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Mundo Obrero

EN KRAFT Y PEPSICO PIDEN PROFUNDIZAR EL PLAN DE LUCHA

Los trabajadores paran por salario, Daer negocia a sus espaldas

Esta fue una semana realmente importante en la lucha paritaria de la Alimentación. Como no podía ser de otra manera, la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio sólo favoreció a los empresarios, a los que no se los obligó a nada.

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19 de mayo 2011

Esta fue una semana realmente importante en la lucha paritaria de la Alimentación. Como no podía ser de otra manera, la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio sólo favoreció a los empresarios, a los que no se los obligó a nada. Luego de los paros de 2 horas por turno del lunes 9, durante cinco días los trabajadores se vieron impedidos a tomar medidas dentro de la planta. Porque así lo dispone la conciliación y porque esta fue acatada sin chistar por la burocracia de Daer. Contrario a esta pasividad cómplice, el jueves 12 los trabajadores de Kraft, PepsiCo y Stani hicieron un importante corte de Panamericana junto con los trabajadores de Donelley y del Frigorífico Rioplatense. El reclamo de un aumento de salario del 40%, y la exigencia a Daer para que se organice democráticamente un plan de lucha, pudo ser escuchado por millones de trabajadores a través de los medios masivos de comunicación.

En Kraft y PepsiCo se hicieron asambleas en todos los turnos, reafirmando con masivas votaciones la necesidad de profundizar un plan de lucha en serio para poder ganar. Así lo expresaba una declaración conjunta de las internas de PepsiCo y Kraft, junto con los compañeros de la Agrupación Desde Abajo de Stani y Felfort, planteando que el corte y los paros mostraban las ganas de pelear de los trabajadores, y denunciando que el problema está en la dirección de Daer y compañía, quienes se limitaron a tomar tibias medidas. Las asambleas de Kraft y de PepsiCo reafirmaron también la exigencia al sindicato de que no cierre ningún acuerdo sin el aval de las asambleas de los/as trabajadores/as.

En las asambleas además se votó marchar nuevamente, lo que se hizo el martes 17 frente al Ministerio de Trabajo, donde estaba convocada una audiencia. La reunión fracasó rotundamente, ya que las empresas ni siquiera concurrieron a la cita, mostrando la dureza y prepotencia patronal. Ese día vencía la conciliación obligatoria y de vuelta a la fábrica nos enteramos que el Sindicato había dispuesto un paro de 4 horas por turno. Los paros volvieron a ser contundentes. En Kraft los verdes no quisieron que se vote en asamblea la hora del paro pero fracasaron. Allí manda la asamblea. Por la mañana, la Verde ya estaba llamando a levantar las medidas que ellos mismos habían convocado unas horas antes. Otra vez la conciliación dictada por el gobierno, esta vez por diez largos días. Otra vez la burocracia que llama a respetarla sagradamente. Pese a ellos en la mañana tanto en Kraft como en PepsiCo las asambleas votaron parar. En Stani se paró en un primer momento pero desde la mañana la “interna” se alineó con la política del Sindicato, otra vez, pese al rechazo que esto generaba.

Las maniobras de Daer (y del gobierno)

El gobierno, con sus conciliaciones, mostró en la práctica concreta su discurso de José C Paz contra la organización y la lucha de los trabajadores, jugando de forma abierta para las empresas. Daer, haciendo equilibrio junto a la burocracia de Barrionuevo contra Moyano, aspira a cumplir algún papel en la reorganización de la CGT, quiere hacer también “buena letra” para “venderse” como gente capaz de entregar cualquier conquista. Como si hiciera falta luego de su historia al frente de la CGT en los ‘90...

El mismo miércoles se convocó a un plenario de delegados en el Sindicato. Casi todos los delegados no tenían mandato. El apuro de Daer era para “conseguir” un “mandato”. ¿Un mandato de lucha? Todo lo contrario. El plenario “resolvió” que los paritarios elegidos por nadie negocien “el salario posible”. En boca del ex Secretario General de la CGT menemista, esto es una clara señal de traición a la propia demanda levantada por la misma burocracia, cuando dijo que quería un salario inicial de 4000 pesos. Daer salió raudo a una nueva reunión con las empresas, donde la negociación recomenzó marcada por la dureza patronal y la agachada de Daer, que dijo antes de irse “no vamos a firmar migajas” con la misma cara que apoyó el “salariazo” de Menem. El salario por el que se pelea no es el “posible” que considera Daer, que hace años no vive con un salario como el que ganan los obreros de la Alimentación; es el salario necesario para que los trabajadores se acerquen tan sólo a la canasta familiar, luego de trabajar 8 horas en monopolios que facturan 600 millones de dólares al año como Kraft.

Las asambleas piden un plan de lucha en serio

De vuelta a las fábricas ya se conoce el intento de Daer y compañía de firmar un acuerdo por debajo de lo que se necesita y se reclama, y sobre todo un acuerdo por que estaría por detrás de lo que los trabajadores están dispuestos a pelear, como se mostró estos días. Se discute qué hacer. Las asambleas exigen que no se firme nada sin consultar y se exige al sindicato un plan de lucha en serio.

En las próximas horas se esperan novedades. Como siempre en Kraft y PepsiCo serán las asambleas las que definan los pasos a seguir para enfrentar a las patronales - y también a la burocracia de Daer - y conseguir los reclamos de todos.

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