CONVOCADOS POR compañeros de las internas de Kraft y PepsiCo, de la Lista 2 de Stani y la agrupación Desde Abajo, el sábado 9 se reunieron más de 100 trabajadores en Pacheco. Hubo asado y luego un intenso debate entre los trabajadores presentes de las más importantes fábricas de la alimentación de la Zona Norte. La gran cantidad de compañeros es un dato más que importante.

Los compañeros Javier “Poke” Hermosilla y Leo Norniella abrieron la discusión. La burocracia de la Verde, explicaron, se juega a una paritaria tranquila en la que pueda negociar “en paz” un aumento por debajo de las necesidades de los trabajadores. Las empresas dan horas extra de forma masiva para que los trabajadores no se jueguen por una salida de conjunto y de lucha como fue en el 2010. Para llegar entonces a un salario que se arrime algo a la canasta familiar, los trabajadores tienen que matarse con extras, estar 10 o 12 horas en las fábricas, dejando el cuerpo en ellas. En las asambleas de Kraft, contaron, se debatió sobre esta situación y la necesidad de que el Sindicato llame de forma urgente a un plenario de delegados en el cual votar un plan de lucha en serio porque se puede y es necesario conseguir un salario igual a la canasta familiar y no tener que dejar “la vida en la línea”. Se necesita que además se discuta el convenio porque en la alimentación se trabaja hasta 48 hs por semana, hay convenios esclavistas como el Mantecol de Stani y la burocracia se lleva sí o sí el 2% de cada sueldo para unas arcas de manejo oscuro.

Las compañeras Lorena Gentile y Catalina Balaguer también intervinieron en este debate y explicaron cómo a los que se oponen a la burocracia y a las patronales se los persigue. Katy explicó que “somos la oposición en un gran sindicato de industria que se propone recuperarlo, tenemos fuerza, y por eso los juicios que pesan sobre nosotros”. Lo cierto es que muchos de los integrantes de las internas combativas están procesados. Se planteó por ello iniciar una campaña pública dentro y fuera de las fábricas por el desprocesamiento de todos. 

Los dirigentes de las internas pusieron a discusión el proyecto conjunto que impulsan junto con los compañeros de Zanon y otros sectores, el periódico obrero Nuestra Lucha y una corriente militante del clasismo. Hermosilla planteó que “El gobierno de Cristina permite los ataques a los que luchamos, por eso en su gobierno hay más de 4.000 procesados por luchar. Nosotros nos defendemos de los ataques, enfrentamos a la burocracia, pero no alcanza. Nosotros vamos a salir a pelear por nuestro salario, pero nuestro gran objetivo es una sociedad donde se termine con la explotación del hombre por el hombre, porque no queremos pelear siempre por lo mínimo y porque en las próximas crisis tendremos que derrotarlos a ellos si no queremos que nos lleven como en el 2001 a la desocupación y la pobreza absoluta. Para eso hace falta una corriente nacional, que esté en todas las fábricas, en los distintos gremios, en todo el país. El periódico Nuestra Lucha tiene que servir como una herramienta para organizar esa corriente”.

Oscar Coria, delegado despedido de Kraft, reivindicó a los trabajadores ceramistas de Zanon porque en las próximas elecciones van a ser parte de un Frente de izquierda para que la voz de los trabajadores se escuche más ampliamente, para llevar a más lugares las ideas de los trabajadores clasistas.

Eduardo Ayala, obrero gráfico de Donelley dijo: “Yo soy dirigente de una interna pero también del PTS. Nuestro objetivo es construir un partido revolucionario para terminar con esta sociedad de explotación. Pero con todos los compañeros que no comparten plenamente esta idea pero están dispuestos a organizarse para impulsar una corriente nacional clasista, queremos dar pasos en común. Los trabajadores tenemos que militar, hacer política. Por eso queremos construir una corriente nacional, sindical y política, que sea de los trabajadores, independiente de todos los patrones y la burocracia sindical y el gobierno”.

Luego de dos horas se pasó a discutir las resoluciones. En primer lugar, apoyar la movilización del jueves 14 que habían votado las asambleas de Kraft para exigir ahí un aumento inmediato del 40% y el fin de todos los procesos y persecuciones, iniciando una campaña nacional por el desprocesamiento de los luchadores. En segundo lugar, impulsar el periódico Nuestra Lucha para construir una fuerte corriente político-sindical clasista.

La reunión fue un importante éxito, queda mucho por delante y hay que seguir dando pasos en la tarea de organizar una corriente militante clasista en la alimentación.