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Comunicados de prensa

Miles de argentinos festejan en las calles la dimisión de Fernando de De la Rúa

Prensa PTS

21 de diciembre 2001

Tras sufrir cuatro años de crisis y los últimos meses en una situación de extrema tensión social, la sociedad salió a la calle a celebrar la renuncia de De la Rúa.
Aún sin saber qué es lo que deparará el futuro para Argentina y pese a una jornada violenta en la que los muertos se contabilizan a decenas, los argentinos se mostraron contentos y salieron a golpear cacerolas, quizás en nuevo instrumento de protesta social criolla.
La Plaza de Mayo, donde una multitud se expresó ayer pacíficamente con el mismo método de protesta para pedir su renuncia, se encontraba esta noche con cientos de personas que portaban cacerolas, aunque esta vez para festejar la caída del Gobierno de la Alianza.
En algunos puntos de la capital argentina, las celebraciones y los festejos contrastaban con escenas de violencia, enfrentamientos entre vándalos y la Policía, saqueos.
Episodios de violencia
Los manifestantes expresaron su furia contra De la Rúa con un ataque con cócteles molotov a las instalaciones del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, el partido al que pertenece el dimisionario presidente.
También han sido incendiados diversos locales, uno de ellos de la empresa McDonald"s, en las inmediaciones de la plaza donde se alza el Obelisco, el símbolo de la capital argentina, en medio de enfrentamientos con la policía, que utiliza gases lacrimógenos y balas de goma para disolver a los congregados en el lugar.

La violencia se ha extendido, incluso, hacia las ambulancias y equipos móviles de apoyo del Sistema de Atención Médica de Emergencia, que han sido atacados cuando trasladaban a los heridos a centros hospitalarios.
En los disturbios han perdido la vida 23 personas en los últimos dos días. Además, miles de comerciantes han quedado totalmente arruinados por los saqueos, lo que puede dar lugar a situaciones especialmente trágicas. Un matrimonio de origen coreano se suicidó un día después de que su comercio en las afueras de Buenos Aires fuera asaltado.
Batalla campal en la Plaza de Mayo
Durante las últimas 24 horas, la emblemática Plaza de Mayo, en el corazón de la capital argentina, fue escenario de una batalla campal entre manifestantes y policías. Decenas de personas se congregaron en el lugar desde primeras horas de la mañana. A mediodía, hora local, la policía advirtió de que el lugar tenía que ser desalojado en virtud del estado de sitio que rige en el país. Su violenta represión para despejar la Plaza de Mayo se saldó con varios heridos leves y detenidos. Algunas fuentes hablan incluso de cuatro muertos.
La jueza federal María Servini de Cubría ordenó anoche la "inmediata comparencia" del ministro del Interior, Ramón Mestre; del secretario de Seguridad, Enrique Mathov, y del jefe de la Policía Federal, el comisario Rubén Santos, para que den cuenta de la represión policial contra los manifestantes en la Plaza de Mayo y sus alrededores.
Santos ha sido el primero en responder ante la Justicia. En sus declaraciones ha negado que las fuerzas de seguridad hayan provocado muertes. "Estoy convencido de que la Policía en ningún momento utilizó armas de fuego que pudiera llegar a generar situaciones de estas características", afirmó el comisario en la puerta de los Tribunales Federales de Retiro antes de ingresar al despacho de la jueza María Servini de Cubría.
El comisario aseguró también que "la Policía Federal no tiene balas de plomo", después de que varias personas denunciaran que fueron reprimidas con este tipo de proyectil. "No creo que haya sido ninguna de nuestras armas la causante de una característica de esta magnitud", puntualizó Santos.

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