Los trabajadores de Lear están en lucha desde hace ya un mes. Lograron una conciliación obligatoria con los despedidos adentro, trabajando en sus puestos, luego de varios días trabajando a reglamento y con bloqueos. Así ganaron un primer round de la pelea, pero no se conformaron. En la conciliación no se quedaron de brazos cruzados como acostumbra hacer la burocracia sindical, que además acepta que los despedidos estén fuera de la planta. Activistas y despedidos de Lear fueron a las terminales y fábricas del SMATA a difundir su conflicto y a pedir solidaridad. Y la encontraron. Lanzaron un fondo de lucha y los trabajadores de VW en una salida de turno aportaron más de $1000, los de Gestamp $700. La simpatía se hacía sentir en las puertas de las fábricas del gremio. Allí se exigió que el SMATA disponga un paro de la Seccional Norte si la empresa se mantiene dura y no reincorpora a todos. También en las universidades se difundió el conflicto y se juntó plata para el fondo de huelga.

Mientras, la patronal quiso aumentar su stock durante la conciliación. La respuesta obrera fue una negativa a hacer extras, llevada adelante por la enorme mayoría. Pero no se quedaron ahí. El lunes 6 cuando se hacía la última audiencia antes que venciera la conciliación (el miércoles 8) los trabajadores convocaron a un corte en la puerta de la fábrica. Se encontraron con un operativo descomunal de la Gendarmería del Proyecto X: 500 gendarmes, carros hidrantes y perros al servicio de la patronal. Un juez dispuso el operativo y el gobierno mandó a los gendarmes, que volvieron a demostrar que son un brazo armado al servicio de los monopolios y nada más.

Pero los compañeros de Lear no se amedrentaron. Cortaron la colectora durante hora y media y luego marcharon hasta 197 para hacer un corte en ese cruce que tuvo una enorme repercusión. Las compañeras van al frente, como ya es una costumbre ejemplar en Lear que tiene a esas mujeres aguerridas como grandes protagonistas (ver nota en página 10). La Gendarmería fue siguiendo la movilización obrera que pasó por un puente sobre la ruta, y para hacerlo tuvieron que cortar ellos mismos la Panamericana que volvió a quedar “a paso de hombre” cuando se cortaron las salidas de 197. Los medios se hicieron presentes, y los delegados y trabajadores pudieron decirle al país entero que un monopolio yanky despide trabajadores en la Argentina por participar de una asamblea. El conflicto por 16 compañeros tomó una gran notoriedad y estado público, ganándose la simpatía de amplios sectores. Al corte fueron decenas de obreros y obreras, muchos con sus familias. Adentro el corte fue seguido por los trabajadores del turno tarde que festejaron la acción de sus compañeros. Fue una gran jornada de lucha de los obreros de Lear que nuestro partido acompañó.

Los trabajadores llevaban una foto grande de los delegados con Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz que les brindó su apoyo y envió una nota de preocupación al Ministerio de Trabajo de la Provincia y a la misma empresa. La suya es una de las tantas firmas con la que cuenta la declaración de apoyo a los trabajadores de Lear.

Mientras se hacía el corte, en el ministerio de La Plata se desarrollaba la audiencia. Los trabajadores ratifican su postura: todos adentro, sin discriminación ni chantajes. Ninguna familia en la calle. La asamblea de Lear había resuelto que ese era el mandato de los compañeros. La empresa no presenta ninguna propuesta y el Ministerio decide prorrogar la conciliación obligatoria por una semana más. La empresa se compromete a hacer reuniones en la propia fábrica y la última audiencia se hará el miércoles 15, el último día de la conciliación.

Ahora viene días decisivos. Los trabajadores llegan a esta etapa con fuerza y la moral en alto. Se empiezan a charlar nuevas acciones, se va a volver a las terminales a buscar apoyo. Esta lucha tiene la fuerza para ganar y merece ganarse. Se peleó en la fábrica afectando la producción, se peleó con bloqueos, se buscó difundir el conflicto para millones y se logró una simpatía masiva, se buscó la solidaridad de la base del SMATA, se consiguió apoyo de los organismos de derechos humanos. Se acercan jornadas muy importantes. Con la firmeza de todos, con la unidad conquistada y mantenida, se puede ganar la reincorporación de todos los compañeros y las demandas de los trabajadores.