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Derechos Humanos

Murió Olga Arédez

6 de abril 2005

La luchadora Olga Arédez murió. Y fue el cáncer, aumentado por la bagazozis, enfermedad que produce el Ingenio Ledesma, con la materia prima para hacer papel que sale de la caña quemada -al que le agregan bacterias para su mejor putrefacción... ¡al aire libre, en medio del pueblo!-.
Allí vemos dos extremos de esta sociedad: por un lado el monstruo explotador, quien factura casi 800 millones por año a costa de –asesinos- daños en salud que provoca a todo el pueblo; y por otro la referente de una lucha que se quiso quede silenciada, en Jujuy y en todo el país, por mucho tiempo: la lucha por la verdad, la justicia y el castigo a los milicos asesinos. “Cara visible de los familiares de Libertador y Calilegua, la doctora Aredez fue quien hizo el recuento de desaparecidos de la zona, llegando a la conclusión de que eran cifras redondas; diez en Calilegua y veinte en Libertador, como corresponde a quienes vinieron con una lista ‘negra’ en las manos...”2. La lucha -durante años sola- ante lo ocurrido durante el “Apagón” que realizó el Ingenio con la gendarmería (y la complicidad de la curia), la ubicó como la principal figura de las movilizaciones que recuerdan el ataque a los trabajadores y sindicalistas, jóvenes estudiantes y familiares del pueblo hace ya 29 años3. Tanto en las marchas de este 23 y 24 de marzo en Jujuy y Libertador, como en Plaza de Mayo el 24, se la recordó como quien “encendía una luz en medio del apagón”4.
En el documental que la tiene como protagonista, Sol de noche. La historia de Olga y Luis (de E. Aliverti y Cía.5 hay un “actor silencioso”: los trabajadores del ingenio, obreros fabriles y los “peladores de caña” del campo. Ellos son quienes a diario producen las multimillonarias ganancias del Ingenio de la familia Blaquier6, quienes fueron atacados durante el “Apagón”, “emblema de represión a la clase trabajadora”7.
La lucha que se debe continuar, la lucha de Olga Arédez y los Familiares de detenidos-desaparecidos de Jujuy, es por la verdad y el castigo a los asesinos, represores y torturadores; y debe ser, realmente, una lucha que encare la clase obrera contra la explotación capitalista, una lucha que sólo se puede encarar desde la búsqueda de la unidad de los trabajadores –quienes fueron las principales víctimas de la dictadura- de fábrica y campo, de ocupados y desocupados; contra la burocracia sindical, principal colaboradora de la explotación obrera que hace a la concentración de ganancias del Ingenio.
Olga es un verdadero símbolo de lucha, víctima del monstruo explotador Ledesma. Quedará en la memoria de todos, y esta pelea contra Ledesma se continuará todos los años en julio, en las marchas y actos que recuerdan la noche del “Apagón”.

1 10 décadas de Libertador General San Martín-Jujuy, 1899-1999, Bs. As., Ed. de la autora, 2001, p. 183.
2 Ídem., p. 154.
3 La respuesta obrera a la situación que padecía llevó a que la burguesía utilizara la “carta militar” del golpe de estado (véase C. Castillo: “Elementos para un ‘cuarto relato’ sobre el proceso revolucionario de los setenta y la dictadura militar”, revista Lucha de Clases N° 4). En Libertador, la reacción contra los trabajadores del Ingenio fue esta: “... vino la persecución casa por casa, detuvieron a miles, mujeres y hombres, llenaron las cárceles de Jujuy. En todos los destacamentos tenían gente de Ledesma, en las calles día y noche vigilaban casas sospechosas, entradas y salidas del pueblo utilizando vehículos y toda clase de transporte”. Ídem, p. 141.
4 Y el 18 de marzo, tras conocerse su fallecimiento, se la homenajeó en Página/12: “Olga Aredes: Querida compañera, ¡Presente! Te vamos a extrañar”. Una nota del diario Pregón del día siguiente la recordó también: “El adiós a una inclaudicable militante de derechos humanos”.
5 Reseña del documental en La Verdad Obrera 125 (28/08/03): “La dictadura militar, desde un documental. Acerca de ‘Sol de noche’”.
6 Dice Demitrópulos que durante los ’90 “La ‘modernización’ fue la principal excusa para justificar los despidos [masivos], el aumento de la productividad, altos rindes y baja en los costos alcanzados en menos de cinco años, además de la mecanización integral de la cosecha de caña, el uso de agroquímicos, maduración temprana, moderno riego por goteo, etc. [Esto,] provocó la expulsión de miles de obreros (5.000)”. Ídem 1, p. 168.
7 Ludmila da Silva Catela, final del capítulo que integra el libro Luchas locales, comunidades e identidades (Ed. Siglo XXI, 2003), reproducido en revista Nadie olvida nada. Revista de memorias, N° 2, sept./oct. de 2004: “Versiones del Apagón de Ledesma”, pp. 11-13.

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