Este 18 de setiembre decenas de miles marchamos en Capital, La Plata, Córdoba, Rosario, Neuquén y las principales ciudades del país en manifestaciones claramente antigubernamentales. El discurso del “gobierno de los derechos humanos” es un fraude político. Si Kirchner llegó a anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final se debió a que la relación de fuerzas había cambiado desde las jornadas de diciembre de 2001 y luego de que quien lo designara para sucederlo en la presidencia, Eduardo Duhalde, quedara implicado en el fusilamiento de los jóvenes Kosteki y Santillán. Pero el secuestro del principal testigo del juicio contra Etchecolatz es un subproducto de la impunidad en que continúa el 95% de los genocidas. Ningún gobierno de esta democracia para ricos pudo darles solución favorable a los trabajadores y el pueblo a esta crisis estatal que se arrastra desde la caída de la dictadura, y no podrán hacerlo porque terminar con la impunidad del aparato represivo sería socavar el pilar fundamental del propio Estado de los capitalistas.
Para encarcelar a los secuestradores de López necesitamos la constitución de una Comisión Investigadora Independiente del Estado encabezada por los organismos de derechos humanos ante la que se pongan a disposición todos los archivos de la SIDE, de las Fuerzas Armadas y de seguridad, y que se constituya como un colectivo querellante de todos los implicados en el genocidio. Hacemos un llamado a todas las organizaciones que nos movilizamos este 18 a exigir a los sindicatos, en especial a los enrolados en la CTA, y a los centros de estudiantes a encabezar esta lucha.