Los trabajadores de la metalúrgica Liliana de Rosario siguen dando una ejemplar lucha por aumento de salarios, por el pase a planta y por la reincorporación de un delegado despedido discriminatoriamente. El martes 7 fue la segunda audiencia en el Ministerio, entre los representantes de la empresa y los delegados de los trabajadores. En una actitud provocadora, la empresa pidió 300 días para pasar a planta al más del 70% de los trabajadores que cuentan con contratos eventuales. Es una burla: tuvieron 62 años para cumplir con las leyes laborales vigentes, por lo que este excesivo plazo no es tolerable. Con respecto al aumento de salario, la empresa se jactó de haber elevado a $250 por quincena el presentismo por quincena (¡un aumento de menos de $100!) y depositado $600 a cuenta de futuros aumentos: nada de lo que piden los obreros. Los trabajadores relatan que desde que empezaron las duras discusiones en el Ministerio, como por arte de magia empezaron a aparecer ropa nueva, sorteos de motos, cambios del jabón en los baños: todos gestos vacíos de una patronal que sabe que los trabajadores reclaman demandas más que justas, pero que en lugar de resolverlas entrega migajas que sólo acrecentaron la bronca. Por otro lado, la patronal se niega a reincorporar a Juan Carlos Chazarreta, uno de los delegados despedidos por colaborar con la organización.

La respuesta no se hizo esperar: el mismo martes los trabajadores hicieron un quite de colaboración de una hora, retirándose a las 15 horas en lugar de trabajar hasta las 16, como la patronal les impone ilegalmente todos los días. A la salida, una enorme asamblea de casi 200 trabajadores ratificó el pliego obrero y rechazó la intransigencia patronal. Pero el miércoles la lucha de los trabajadores dio un paso muy importante: nuevamente se realizó un quite de colaboración de una hora que afectó a todo el personal, y se confluyó en una histórica e inédita marcha de los trabajadores junto a centros de estudiantes, organismos de derechos humanos, docentes, estatales y organizaciones políticas que cortó la Ovidio Lagos, pasó por la puerta de varias fábricas cantando “unidad de los trabajadores”, hasta hacer una concentración a la altura de Circunvalación. Los jóvenes metalúrgicos siguen haciendo oír sus reclamos, con el apoyo de toda la comunidad.

Corresponsal