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Informaciones Obreras

Aumento de la productividad y las ganancias

Más trabajo y menos plata

15 de febrero 2007

Algunos de los elementos clave del actual crecimiento económico kirchnerista son la continuidad (y extensión) de la flexibilización y precarización laboral; y los bajos salarios, alejados de las necesidades y la realidad de los trabajadores y el pueblo. Un crecimiento, donde las ganancias de las grandes empresas y patronales de la industria y servicios, se obtiene en base a un aumento creciente de la explotación de la fuerza de trabajo.

Muy por debajo del 2001
Según un artículo de la revista Fortuna: “desde la CGT reconocen que ‘si bien se ha recuperado el nivel salarial de diversos sectores, el problema es que el poder adquisitivo sigue situándose por debajo de 2001. Para ser exactos –puntualiza uno de los principales asesores de la central gremial– un 15% por debajo para los trabajadores con relación de dependencia y un 30% para aquellos que están en negro”.1 Como vemos, hasta la burocracia sindical –que no ha movido un dedo para mejorar la situación de los asalariados– reconoce que los trabajadores seguimos peor que en 2001.

Grandes ganancias y menos poder adquisitivo
Pero no sólo es que los trabajadores no recuperamos los niveles de ingresos previos a la crisis del 2001, sino que comparados con las ganancias fabulosas que vienen sacando los empresarios, estamos mucho peor. Tenemos menos poder adquisitivo y producimos un 22% más. Se agranda la “torta”, pero se achica la porción que recibimos los trabajadores.

Bajos salarios para mucha más producción
Pongamos un ejemplo: si un trabajador producía en 2001 mensualmente bienes por $12.000, a precios actuales hoy produce casi $15.000. Y esto es lo que el gobierno, los empresarios y la burocracia ocultan: la economía viene creciendo gracias al mayor esfuerzo exigido a los trabajadores, que permitió aumentar el producto por obrero. Para lograr un salario que se aproxime a lo que se ganaba antes de la devaluación, hoy debemos realizar jornadas mucho más extensas. La exigencia de hacer horas extras para mejorar el salario, los incrementos de los ritmos de trabajo (en algunas fábricas hasta triplicaron la velocidad de la línea), y la presión para reducir descansos en la jornada, son algunas de las herramientas que ha impuesto la patronal, para robar más trabajo y producción. Es gracias a esto que la productividad ha crecido un 22%.

Por un salario mínimo de $2.400 y ninguna cláusula de productividad
Esta situación se reproduce en todos los sectores de la clase obrera argentina2. Ni la política del gobierno de Kirchner, ni las paritarias comandadas por la burocracia, apuntan a cambiar esta situación, gracias a la que los empresarios mantienen niveles de ganancias sin precedentes. Para que los trabajadores empecemos realmente a mejorar nuestra situación nuestros salarios no sólo deben crecer más que la inflación (cosa que la mayoría no logró), y alcanzar los valores de la canasta familiar que ronda los $2.400, sino que tenemos que recuperar la jornada de 8 horas, así como las condiciones de trabajo y derechos laborales perdidos y entregados por la burocracia sindical. Para ello, los trabajadores debemos avanzar en organizarnos de forma democrática, independiente y clasista, para superar a los dirigentes traidores.

1 Nolé, Fernando, “Cómo será la pulseada salarial de 2007”, Fortuna n° 189, 13 de enero de 2007.
2 Por empezar, porque el 64% de los trabajadores, la gran mayoría, percibe salarios muy inferiores en términos reales a los que ganaba hace 5 años.

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