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Lucha sindical o lucha política

¿Cómo echar a Sobisch?

Lucha sindical o lucha política

Cuando la granada de gas terminó con la vida de Carlos Fuentealba, el conflicto docente neuquino cambió de signo. De una lucha sindical, por mejora salarial, se convirtió en un conflicto político que cuestionaba a su principal responsable, el gobernador Jorge Sobisch del MPN (Movimiento Popular Neuquino).

T. Moreira

19 de abril 2007

Desde el fin de la dictadura militar es el primer maestro asesinado por las fuerzas represivas en una lucha gremial. El país se conmovió. Los medios periodísticos internacionales reproducían los acontecimientos. Todas las miradas apuntaban al gobierno de Sobisch, el que ordenó la represión y dijo que lo volvería a hacer.
La muerte de Fuentealba cambió el escenario. "Las tizas no se manchan con sangre" fue la consigna que se extendió por el país. Ante esto el gobierno de Kirchner tomó distancia para que el hecho no lo salpicara. Su candidato de Capital, Filmus, igual quedó golpeado. La derecha también sintió el golpe. Macri corrió a separarse del asesino Sobisch. López Murphy cacareaba que había roto antes. Blumberg intentó defenderlo un par de días y, cuando vio que la brutalidad del sureño lo hundía en las posibilidades electorales, le soltó la mano.
La inmensa mayoría de la población repudiaba (y repudia) el asesinato. El Congreso se reunió, Kirchner habló por TV, Moyano se juntó con Yasky y juntos llamaron a una jornada de luto con paro de una hora la CGT y de 24 hs. la CTA. La jornada nacional del 9 de abril fue una manifestación de dolor y bronca donde los gritos contra Sobisch atronaron hasta en el último rincón del país. Pero también se escucharon voces contra la CTERA y Yasky, que necesitó de un docente muerto para llamar al paro.
En Neuquén el panorama era más convulsionado aún. En un lunes histórico, más de 30.000 personas marcharon exigiendo que se vaya Sobisch. Desde el día de la represión, los docentes, apoyados por amplios sectores, habían decidido cortar los puentes y aislar la provincia hasta que se vaya Sobisch. Su reclamo tenía apoyo de masas. El MPN acusó el golpe y amenazaba con fracturarse. Sobisch no se arrepentía de nada. ¡Ni siquiera llamó a Sandra, la compañera de Fuentealba! La crisis política en la provincia era abierta. La población se pronunciaba masivamente contra la represión desatada. El gobierno de Sobisch perdía sustento interno y externo. Estaban dadas las condiciones para la caída del gobernador con la movilización popular. Los docentes se habían convertido en la vanguardia de ese movimiento de masas, democrático, que quería echar al responsable mayor y no se conformaba con Poblete preso (el policía asesino) y la renuncia de un par de ministros como chivos expiatorios. Al finalizar la histórica movilización del lunes 9 hubo un acto. La masa expectante esperaba consignas precisas para seguir actuando, una nueva convocatoria, un nuevo paro, otra marcha, más acciones, hasta que se vaya Sobisch. Pero la conducción provincial y de la seccional Capital de ATEN (el gremio docente) se negaron a redoblar el plan de lucha. Al otro día de la histórica jornada del 9, y en el momento clave para avanzar, decidió retroceder. Envió señales de diálogo al asesino Sobisch y peleó por levantar los cortes de puentes, incluso antes que el gobierno dijera una sola palabra de negociar. La lucha empezaba a ser desmontada desde adentro.
En la asamblea del martes 10 la dirección de ATEN dio dos grandes señales de retroceso. La primera: oponerse con toda energía a la moción que proponía no negociar con el asesino Sobisch en el gobierno. La segunda, complementaria, levantar los cortes de puente. En un acalorado debate la conducción batalló por el repliegue. La base, mayoritariamente, aprobó su postura. Pero un significativo sector, un 30% de la asamblea, se enfrentó a su conducción y su política conciliadora.
El miércoles 11 los estatales y en particular los de Salud comenzaron un contundente paro. Pero no hubo unidad de ATE y ATEN, ambos de la CTA Neuquén. En el país, mientras tanto, seguían las duras huelgas docentes en Santa Cruz y Salta que también enfrentaban la represión. Sin embargo la conducción de ATEN se negaba a coordinar con ellas y a imponer a CTERA un plan de lucha nacional. Su verdadera estrategia era descomprimir y negociar.
El jueves 12 hubo otra movilización, esta vez por el 10° aniversario del asesinato de Teresa Rodríguez a manos de la misma policía brava y del mismo MPN en el gobierno. A pesar de la levantada de los puentes el ánimo se mantenía. La plaza se transformó en un centro de organización de actividades. El paro de los estatales rodeaba a los docentes. Los maestros de las escuelas privadas nucleados en SADoP tampoco dictaban clases. El sindicato ceramista volvía al segundo paro de la semana en las cuatro fábricas. Era otra oportunidad de dirigirse a los trabajadores para redoblar la ofensiva sobre Sobisch y no dejarlo tomar respiro. Pero ATEN seguía marcando el paso y dando señales de negociación a un gobierno que se disponía a contragolpear.
La crisis provincial caló en el MPN. Un sector sindical, liderado por petroleros y ligado a la fracción del MPN opositora a Sobisch, propuso juntar a los gremios en lucha. Surgía la Intersindical con ATE, ATEN, los ceramistas de Zanon y otros gremios de la CGT. Por su parte, Sobisch empezó a convocar a sus seguidores, intentó movilizarlos sin mayor éxito pero lanzó una contraofensiva. Sacó solicitadas, habló por radio y TV, enfrentó el chubasco con cinismo y determinación y se dispuso a lidiar dentro de la Convención Provincial del MPN que se reuniría ese fin de semana y que podía llegar a plantearle la renuncia.
Viernes 13. Este día hubo otra masiva asamblea docente. Se podía frenar la contraofensiva sobichista si se convocaba a endurecer las medidas. Pero todo se mantuvo igual. Lo único que decía la conducción era hacer el aguante rodeando la casa de gobierno (donde el acampe imposibilita su funcionamiento desde hace 2 semanas) y mantener el paro. Esto mientras el paro de salud se fortalecía y decenas de médicos jefes de servicios de los principales hospitales habían renunciado el día anterior convirtiendo la crisis de la salud pública en algo caótico. En una provincia rica donde la Repsol gana más de $6.000 por minuto y el gobierno recibe por regalías más de 7.000 millones de pesos por año, la educación y la salud públicas están colapsadas y de paro.
Pero el sábado, en la convención partidaria, el MPN cerró filas. El candidato a gobernador, Sapag, negoció quedarse con todos los cargos expectables a cambio de asegurarle a Sobisch su permanencia en el gobierno hasta el 10 de diciembre. Los gremios de la CGT consiguieron cargos y desmontaron la Intersindical. Unas horas más tarde, un ¡sábado!, el gobierno se reúne con la burocracia sindical de UPCN y firman un aumento salarial en negro para los estatales para dividir y quebrar el paro. El gobierno lanza una ofensiva mediática para revertir la situación y el MPN comienza a convocar acciones en la calle. Los partidos patronales y la iglesia llaman a la "institucionalización y al "dialogo". Frente a esto ATEN vuelve a dar señales claras: contrariando lo resuelto en asamblea permiten el ingreso de nuevos policías en la casa de gobierno.
El lunes una movilización de unas 12 mil personas vuelve a recorrer las calles de Neuquén. Una enorme masa de trabajadores de la educación es acompañada una vez más por estatales, los ceramistas y trabajadores de gremios chicos de la CGT. En el acto frente a casa de gobierno un bloque de seccionales opositoras a la conducción y algunas agrupaciones combativas exigen plan de lucha nacional y huelga general para echar a Sobisch. Los obreros de Zanon los acompañan. El secretario general del sindicato ceramista insta a una reflexión y llama a la conformación de una asamblea provincial de trabajadores como mecanismo para unir a todos los sectores en lucha y organizar la huelga general hasta que se vaya el asesino.
Pero la conducción de ATEN se niega. En las asambleas del martes mocionan contra la propuesta de asamblea provincial, que igual triunfa por una diferencia de más de 400 votos. Sin embargo el Plenario de Sec. Grales de seccionales, la rechaza.
Al cierre de esta edición se realizan reuniones en el acampe en casa de gobierno. Los docentes ya muestran signos de agotamiento.
Su dirección no cesó de echar baldazos de agua fría a una lucha que tenía como norte, como tarea, extenderse y profundizarse para echar al gobernador asesino. La conducción de ATEN (y la de la CTA) se negaron a tomar este camino cuando las circunstancias lo hacían posible: al día siguiente de la histórica jornada del lunes 9. Por el contrario, buscaron negociar con el asesino, permitiéndole recomponerse y pasar a la ofensiva. Esta política conciliadora llevó a la actual encrucijada en la que el paro continúa pero las perspectivas de echar al gobernador se alejan. Los trabajadores debemos sacar las conclusiones y organizarnos para evitar que la historia se repita.

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