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MOVIMIENTO OBRERO

Moyano, cavilaciones de un general retirado

Al cierre de esta edición, la CGT seguía sin decidirse a competir con el acto de la Presidenta en Vélez, como había amenazado con una concentración cerca del 1° de mayo. De todas formas, su disputa con el gobierno se agrava con las últimas medidas oficiales para los transportistas.

Manolo Romano

12 de abril 2012

Moyano, cavilaciones de un general retirado

Al cierre de esta edición, la CGT seguía sin decidirse a competir con el acto de la Presidenta en Vélez, como había amenazado con una concentración cerca del 1° de mayo. De todas formas, su disputa con el gobierno se agrava con las últimas medidas oficiales para los transportistas.

El anuncio de CFK de créditos del Banco Nación por un total de 8.500 millones para la compra camiones es, de paso, un golpe a la caja del sindicato de Moyano. La parte no anunciada públicamente es la eliminación del Régimen de Fomento de la Profesionalización del Transporte de Cargas, que cubría parte de las cargas patronales y funcionaba como un subsidio al salario. Con la movida, el gobierno pretende matar tres pájaros de un tiro. En primer lugar, favorece a las grandes empresas fabricantes y concesionarios como IVECO (que en este momento está presionando a los metalmecánicos con la baja de horas de producción) e incluso a los importadores. Intenta atraer, con “créditos blandos” para “renovar la flota”, al sector de pequeños y medianos transportistas que se agrupa en Camioneros y a los que iba dirigido el anterior subsidio. Y, de fondo, apunta a quitarle poder a Moyano que, sin ese plus que le entraba del Estado, tendrá paritarias mas duras este año.
Un partidario de Moyano, Jorge Gonzáles, renunció a su cargo de funcionario en la secretaría de transporte al conocer el plan. Moyano puede llegar, incluso, a iniciar alguna acción en defensa de los intereses de camarilla pero es un general retirado de la lucha de la clase trabajadora por sus demandas más vitales. De tanto en tanto, saca a relucir viejas medallas de antiguos paros contra Menem y De La Rúa, pero desde la asunción de Duhalde cuando apoyó la salida devaluacionista, no hizo nunca un paro de la CGT por nada. Ni cuando asesinaron al maestro Fuentealba en lucha contra los topes al salario, ni cuando reprimieron a los obreros de Kraft en lo que fue una pulseada nacional contra la patronal yanqui, y mucho menos ante catástrofes que afectan al pueblo trabajador mayormente no sindicalizado, como los pasajeros del Sarmiento en la masacre de Once o el crimen social que golpea al conurbano bonaerense después de las tormentas.

Una CGT (aún más) domesticada

Junto al sector mas fiel en la cúpula de la central, Moyano se reunió estos días con al titular de la Pastoral Episcopal Social nacional y obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, como parte de su búsqueda de consenso hacia las elecciones de la central que se definen en julio. La inclinación de Moyano hacia la Iglesia, algo que recuerda a su antecesor Ubaldini en los 80, intenta compensar la precariedad de sus alianzas en la jerarquía sindical. Su otra jugada es alinear a las CGTs regionales del interior, ligadas a los gobernadores peronistas opositores a CFK, como es el caso de Córdoba donde el SMATA de Dragun, ministro de Trabajo de De la Sota, apoyó a Moyano y dejó la candidatura de Pignarelli un tanto en el aire. Pero no hay vueltas: “Cristina quiere una CGT carapálida” definió un editorialista de La Nación, aludiendo a una cúpula sindical completamente domesticada, ya sea unificada o dividida, que está en los planes del cristinismo. Según varios medios, el empecinamiento de Moyano de mantenerse al frente de la CGT le ha significado la fractura de acuerdos que venia tejiendo con Luis Barrionuevo y el ’Momo’ Venegas: “En diciembre pasado estaba en menos 10, pero cuando empezó a repuntar gracias a la ayuda de todos se subió al caballo de la reelección y se cortó solo”, dicen. Éstos podrían llegar a aceptar una salida negociada del jefe de la CGT, que lo incluya como actor en un consejo directivo colegiado, pero no ir tras su candidatura. Ahora, la CGT Azul y Blanca de Barrionuevo y Venegas será parte del cónclave del frente anti-moyanista que incluye a viejos menemistas y nuevos cristinistas como Lezcano de Luz y Fuerza, Rodolfo Daer de Alimentación, su hermano Hector de Sanidad, Cavallieri de Comercio, Pignarelli de SMATA (cuya seccional Córdoba apoya a Moyano), la UTA, UPCN, Obras Sanitarias y la UOCRA. Seguramente buscaran consensuar un reemplazante con el gobierno. Pero en vista de las últimas crisis políticas que liman la fortaleza del 54%, el intento de que Moyano se baje de su jefatura en la CGT está por verse.

Este 1° de mayo, en Plaza de Mayo y en todas las ciudades del país, nos reuniremos con los delegados clasistas opositores a Daer en la alimentación, con las listas de delegados de base y de izquierda que se presentan contra la burocracia sindical en Gráficos y Jaboneros, con los nuevos delegados del SMATA que enfrentan los topes al salario y los aumentos de los ritmos de trabajo, con los metro-delegados del Subte que liberan los molinetes a los usuarios en su reclamo salarial, con los luchadores que en la UTA apoyan los piquetes de la Línea 60, entre decenas de sectores combativos de la clase trabajadora. Puede ser un paso adelante hacia el reagrupamiento de las fuerzas sindicales combativas y de la izquierda, con una clara perspectiva antiburocrática, antipatronal y antigubernamental.

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