes posible del congreso; la de los mencheviques, quienes sosten僘n que era necesaria una alianza con el ala democr疸ica del congreso y la de Kollontai, que consist僘 en clarificar las contradicciones entre las feminsitas y las socialistas en todos los puntos b疽icos de las demandas de las mujeres.[7] Los bolcheviques del comit・de San Petersburgo enviaron dos dirigentes como delegadas por el Grupo Obrero, V. Slustaia, una en駻gica oponente a la participaci en el congreso, y a P.F. Kudelli. Cuando el congreso comenz・a sesionar el 10 de diciembre en el City Hall de San Petersburgo, fue evidente que las trabajadoras constitu僘n una minor僘: cuarenta y cinco obreras entre las m疽 de mil delegadas.[8] Una y otra vez estallaban los conflictos. Z.S.L. Mirevich, una dirigente de la Uni de Mujeres por la Igualdad de Derechos, proclam・ 摘n la unidad est・la fuerza. La unidad es posible sobre la base de que no haya afiliaci a los partidos.・/EM> La militante bolchevique Anna Gurevich replic・ 鏑as mujeres de los diferentes grupos y clases de la poblaci necesitan diferentes derechos. Las trabajadoras deben luchar por todas las necesidades de la clase obrera.・/EM> [9]
Con la derrota de la revoluci, para Natalia y Le comenz・un exilio de diez as. Al tiempo fueron a vivir a las afueras de Viena donde en 1908 naci・su segundo hijo Serge. A佖 cuando Trosky mantuvo colaboraci con la prensa democr疸ica rusa, en esos as la familia pas・algunas penurias econicas. Esta pareja estuvo unida por la lucha revolucionaria, el empleo de sus tiempos y energ僘s para cambiar su realidad junto con la de millones, la posibilidad y la realizaci del gobierno de la clase obrera con el triunfo de la Revoluci Rusa de 1917. Su vida en com佖 es una larga coreograf僘 de encarcelamientos y exilios desde antes de la revoluci al igual que m疽 tarde, cuando comienza la brutal persecuci lanzada por Stalin contra la enorme figura pol咜ica en que se hab僘 convertido Trotsky; pero tambi駭 lo es de innumerables victorias. 

La revoluci en g駭ero femenino

El 22 de febrero de 1917[10] un grupo de mujeres se reuni・para discutir la organizaci del D僘 Internacional de la Mujer al d僘 siguiente. V. Kaiurov, un dirigente obrero del comit・de San Petersburgo del partido bolchevique, les aconsej・no precipitarse: 撤ero para mi sorpresa y mi indignaci, el 23 de febrero, en una conferencia de urgencia de cinco personas en los corredores de la f畸rica Erikson, fuimos notificados por el camarada Nikifer Ilyin de la huelga en algunas f畸ricas textiles y de la llegada de numerosas delegadas de las trabajadoras, quienes anunciaron que ten僘n el apoyo de los trabajadores metal侔gicos. Yo estaba extremadamente indignado por la conducta de las huelguistas, porque hab僘n ignorado las decisiones del comit・del partido y tambi駭 porque hab僘n iniciado la huelga luego de que les hab僘 indicado la noche anterior mantener la calma. Con reticencias, los bolcheviques acordamos apoyar la huelga y fueron seguidos por otros trabajadores mencheviques y socialrevolucionarios. Pero una vez que hubo una cantidad importante de huelguistas deb僘n llamar a todos a las calles.・/EM> [11] 
El Pravda reconoci・la deuda de la revoluci a las mujeres en una editorial y les rindi・homenaje: 藤Salud a las mujeres! 。Salud a la Internacional! Las mujeres fueron las primeras en ganar las calles de Petrogrado en su d僘, el D僘 Internacional de la Mujer. Las mujeres en Mosc・en muchos casos determinaron la necesidad de quebrar al ej駻cito; fueron a las barracas militares y convencieron a los soldados de pasarse al lado de la Revoluci. 。Salud a las mujeres!・/EM> [12]
Natalia, en los d僘s anteriores a octubre, trabajaba en el sindicato de la madera, de mayor僘 bolchevique, donde accionaba conjuntamente en la preparaci del alzamiento en el que trabajaban, seg佖 sus palabras, durante todo el d僘. En los ecos del tiempo nos llegan sus palabras: "En los 伃timos d僘s de los preparativos para el movimiento de octubre, nos fuimos a vivir a la calle de Ta侔ida, L.D.[13] se pasada los d僘s en el Smolny. Yo segu僘 trabajando en el Sindicato de Obreros de la madera, en que ten僘n mayor僘 los bolcheviques y donde se respiraba una atmfera muy caldeada. Las horas de servicio se nos pasaban discutiendo la cuesti del alzamiento. El presidente del Sindicato compart僘 el "punto de vista de Lenin y Trotsky" (que era como se dec僘 entonces), y yo le ayudaba en la campa de agitaci. En todas partes y por todo el mundo se hablaba del alzamiento: en las calles, en los establecimientos de comidas, en las escaleras de Smolny entre la gente que se cruzaban. La comida era escasa: el sue, corto; la jornada de trabajo, de veinticuatro horas. Casi nunca ve僘mos a los chicos, y durante aquellos d僘s de octubre no me abandon・un momento la preocupaci de lo que pudiera ocurrirles・ Y m疽 lejos, ade: "L.D. y yo no par畸amos un momento en casa. Los chicos, cuando volv僘n de la escuela y no nos encontraban all・ se echaban tambi駭 a la calle. Las manifestaciones, los disturbios callejeros, los tiroteos, que eran frecuentes, me infund僘n en aquellos d僘s mucho miedo, por ellos; t駭gase en cuenta que eran la mar de revolucionarios(...) Los pocos ratos que pas畸amos juntos se pon僘n a contarnos, muy contentos: 
-Hoy fuimos en el tranv僘 con unos cosacos que iban leyendo la proclama de pap・ "Hermanos cosacos". 
-ソY qu・ 
-Pues la le僘n, se la pasaban unos a otros, era muy hermoso... 
-ソLes gustaba eso? 
-Si mucho." 
"Tarde por la noche, regres畸amos a nuestra casa de la calle Ta侔ida para separarnos otra vez a la mana siguiente, bien temprano, L.D. camino de Smolny y yo a mi Sindicato. Cuando ya los acontecimientos fueron creciendo, no sal僘 de Smolny ni de noche ni de d僘, L.D. se pasaba d僘s y d僘s sin aparecer por la calle de Taurida, ni siquiera a tumbarse un rato a dormir. Yo me quedaba tambi駭 muchas veces en el Smolny, donde pas畸amos la noche recostados en un sof・o sill, sin desnudarnos. No hac僘 calor; era un tiempo otol, seco, gris, y soplaba un airecillo fr卲. Las calles principales estaban desiertas y silenciosas. En este silencio palpitaba una tensi de desasosiego. El Smolny herv僘 de gente. La magn凬ica sala de fiestas, en la que brillaban las mil luces de sus espl駭didas aras, estaba abarrotada de gente d僘 y noche. En las f畸ricas y talleres reinaba tambi駭 una intensa actividad. Pero las calles segu僘n silenciosas, mudas, como si la ciudad muerta de miedo, hubiese escondido la cabeza debajo del ala."[14]
Despu駸 de la revoluci, Natalia Sedova estuvo a cargo del Servicio de Museos y Monumentos Histicos, dependiente del Comisariado de Instrucci P炻lica, mientras Trotsky, Comisario del Pueblo de Guerra, estaba casi todo el tiempo en el frente. Las funciones p炻licas de Sedova y Trotsky consum僘n todo el inter駸 y tiempo de ambos, quienes dedicaron sus esfuerzos a materializar sus sues e ideales. Como recuerda Trotsky: "Mi mujer trabajaba en el Comisariado de Instrucci P炻lica, donde ten僘 a su cargo la direcci de los museos, monumentos histicos, etc. Le cupo en suerte defender bajo las condiciones de vida de la guerra civil los monumentos del pasado y por cierto que no era empresa f當il. Ni las tropas blancas ni las rojas sent僘n gran inclinaci en preocuparse del valor histico de las catedrales de las provincias ni de las iglesias antiguas. Esto daba origen a frecuentes conflictos entre el Ministerio de la Guerra y la direcci de los museos. Los encargados de proteger los palacios y las iglesias echaban en cara a las tropas su falta de respeto por la cultura; los comisarios de guerra reprochaban a los protectores de los monumentos de arte el dar m疽 importancia a objetos muertos que a hombres vivientes. El caso era que, formalmente, yo ten僘 que estarme cada paso debatiendo en el terreno oficial con mi propia mujer. Este tema daba lugar a buen n伹ero de chistes y de bromas." [15]
En tiempos de guerra civil era muy dif兤il convencer a la clase obrera y al campesinado de no destruir las obras art﨎ticas y los monumentos histicos del pasado, que eran vistos como una extensi de las propiedades capitalistas y de la nobleza en s・mismas. Trotsky sela 摘ra pernicioso abordar el 斗egado cultural・del pasado con menosprecio nihilista. La clase obrera ten僘 que tomar posesi de ese legado y preservarlo.(...)Las conquistas de la civilizaci hab僘n servido hasta ese entonces a un doble propito: hab僘n ayudado al hombre a obtener conocimientos y dominio sobre la naturaleza y a desarrollar sus capacidades; pero tambi駭 hab僘n servido para perpetuar la divisi de la sociedad en clases y la explotaci del hombre por el hombre. En consecuencia algunos de los elementos del legado ten僘n significaci y validez universales, mientras que otros estaban vinculados a sistemas sociales caducos o en v僘s de caducar.・/EM> [16] 
La tarea que Natalia, estudiante de historia del arte en su temprana juventud, hab僘 asumido en los tiempos de la revoluci consist僘 en resumidas cuentas en considerar el 斗egado cultural・dial馗ticamente y selar sus contradicciones histicamente creadas para que la clase obrera pudiera apropiarse de las conquistas culturales del sistema precedente. Dice al respecto Joseph Hansen[17], 兎staba en su naturaleza rechazar lo peor y buscar lo mejor en la cultura que hemos recibido del pasado, de buscar proteger y cultivar esta herencia. Esta actitud exige la capacidad de resistir a todas las fuerzas que pudieran destruir esta cultura, y esta capacidad en su revoluci significa la convicci de que nuestra cultura no puede permanecer inmil. Ella no puede estar a salvo m疽 que a trav駸 de su desarrollo. A nuestra 駱oca esta salvaci reclama la lucha revolucionaria. La aceptaci de estos hechos constituye el centro de la perspectiva de Natalia. Ella fue una rebelde. Una de las mejores de esta gran generaci de rebeldes que realizaron la primer revoluci proletaria victoriosa.・BR>Un a despu駸 de la muerte de Lenin, en enero de 1925, Trotsky es relevado del frente en sus funciones de Comisario del Pueblo para la Guerra y dirigente del Ej駻cito Rojo, y tras luchar durante as dentro del partido contra la camarilla burocr疸ica de Stalin, es excluido conjuntamente con toda la Oposici de Izquierda en el XVコ Congreso del Partido. El desarrollo, la defensa y la difusi de la teor僘 de la revoluci permanente cost・a Trotsky y Natalia la expulsi de Rusia en enero de 1929. ノsta ser・la 伃tima d馗ada de exilio; replegados a la obra pol咜ico-literaria fundamentalmente, transcurren as de dif兤il trabajo, sorteando atentados, sesenta negativas de asilo pol咜ico en diferentes pa﨎es, editando el bolet匤 de la Oposici y numerosos escritos. La asistencia de Natalia fue un esos as fundamental para el desarrollo de la obra de Trotsky. Cuenta Jean van Heijenoort, uno de los secretarios que tuvo Trotsky 摘stuve en Dom鈩e en octubre, para traducir la primera parte de ソHacia dde va Francia?...el manuscrito ruso deb僘 ser puesto en un sitio seguro. Natalia lo cosi・en la valenciana de mi chaqueta cuando tuve que volver a Par﨎・[18] 
Natalia, militante revolucionaria, eligi・ser el hada en las sombras que sostuvo a uno de los estrategas m疽 brillantes que tuvo la clase obrera y como 駘 sufri・el desarraigo, necesidades, el hostigamiento de la burgues僘 y del stalinismo. Trotsky, el amor de esta luchadora modesta y fuerte, es asesinado en 1940 por un agente de la GPU[19]. Sus hijos tambi駭 fueron asesinados en este per卲do.
En un atentado en que la casa de Coyoac疣 en M騙ico, es ametrallada pocos meses antes del asesinato de Le, Natalia se precipit・sobre Trotsky al escuchar la r畴aga de proyectiles, cubri駭dolo con su propio cuerpo. Cualquier comentario palidece ante un acto como 駸e, la palabra hero﨎mo debe resignificarse aqu・lejos de toda 駱ica de casta dominante, porque la acci rehusa fosilizarse en los bronces burgueses. La memoria y en particular la memoria de clase es esa cosa viva que escapa al monumento. 
Natalia fue una mujer de letras, pero la escritura fue concebida y ejercida por ella como parte y extensi de la acci. La vida de un dinamismo poco com佖 entrelazada con los escritos que proliferan febrilmente, desordenados por las constantes mudanzas al tener que escapar una y otra vez, a los voluntarios que ofician altern疣dose como secretarios junto a Natalia (y a su hijo Le Sedov durante su corta vida), dan cuenta de estas existencias convulsionadas por la pasi de lucha por la clase obrera. Isaac Deutscher, birafo de Trotsky, sela el talento de escritora de Sedova, al que marca como excepcional. Los testimonios escritos de quienes la conocieron coinciden en resaltar la sensibilidad art﨎tica de esta mujer oculta por voluntad propia de las candilejas y los brillos fatuos de la notoriedad p炻lica. Trotsky la describe como un ser musical, sin ser m俍ica, para evocar la suerte de magnetismo que ejerc僘 sobre quienes la conoc僘n. 
Todos sus hijos murieron, incluso las dos hijas que Trotsky tuvo con su primer pareja, Aleksandra Lvovna, con quien Natalia tuvo muy buena relaci y quien muri・tambi駭 en un campo de concentraci en Siberia a manos del estalinismo. Luego del asesinato de Trotsky, Natalia vivi・veintid as m疽 despu駸 del 伃timo devastador atentado de su existencia, as de inclaudicable esfuerzo en el sostenimiento de los ideales de toda su vida y en la lucha por preservar la obra de su comparo. Lejos de sumirse en la desolaci ante tanto espanto, la esperanza forjada en sus largos as de lucha, la motiv・a seguir de cerca y apoyar las luchas obreras de todo el mundo, carte疣dose con diferentes agrupaciones y denunciando la degeneraci de la URSS, bajo la burocracia criminal estalinista. 
En 1951 renuncia a la Cuarta Internacional[20], con todas las connotaciones cism疸icas que tal decisi implica, sosteniendo 斗a revoluci ha sido completamente destruida por el estalinismo・/EM>[21]. Una carta enviada al periico France-Soir tres meses antes de su muerte revela el ideal que lati・en ella hasta sus 伃timos d僘s: 鼎onsidero el actual r馮imen de China[22], as・como el r馮imen de Rusia[23] o cualquier otro construido sobre el mismo modelo, tan lejanos del marxismo y de una revoluci proletaria como el r馮imen de Franco en Espa. El terror policial y las calumnias de Stalin fueron so los aspectos pol咜icos de una lucha a muerte contra la revoluci, conducida por el conjunto de la burocracia. Por tanto, uno no puede esperar el restablecimiento de la verdad de ninguna otra manera que a trav駸 de la aniquilaci de la burocracia por la clase trabajadora que ellos han reducido a esclavos. No tengo esperanzas por el partido ruso ni por sus imitadores, quienes son b疽icamente anticomunistas. Cualquier desestalinizaci resultar・ser un truco de confianza si no conduce a la toma del poder por el proletariado, y la disoluci de las instituciones policial, pol咜ica, militar y econica, las bases de la contrarrevoluci, que estableci・el Estado capitalista estalinista. Suya sinceramente, Natalia Sedova-Trotsk. 9 de noviembre de 1961・/EM>[24]
ソError pol咜ico? La g駭esis de la Uni Sovi騁ica como el primer estado obrero que se sostuvo a lo largo de muchas d馗adas fue parte de su vida. Su propia experiencia, los as de exilio, de persecuci a sus seres queridos y finalmente el asesinato de su amado comparo influyeron fuertemente en esa decisi de Natalia. Joseph Hansen la describe, en el libro antes citado, como un juicio inexacto en el plano pol咜ico, pero no dice que esa decisi haya implicado un abandono de los principios. 
Pierre Frank[25] hablando de los 伃timos d僘s de esta singular luchadora escribe: 溺odesta, muy modesta, ella rechaz・a menudo destacarse y no quiso usar el nombre de Trotsky sino en circunstancias excepcionales. Pero cuando ella estaba convencida de que era su deber hacer algo, nada la pod僘 detener. De este modo, en su lecho de muerte, menos de cuarenta y ocho horas antes de entrar en coma, en esas circunstancias ella demuestra ya dificultades para hablar, quiso servir una vez m疽 a la memoria de Trotsky, de Le Sedov, de los bolcheviques abatidos por Stalin, ella acepta dejarse filmar y pronuncia algunas palabras, reafirmando su certeza en la victoria de la revoluci socialista.・/EM>[26]
Al volver la vista atr疽 podemos ver todav僘 a la joven Natalia, robando horas a la vida, al amor, al arte para darlo todo por la revoluci que gui・su camino. Admiraci. Respeto. Sus convicciones la hicieron de hierro y le permitieron sostener a su comparo en los mejores y en los peores momentos y atravesar con la cabeza altiva el triunfo de la primera revoluci obrera que triunf・en la historia, de la cual ella fue una de sus protagonistas. Como nota Deutscher, esta mujer fue perseguida sucesivamente por la Ojrana zarista[27], las civilizadas democracias occidentales (todos lo pa﨎es, excepto M騙ico les negaron asilo pol咜ico), y finalmente los calumniadores, agentes provocadores y asesinos estalinistas. Fue una de las miles de mujeres que vivieron y construyeron la Revoluci Rusa de cuerpo presente, pero tuvimos la suerte de que la historia no ocultara por completo su nombre bajo el polvo del tiempo.
En sus 伃timas palabras escritas, Trotsky ocupa palabras centrales de agradecimiento a una de sus m疽 grandes colaboradoras, 鄭gradezco calurosamente a los amigos que me siguieron siendo leales en las horas dif兤iles de mi vida. No nombro a ninguno en especial porque no puedo nombrarlos a todos. Sin embargo, creo que se justifica hacer una excepci con mi compara, Natalia Ivanova Sedova. El destino me otorg・ adem疽 de la felicidad de ser un luchador de las causas del socialismo, la felicidad de ser su esposo. Durante los casi cuarenta as que vivimos juntos ella fue siempre una fuente inextinguible de amor, bondad y ternura. Soport・grandes sufrimientos, especialmente en la 伃tima etapa de nuestras vidas. Pero en algo me reconforta el hecho de que tambi駭 conoci・d僘s felices(...). Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre m疽 aire en mi habitaci. Puedo ver la brillante franja de c駸ped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul, y el sol brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresi y violencia y la disfruten plenamente.・/EM>[28]
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[1] Fragmento del telegrama enviado por Natalia Sedova a Uglanof, por entonces secretario de la organizaci de Mosc・ el 20 de septiembre de 1928, citado por Le Trotsky en su libro Mi vida.
[2] Los narodniki (populistas) eran una organizaci de intelectuales rusos del siglo XIX que luchaban por la liberaci campesina. Utilizaban t當ticas conspirativas y terroristas.
[3] Natalia Sedova: una vida de revolucionaria, de Bonnet, Marguerite, en Hommage a Natalia Sedova-Trotsky (1882-1962).
[4] Georgii Plejanov (1856-1918): comenz・adhiriendo a los narodniki. En 1882 se public・su traducci del Manifiesto Comunista con un prefacio de Marx y al a siguiente public・su primer ensayo contra el populismo y form・en Ginebra el grupo 摘mancipaci del Trabajo・que fue el centro dirigente del marxismo ruso a fines del siglo XIX. Fue el introductor del marxismo en el movimiento obrero ruso. Frente a la Primera Guerra Mundial se convirti・en un socialpatriota.
[5] The Russian Women痴 Movement 1859-1917 (PhD thesis, University of Rochester 1976), de Rothchild-Goldberg.
[6] Rothchild-Goldberg, op. cit.
[7] Rothchild-Goldberg, op. cit.
[8] Iz moei zhizni i raboty (Mosc・1974), de Alexandra Kollontai.
[9] Rothchild-Goldberg, op. cit.
[10] 7 de marzo en nuestro calendario.
[11] Six Days in the February Revolution, de V. Kaiurov en Proletarskaia revoliutsiia, No.1:13 (1923).
[12] Rothchild-Goldberg, op. cit.
[13] L.D.: Le Davidovich (Trotsky).
[14] Notas de un diario 匤timo de Natalia Sedova citadas en el art兤ulo Natalia Sedova: una vida de revolucionaria, de Marguerite Bonnet.
[15] Mi vida, de Le Trotsky.
[16] Obras, vol. XXI, de Le Trotsky.
[17] Director del diario neoyorkino socialista 典he Militant・ citado en Hommage a Natalia Sedova-Trotsky. 1882-1962.
[18] Con Trostky, de Prinkipo a Coyoac疣. Testimonio de siete as de exilio, de Jean van Heijenoort.
[19] Polic僘 pol咜ica de la Uni Sovi騁ica.
[20] Tras la derrota de la clase obrera alemana en 1933, consecuencia de las traiciones del estalinismo, Trotsky lleg・a la conclusi de que la reforma de la burocracia sovi騁ica y de la Tercera Comunista Internacional ya no era posible. Un nuevo partido internacionalista ten僘 que establecerse en la clase obrera internacional. Cinco as luego, en 1938, se fund・la Cuarta Internacional, cuyo programa es el Programa de Transici.
[21] Resignation from the Fourth International, de Natalia Sedova, traducci especial para este art兤ulo.
[22] R馮imen mao﨎ta: en 1949 fue proclamada la Rep炻lica Popular China y Mao Ts・Tung la presidi・hasta 1958, cuando el enfriamiento de relaciones con la Uni Sovi騁ica le obliga a dejar la presidencia, aunque continu・SPAN style="mso-spacerun: yes"> manteniendo su poder pol咜ico.
[23] Los marxistas revolucionarios consideramos que la Uni Sovi騁ica, a partir de 1925 aproximadamente se transform・en un estado obrero deformado, dado que los trabajadores tuvieron cada vez menos intervenci en la vida p炻lica, incluso en el terreno de las cuestiones relativas a la producci. Un sector de trabajadores que se hab僘 abocado a las tareas de la administraci del estado se transformaron en una casta de funcionarios que defin僘n la pol咜ica de la Uni Sovi騁ica en funci de mantenerse ellos en el poder. Sin embargo, la propiedad de los medios de producci no hab僘 cambiado de manos: no exist僘 una clase capitalista propietaria de las empresas que extrajera plusval僘 de los trabajadores. Ante las duras condiciones internacionales y el aislamiento pol咜ico, la clase obrera de la Uni Sovi騁ica, hija de guerras, hambrunas y revoluciones, hab僘 delegado su poder en la burocracia stalinista, una casta proveniente de su propio seno. No obstante, si se atiende el proceso histico, se puede ver las grandes conquistas del proletariado a partir de la revoluci: educaci, salud, vivienda, trabajo, seguridad social. Esas conquistas son las que defendemos y hoy son arrebatadas por el proceso de restauraci capitalista en curso. 
[24] Corrections to France-Soir Interview, de Natalia Sedova, traducci especial para este art兤ulo. 
[25] Secretario del Partido Comunista Internacionalista, miembro del secretariado de la IV Internacional.
[26] Hommage a Natalia Sedova- Trotsky, varios autores.
[27] Polic僘 pol咜ica del r馮imen zarista.
[28] Testament.o, de Le Trotsky.






 

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