El pasado domingo se realizó un festival en solidaridad con los siete trabajadores expulsados de la UOM en la ciudad de Campana, con la participación de músicos, artistas, organizaciones sociales y de DD.HH. A continuación transcribimos las palabras de los obreros metalúrgicos que conversaron con La Verdad Obrera.

“Nos persiguen por opinar distinto”

Guillermo Betancourt: “La UOM nos persigue por opinar distinto, nosotros siete somos referentes de nuestros compañeros y sectores, cuando nosotros intervenimos al finalizar la marcha del 17 de junio, planteamos un mandato, que respondía a las necesidades que tienen los compañeros en esos momentos, la posibilidad concreta de perder el trabajo, las suspensiones y por lo consiguiente la rebaja salarial, la incertidumbre de no saber que pasaría con el aumento salarial, plantear estas cuestiones tan sentidas por los compañeros, para los dirigentes de la UOM es perjudicial para la organización, desde ese momento nos acusaron, nos sancionaron y expulsaron, haciendo uso del antidemocrático estatuto y su famoso artículo 9”.

“Acá está en juego qué modelo de sindicato y política queremos en la Argentina”

Guillermo Tamudio: “La expulsión es totalmente arbitraria y comparable con lo que se hacía durante la dictadura militar. Una persecución sobre un grupo de compañeros que pensamos distinto. Nos estábamos movilizando en reclamo por salario, contra las suspensiones y despidos, y en la puerta del sindicato se produjo un intercambio de palabras; nada más. Están de testigo cientos de compañeros, que nos apoyan junto a la sociedad de Campana, que comienza a ver todo esto como una gran injusticia. Se empieza a ver que se trata de trabajadores metalúrgicos que hemos ejercido nuestros derechos de pensar de forma distinta a la Comisión Directiva de la UOM; que nos unimos desde abajo como también debe ocurrir con la sociedad”.

“Hay un problema serio de representación y no hay posibilidad de recambio con esta dirección”

Humberto Marmet: “Están intentando descabezar las bases de una nueva dirección, que se venía gestando mediante la autoorganización, junto a asambleas y un programa concreto para pelear contra la patronal.

Aterrados por esta dinámica, y ver el surgimiento de activistas que empiezan a rebelarse, intentan frenar la movilización. En varios sectores se está discutiendo qué hacer; muchos se han comenzado a desafiliar. Hemos logrado juntar más de 1500 firmas a favor; y lo mismo necesitamos que este malestar se manifieste desde adentro de la planta. En poco tiempo va a surgir el problema de representación y organización desde la base. En Siderca, sobre 3000 obreros, 2400 no pueden postularse a ningún cargo delegado. Por eso la lucha es por la democratización de los gremios; tenemos que trabajar y debatir ideas y formas de organización sindical como en el Subte”.

“El congreso que nos expulsó no representa a los trabajadores”

Pascual Barbosa: “La expulsión llegó por sorpresa. Fuimos convocados a un corte de ruta por la dirección de la UOM, y cuando nos estábamos encolumnando llamaba la atención que no hablara ningún dirigente ni directivo del sindicato. Se lo comenté a algún que otro compañero, y marchamos. Al llegar a la puerta del sindicato armaron un discurso vacío, que no decía nada, y algunos compañeros se enojaron y empezaron a repudiarlos. A los pocos días me llegó la expulsión. Lo mismo, tengo el apoyo de los compañeros de mi sector, y el Congreso que nos expulsó no representa a los trabajadores. Por eso, la libertad sindical es algo que tenemos que cuidar y por lo que hay que pelear; los derechos de los trabajadores son nuestros y debemos luchar en su defensa”.

“Nos persiguen por luchar por democracia sindical”

Guillermo Torres: “Las expulsiones responden a aniquilar una opción distinta y democrática a la dirección de la UOM. Fuimos expulsados sin ninguna prueba de nada. Particularmente no participé en la movilización y se me acusa de haber opinado distinto al otro día sobre la marcha. Nosotros estamos buscando nuevas formas de organización. La UOM está limitada, los trabajadores queremos una organización diferente; democrática, donde los delegados sean elegidos estén o no afiliados. Con la única condición que representen a los compañeros de cada sector.

Aspiramos a que un día cercano la UOM sea realmente de los trabajadores. Queremos democracia sindical, aunque lamentablemente dos dirigentes de la CTA en Campana, como Bruni y Dalessi, no la representan para nada. Nadie los votó, ni respetan las ideas que promulgan desde la CTA sobre democracia sindical”.

H.E.