Con el trasfondo de una semana de creciente tensión, el paro de 24 horas se cumplió a rajatabla.

El gobierno le había dado rienda suelta a la patota de la UTA para que intimidara a los trabajadores en el paro del 5 de noviembre. Al día siguiente atacaron a la familia de Néstor Segovia, demostrando hasta donde pueden llegar estos burócratas cada día más alejados de la base y sostenidos por los negocios con la empresa y el amparo gubernamental. Pero no lograron amedrentarnos.

Ahora el Ministerio de Trabajo y el de Planificación inventaban que el servicio de subterráneos era “esencial” y anunciaban que iban a garantizar un 40% del servicio. Apretaron con llevar nuestra lucha a los juzgados y amenazaron con reprimirnos.

Pero las maniobras y los aprietes no funcionaron. Una vez más los trabajadores del subte demostramos la unidad y fuerza existente para conquistar nuestro sindicato.

Moyano y Tomada se juegan por la defensa de la burocracia sindical
El paro de 24 horas fue un paso adelante y un golpe para un gobierno que se niega a reconocer a un sindicato democrático pero que no tuvo ningún problema en otorgar instantáneamente el reconocimiento al sindicato de peajes moyanista.

La CGT sale con todo en defensa de su “modelo sindical” y convoca a una marcha el 20 de noviembre bajo el título de “En Apoyo al orden constitucional y al proceso democrático”. Con esta jugada Tomada y Moyano nos quieren poner límites. La acción convocada por la CGT demuestra que, para este gobierno y para la burocracia sindical, la acción de los trabajadores por recuperar sus organizaciones es más de lo que ellos pueden tolerar. La “democracia” del PJ y la burocracia de la CGT no admite ejemplos de sindicatos que defiendan los intereses de los trabajadores.

De este modo demuestran su temor a que el ejemplo del subte se generalice. El papel de la burocracia está cuestionado, no solo por la creación de nuestro sindicato, sino porque luchas duras como la de los compañeros de Terrabusi demuestran que las direcciones combativas están expresando un nuevo ánimo de sectores de la clase obrera.

Movilizar por el apoyo incondicional al Subte y a todas las luchas
En el Subte ya comenzamos a discutir en las asambleas por líneas las próximas medidas de lucha a tomar. Pero esta pelea no la podemos dar solos.

Son millones los obreros que odian a la burocracia sindical, aunque sólo una minoría los que están organizados. Las organizaciones que se dicen democráticas y enfrentadas a este modelo de traiciones y negociados tienen que enfrentar esta escalada de la burocracia.

La CGT quiere hacer, en contra del reconocimiento de nuestro sindicato, su demostración de fuerzas. De esta manera, el reconocimiento de la AGTSyP (el nuevo sindicato de los trabajadores del subte), toma mayor trascendencia.

Podemos enfrentarlos reuniendo a decenas de miles de trabajadores si los docentes y estatales que reivindican la libertad sindical salen a defenderla, si los sindicatos y comisiones internas recuperadas se coordinan en una acción llamando a los trabajadores a defender la lucha del Subte contra la burocracia y por la democracia sindical, y apoyar incondicionalmente todas las luchas de los trabajadores.

La dirección de la CTA, que la semana anterior participó de la Conferencia de Prensa se borró en toda la jornada de ayer. Hay que exigirle que si es mínimamente consecuente en sus declaraciones de apoyo tendría que convocar a un paro nacional común con los trabajadores del subte por la democracia sindical y los reclamos de los trabajadores que están en lucha.
Hay que juntar la fuerza necesaria para el reconocimiento de nuestro sindicato que, como está a la vista, es el inicio de un gran cambio en las organizaciones de los trabajadores. La lucha del subte es una lucha de todos los obreros y obreras del país. Por eso debemos poner en pie una campaña nacional por la democracia sindical de la que sean parte los trabajadores, organizaciones de DDHH; el movimiento estudiantil democrático, las organizaciones políticas defensoras de la democracia en los sindicatos, en particular los partidos de izquierda.

Una campaña masiva que deje en claro que el grupo minoritario son estos burócratas.