La empresa Metrovías quiere forzar un conflicto con la complicidad de la UTA. Los hechos lo muestran claramente. El día 29/8, la patronal paraliza el servicio en la línea E y lo presenta como “un conflicto gremial”. Por falta de trenes en condiciones, se interrumpen las líneas A y D. En el Taller Constitución, una patota de la UTA agrede a trabajadores y delegados. El cuerpo de delegados recibe amenazas telefónicas por parte del Consejo Nacional de la UTA. Un comunicado bajo la firma del mismo organismo, de claro tinte amenazador contra los delegados, circula por todas las líneas.

No se trata de sucesos aislados o casuales. Días atrás, 18 compañeros del Taller Medalla Milagrosa (línea E) fueron suspendidos, al igual que otros trabajadores de otra líneas.
La empresa viene intentando vaciar el Taller Constitución (línea C), retirando trenes y materiales, sin permitir a los trabajadores realizar su tarea.

A instancias de Metrovías, la Cámara Laboral logró un fallo que cuestiona el procedimiento de la insalubridad que logramos obtener en octubre de 2003.

Una ‘santa alianza’ contra los trabajadores

Todos estos hechos forman parte de un plan más general de parte de Metrovías y la UTA para avanzar sobre las conquistas que los trabajadores hemos obtenido con nuestra lucha en estos últimos tiempos: las 6 horas de trabajo, los aumentos de salarios, por ejemplo. El plan apunta también a liquidar al cuerpo de delegados de base.

Este plan se ha incrementando luego del último conflicto salarial, un punto de inflexión, donde los trabajadores tuvimos que enfrentar una verdadera “santa alianza” constituida por el Ministerio de Trabajo, Metrovías y la burocracia sindical. Este trabajo en pinzas entre la patronal y la UTA, ya se ha puesto en marcha.
Después de mucha discusión en el cuerpo de delegados, se comenzó a llevar a cabo una campaña mediante la que - aún con poca difusión y silenciada por importantes medios – denunciamos porqué es Metrovías la única responsable del mal servicio.

El peligro de un Cromañón bajo tierra

Esta empresa, que recibe anualmente $314 millones en subsidios y recauda millonadas en pasajes, persiste en mantener trenes sin mantenimiento y excedidos en kilometraje; sistema de frenado averiados, vías corridas, partidas y fuera de nivel; túneles y estaciones sin salidas de emergencia y un largo etcétera. Todo esto convierten a las cinco líneas de subtes en una trampa potencialmente mortal, donde la vida de los trabajadores y usuarios está puesta en juego a diario.

Con un cinismo sin precedentes, Metrovías intenta responsabilizar a los trabajadores por las demoras y la precariedad del servicio, cuando en realidad tanto usuarios como trabajadores somos víctimas de la desidia patronal. Si la falta de inversión y mantenimiento mañana causara un nuevo Cromañón bajo tierra, Metrovías será la única responsable.

Asamblea general para enfrentar el ataque

Ante los hechos ocurridos, en el cuerpo de delegados hemos reafirmado la realización de asambleas en todas las líneas para alertar a todos los compañeros.

Necesitamos ponernos a la altura del ataque: las asambleas de sector tienen que culminar en una asamblea general para discutir cómo enfrentar el ataque de la patronal y la UTA. ¡Hay que fortalecer la organización de los trabajadores, para echar a la burocracia y sus matones del subte!

Tenemos que profundizar una gran campaña pública, identificando a los verdaderos culpables del mal servicio, de las demoras y las interrupciones.

El grupo Roggio, dueño de Metrovías es parte de esas patronales privatizadoras que se enriquecen día a día a costa de prestar un servicio deficitario. Sólo con la reestatización del subte, bajo control de los trabajadores y un comité de usuarios, se podrá garantizar un servicio seguro y confiable para toda la comunidad.