El lunes 9 las bases votaron el paro que se mantuvo firme por 3 días. Hoyos, Sec. Gral. del Sindicato, tuvo que acelerar la discusión paritaria que con la patronal venían pateando. Los trabajadores exigían un 25% al básico, el blanqueo de sumas en negro, mejoras en las condiciones de trabajo y el pase a planta de los tercerizados de Forja Norte. La patronal ofrecía sólo un 15%.
El mismo lunes, los tercerizados olían algo raro y revocaron a su delegado por ser un títere de Hoyos y eligieron a uno que los represente. Su instinto no falló. El miércoles Hoyos acordó con el Ministerio de Trabajo, a espaldas de los trabajadores, un insuficiente 19%, dejando la posibilidad que despidieran a los tercerizados.

La soberbia de Hoyos y su decisión burocrática fue repudiada en la asamblea de las 14hs en la que no faltaron los empujones y el pedido a gritos de renuncia a toda la directiva, que además no podía explicar porqué del fondo de huelga no tenían un peso, cuando todos aportan.

Finalmente, la asamblea aceptó la oferta del 19% que la empresa pagaría en cuotas hasta los primeros meses de 2010. Además obtuvieron un aumento de $800 de retroactivo que junto al aumento alcanza a los obreros de Aceros Zapla y Forja Norte. Las bases redactaron un acta propia en defensa de los tercerizados exigiendo que no se los pueda despedir. Votaron que el 2% de salario se destine efectivamente al fondo de huelga. Una nueva unidad comenzó a sellarse.

Nuevas fuerzas antiburocráticas

A pesar del sabor amargo del acuerdo los trabajadores volvieron a tensar sus músculos. Como dice un delegado, “La experiencia nos dice que con la fuerza podemos lograr muchas cosas, a si lo viven los compañeros de Subte en Buenos Aires y también los compañeros de Terrabusi, y esta es una muestra más que si el trabajador se encuentra unido no va a poder ser doblegado por la patronal”.

Los obreros que desconfían del sindicato y enfrentan a una patronal que como dicen “borra con el codo lo que escribe con la mano”, tienen que hacer pesar el poder de la asamblea y controlar a la directiva, sus finanzas y que se cumpla el actual acuerdo, imponiendo una "comisión obrera de lucha y control" votada en asamblea.

Este es un primer paso para fortalecer la rebeldía y el espíritu democrático de los jóvenes, la importante unidad conquistada y traducir la bronca en una nueva tradición contraria a la de Hoyos. Una organización de base, combativa y consecuente, como practican los trabajadores de la nueva comisión interna de Terrabusi o de Zanón.

Es necesario organizarse y pelear por el fin del Repro y un salario básico igual a la canasta familiar (hoy $4.300) y ajustable por inflación, el pase a planta de todos los tercerizados de una sola vez, y ante el vaciamiento de Taselli impulsar una lucha unitaria por la reestazación de Zapla, bajo control obrero, y que el Estado invierta en la planta para un plan de obras públicas generando trabajo genuino para miles de desocupados.

Por PTS Jujuy.