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SPOTS, VOLANTES Y AFICHES

MENDOZA

Los trabajadores, nuestros sindicatos y la política

Las próximas elecciones se realizarán en el marco de la crisis económica mundial más grave de las ultimas décadas. Las patronales, como sus políticos, pretenden descargarla sobre nuestras espaldas. Los trabajadores tenemos que tomar la política en nuestras manos, dándole una salida a esta crisis que sea favorable a las grandes mayorías.

4 de junio 2009

Las próximas elecciones se realizarán en el marco de la crisis económica mundial más grave de las ultimas décadas. Las patronales, como sus políticos, pretenden descargarla sobre nuestras espaldas. Los trabajadores tenemos que tomar la política en nuestras manos, dándole una salida a esta crisis que sea favorable a las grandes mayorías.

Los sindicatos de la CGT y la CTA se han comprometido en la política partidaria en estos últimos tiempos, como no lo hacían desde el ’83. La crisis y la debilidad de aparato del gobierno llevarán cada vez más a los capitalistas a apelar a la colaboración con la cúpula de los sindicatos para hacer pasar los salvatajes a las patronales y hacer pagar la crisis a los trabajadores.

La importante movilización de la CGT del 30 de abril mostró una capacidad de movilización de los sindicatos como no ocurría hacía mucho tiempo. Con el explícito llamado a votar por los candidatos oficialistas, Moyano consiguió lugares destacados en las listas del FPV, y “marcó la cancha” para el “día después”, cuando con los resultados electorales en la mano comiencen a discutirse los espacios de poder dentro del peronismo y la propia sucesión presidencial de Cristina Fernández.

La CTA cuenta, aproximadamente, con 1.500.000 de afiliados, su columna vertebral son los gremios docentes nucleados en CTERA. Desde el conflicto entre el gobierno y las patronales agrarias se produjo una fuerte división en sus cúpulas, entre el sector kirchnerista alineado con Hugo Yasky (y Maure) y el sector de Víctor De Gennaro, que se alineó con la Federación Agraria. El kirchnerismo ha sumado a sectores como el de “Tito” Nenna, ex Sec. Gral. de UTE (principal gremio docente de la Ciudad), que encabeza la lista de legisladores porteños, mientras Yasky llama a votar explícitamente al banKero Heller, que apoyó la devaluación y llevó adelante el corralito de Cavallo. Los seguidores de De Gennaro van con Pino Solanas, una eterna figura de la centroizquierda que siempre quiere llevar a los trabajadores detrás de ilusiones “progresistas” como la revolución productiva de Menem y el “Frente Grande” de Chacho ˜álvarez que gestarían los gobiernos del menemismo y De la Rua1. Y que viene hoy acompañando, junto a Claudio Lozano, a la sojera Federación Agraria en su reclamo por la “rentabilidad” patronal del “campo”.

En Mendoza, los dirigentes de las tres CGT mendocinas participan dentro del PJ. Y Jaque ha logrado incorporar su estructura sindical para extraer funcionarios para su gobierno (Mario Adaro, Gabutti, etc.), así como dirigentes de importantes sindicatos como Petroleros y Comercio como diputados nacionales: Dante González y Guillermo Pereyra.

La perla de Jaque, es el apoyo inestimable de los dirigentes celestes del Sute, que “desactivaron el frente estatal” y se muestran en las fotos de campaña acordando “construcción de viviendas” para los docentes. Las direcciones sindicales disidentes con el maurismo en la CTA, como Raquel Blas de Ate y Carlos Ordóñez de Judiciales; junto a los dirigentes de Fadiunc (que no alcanzaron a conseguir la legalidad electoral del partido de Pino Solanas) impulsan un “voto programático”, como forma de reeditar la tradicional anulación del voto en el cuarto oscuro. Con ello intentan desconocer el crecimiento del discurso de Cobos entre los estatales y evitar tener que tomar partido en esta importante discusión. Tanto los mauristas como, lamentablemente, los disidentes utilizan los sindicatos para “hacer política”, pero evitan que se conviertan en lugares donde los trabajadores tomen la discusión en sus manos y avancen en la conquista de una política independiente de las patronales, los afiliados “no tienen ni voz ni voto”.

El tiempo político por venir exige combatir todo rutinarismo. Si la situación se torna más aguda, la burocracia peronista volverá a jugar el rol nefasto de los ‘70, ya sea como patota (no por casualidad Moyano está acusado de haber sido un joven colaborador de las Tres A en Mar del Plata en los ‘70) o en algún ministerio. Los sectores “progresistas” de la CTA, se propondrán recrear frentes incluso más “combativos” que el FrePaSo, si hace falta. Con programas y política de tipo “frente populistas”. Pero que jugarán el mismo rol político: impedir la conquista de poderosas organizaciones de lucha y una dirección política capaz de defender un programa anticapitalista consecuente, es decir, obrero y socialista.

Por todo ello creemos que frente a estas elecciones los trabajadores tenemos que levantar un programa independiente de cualquier variante patronal, sea sojera o kirchnerista. Que creemos que empieza por prohibir los despidos y las suspensiones. Impulsar un plan de viviendas que cubra el déficit habitacional y le de trabajo a todos los desempleados, con fondos obtenidos del no pago de la deuda externa y fuertes impuestos a las grandes fortunas. Frente a la devaluación del peso, imponer salarios equivalentes a la canasta familiar ajustados automáticamente según la inflación y el reparto de las horas de trabajo mediante el control obrero de las empresas. Establecer el pase a planta permanente de los contratados, pasantes y trabajadores en negro, terminando con las leyes de flexibilización laboral. Y nacionalizar bajo administración de sus trabajadores, toda empresa que cierre o despida. Hay que poner los recursos del país bajo el gobierno de los trabajadores en función de un plan que responda a las necesidades de la población y que garantice educación y salud de calidad para todos. Establecer la estatización del comercio exterior. Nacionalizar la tierra (empezando por los 4.000 grandes propietarios), el petróleo saqueado por Repsol y las empresas imperialistas. Y, para evitar la constante fuga de capitales, centralizar los ahorros del país con la nacionalización de todos los bancos. Esto permitirá la triplicación del presupuesto para la Educación y la Salud.

En la provincia existe una dictadura clerical que somete a las niñas abusadas a escarmientos “ejemplificadores” en los hospitales públicos, imponiéndoles embarazos forzosos. Las adolescentes y jóvenes que deben recurrir a abortos clandestinos sufren una terrible situación que lleva a muchas a la muerte como fue el caso de Romina Gélvez. En Argentina son más de 400 mujeres del pueblo pobre a las que les arrebatan la vida con esta práctica clandestina. A diferencia de los compañeros que desprecian la lucha de las mujeres por sus derechos. Nuestro partido impulsa con mucha fuerza la consigna por el aborto legal, seguro y gratuito para terminar con esta pena de muerte. Luchamos contra la impunidad de abusadores y violadores garantizada por el estado, como demostró el caso del “chacal”. Y por el desmantelamiento de las redes de trata y prostitución que en nuestro país han secuestrado a más de 600 mujeres y niñas.

Desde el PTS impulsamos junto a los compañeros del Nuevo Mas e Izquierda Socialista, el único Frente de Izquierda y los Trabajadores que se presenta en estas elecciones, procurando la mas amplia unidad de los que defendemos la independencia política de nuestra clase frente a esta crisis histórica. Y creemos que tenemos que comenzar a debatir en nuestros sindicatos como avanzar en poner en pie un gran partido de la clase trabajadora, anticapitalista y socialista.

Prensa

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