17 de febrero. Los medios informan la muerte de un policía en un enfrentamiento en San Isidro. Comienza una campaña mediática resaltando sus ‘virtudes’, con eje en la inseguridad.

19 de febrero. En algún lugar perdido de diarios y noticieros se informa que en un incendio en Pompeya murieron dos niños y su abuela. ¿Sus nombres? Nadie los sabe, la crónica no dice mucho más. Sigue en vivo y en directo la transmisión desde San Isidro, sin que nada parezca interrumpir la “noticia de la semana”: el funeral del policía Aldo Garrido, la opinión de los vecinos.

¿Por qué algunas muertes son noticia, y otras no? En medio de una intensa campaña política y mediática contra la “inseguridad”, se criminaliza la pobreza y sobre todo a la juventud de los barrios populares. La muerte de un supuesto “policía honesto” fortalece esta campaña, y sirve para dar legitimidad a una institución reaccionaria, ocultando su función represiva y su participación en todo tipo de delitos (como los últimos secuestros, gatillo fácil, etc).

La otra cara de la moneda. La escasa cobertura dada por los medios a las muertes en Pompeya, busca evitar que salga a la luz una situación que va más allá de la tragedia de esta familia: la crisis habitacional en Buenos Aires, que ya se cobró la vida de seis hermanitos de La Boca hace apenas un mes. Se fogonea la acción represiva contra quienes, sin otra opción, intentan construir asentamientos. Los políticos centran su campaña en la “inseguridad” y los supuestos “delincuentes” que viven en las villas, pero el verdadero problema con respecto a los asentamientos es que hay millones que no tienen acceso a una vivienda digna. Un ejemplo son las 361 familias que después del incendio de Villa Cartón, hace dos años, todavía están a la espera de las casas que deberían haberles entregado hace más de un año. Hoy ni siquiera van a tener el “privilegio” de vivir hacinados en un predio de Villa Soldati, ya que el juez Gallardo dictaminó su desalojo antes del 16 de abril.
La crisis habitacional es uno de los tantos problemas urgentes para los cuales ni el gobierno de Macri ni el de los Kirchner tienen un plan serio. Ni se proponen tenerlo. La campaña contra la “inseguridad” ayuda a tapar estas problemáticas; sólo la organización de vecinos y trabajadores podrá encontrarle una solución real a sus propios problemas.

¡Basta de desalojos para beneficiar a los socios de Macri!

Por un plan de viviendas populares en base a impuestos progresivos a los grandes propietarios, bajo control de vecinos, organizaciones obreras y sociales.

Confiscación de viviendas ociosas para uso habitacional.

Sergio, Gonzalo y Verónica