Ya lo habían demostrado los trabajadores del subte, que cuando se iniciaba el conflicto del gobierno con el campo, lograron desbaratar la maniobra de la UTA con un imprevisto paro de todas las líneas. Fue la firmeza de la base lo que hizo retroceder los planes reaccionarios.
En estas páginas mostramos recientes procesos de lucha obrera. Algunos han sido triunfos resonantes como la alimenticia Werthein en Cipolletti. Otros de gran resistencia como los compañeros del ajo en Mendoza o los choferes de la 60, que mostraron una gran combatividad.

La recomposición obrera también se ve en el surgimiento de nuevos delegados y procesos de reorganización desde abajo como en las gráficas Lacabril y Celomat, que debieron quebrar la resistencia patronal para imponerse. Hay nuevas delegadas en Bonafide, y en la metalúrgica Emfer la burocracia de la UOM fue derrotada en la elección de delegados.

Y aunque estos triunfos tonifican a la vanguardia combativa, sigue habiendo un ataque sistemático de las patronales, la burocracia sindical y el gobierno a estos ejemplos de sindicalismo de base. Se puede ver en las provocaciones de Fate a los delegados y a la nueva directiva de la seccional San Fernando del Sindicato del Neumático, la negativa a reconocer a los delegados por parte de la multinacional Kraft-Terrabusi, los despidos masivos en Arcor-Salto o las amenazas a un delegado de la 60. Mientras tanto, los compañeros de Mafissa y el Casino, dos luchas largas derrotadas luego de varias represiones, siguen sufriendo la persecución judicial.

Defendamos a los nuevos delegados y al activismo que se organiza contra la burocracia sindical y la prepotencia patronal. Extendamos la campaña por el desprocesamiento de los luchadores obreros.